Capitulo 1:

Era una nueva mañana en Sidney, los turistas comenzaban su ruta despertando a la ciudad, pero en realidad quien despertó a Eloise fue la pequeña Rosalynn.

Rosalynn dormía en su habitación desde que nació hacia ya más de un año y desde siempre había tenido la costumbre de despertarla con las primeras luces del día. Cogió a la pequeña de su cuna, siempre se agarraba como un mono a su cuello, llevándosela a la cocina para desayunar.

Nadie más en el instituto se había despertado aun así que aprovecho para hacerse su desayuno favorito: tortitas con dulce de leche. Rose comía encantada sus cereales de chocolate mientras yo contemplaba las maravillosas vistas de la bahía Watsons, nunca me acostumbraría a ver esas vistas.

Recordó la primera vez que la llevaron a aquel sitio con 7 años, pensó que parecía una iglesia abandonada. Pero al mirar más lejos se quedo hipnotizada con el enorme espejo que se extendía ante ella, creyó que con ver aquello su vida se había completado. De aquello hacia ya 12 años pero aun se quedaba sin palabras ante aquel imponente lugar.

Alguien la saco de su estado de trance haciendo el mayor ruido posible al urgar en los armarios, así era Frederic. Frederic que tenia 3 años más que ella era muy poco sutil, lo cual le había pasado factura en algunas peleas contra demonios y vampiros. Rose le tiro su cuenco a la cara lo que hizo que soltara un insulto, no quería reírme de el pero fue imposible.

Fred seguramente saliera de fiesta ayer así que decidí dejarle solo en la cocina antes de que fuera el el que nos tirara algo a la cara a Rose y a mi.

Iré a despertar a Geremy, Ger nunca le tiraría nada a la cara. Geremy era su parabatai y su mejor amigo desde que tenia uso de razón. Cuando mis padres murieron me trasladaron al instituto donde estaba el, aunque yo sabia que lo hicieron porque estuviera con la única persona viva del mundo a la que conocía. Ger y ella decidieron hacerse parabatai cuando por mi mala costumbre averiguamos que mandarían Geremy a estudiar a la academia de la Ciudad de Cristal. La genial idea fue de ella aunque a Geremy le pareció bien con tal de no alejarse de ella.

Geremy gruño cuando le hice cosquillas en el pie con el plumero pero no se desperto. Fue a por sus dos compinches con las que seguro podria despertarlo. Krystal y Coralynne se levantaron corriendo cuando les propuse levantar a su hermano adoptivo.

Krystal y Coralynne eran unas gemelas muy activas de 8 años que adoraban a Eloise desde el principio. Ellas y Rose eran las únicas hijas autenticas de los Blackwell mientras que Fred, Ger y ella eran adoptados. Fred era el sobrina de Caroline Blackwell, Ger era el hijo de los mejores amigos de los Blackwell y ella solo estaba allí porque Ger había sido lo único que le quedaba en el mundo.

Las gemelas saltaron sobre Geremy que grito algún improperio en latín y después se puso a hacerles cosquillas a las pequeñas que no paraban de reírse. Yo solo miraba desde la puerta pero antes de que pudiera decir nada ya me había lanzado sobre la cama para hacerme cosquillas. Los Blackwell aparecieron de repente en la habitación:

- Venga chicos, es hora de entrenar. Y vosotras pequeñas, creo que tenéis clase.

- A la orden señora.- Le respondió Ger con un gesto militar y Caroline se marcho con un suspiro mientras el señor Blackwell, Giles, cogió a Rose en brazos.

Rose reía sin parar lo que nos hacia reír a todos en la habitación. En media hora estaba lista con mi traje de entrenamiento y un cuchillo serafín en la mano.

Los cuchillos y espadas se le daban a Eloise genial pero de su parabatai no se podía decir lo mismo. Geremy le estaba enseñando la técnica con los chakrams que era lo que mejor se le daba mientras que Eli, como la llamaba el, le enseñaba como manejar cuchillos y espadas.

Geremy había mejorado mucho en el ultimo mes con las espadas, no se podía decir lo mismo de ella con los chakrams.

El entrenamiento duro toda la mañana y lo unico que queria era un poco de comida tras tanto ejercicio. Como siempre Ger pensaba todo antes que yo y antes de que me diese cuenta ya estabamos en ese restaurante donde van todos los seres magicos del area de Sidney. Mi plato favorito ,los crepês de pollo y bacon (Uno de los platos más normales de "La luz dorada"), se esfumo de mi plato en cuanto la camarera apareció ,una mujer azul con unos ojos verdes que no tenían nada de blanco.

Al fijarme en Ger con su pelo pelirrojo y largo tan desastroso que sabia que aquella mañana no se había peinado, sus ojos grises solo estaban atentos del plato. Y entonces me acorde de que la otra personita con ojos grises de la casa cumplía 2 años mañana.

A Ger le basto ver mi cara para saber que algo pasaba y parar de comer:

- ¿Que pasa Eli? Esa cara no indica nada bueno.

-Mañana es el cumpleaños de Rosalynn y no le he comprado nada. Ademas quería hacerle una tarta esta tarde.- Ger suspiro aliviado y sonrió mientras volvía a coger la ultima alita de pollo que le quedaba en la bandeja.

-Ahora mismo iremos a HobbyCo y le cogeremos alguna cosa, tu sabes más lo que le gusta. Después yo me la llevare a la playa toda la tarde para entretenerla y que tengas tiempo para hacer tu pastel.- No pude evitar sonreír.

- Gracias, eres un cielo y mi salvador. No se como podre agradacertelo.- El señalo su mejilla y yo le di un suave beso donde antes había puesto su dedo mientras notaba como sonreía.

-Soy Nefilim, mi deber es salvar al mundo y tu eres parte de el.

La primera vez que mis padres adoptivos me llevaron a la tienda con siete años y lo impresionada que me quede con todas aquellas cosas, desde peluches hasta carritos de bebe. Recordé como Fred ,que aun teniendo diez años ,era serio intento hacerla reír con una vaca rosa que acabo comprándole solo porque era la primera vez que la veía sonreír desde que llego al instituto. Corrimos por aquellas galerías repletas de gente olvidándose por una vez de todo.

La galerías de la tienda HobbyCo seguían llenas de gente con niños o sin ellos. Ger desapareció entre los estantes de peluches y como siempre apareció haciendo el tonto con la cabeza metida entre todos aquellos peluches.

-¿Has encontrado algo para Rosy?

-¿Que te parece este unicornio?- Le enseño un peluche con forma de unicornio azul que le pareció ideal para la pequeña adoradora de los animales míticos.

-Me parece una idea estupenda. Le costara entender que con tantos seres mágicos en el mundo los unicornios no existan.

-Cuando llegue ese momento sera una ardua lucha. Preparare mis cuchillos para ese momento.

A Rose le pareció genial ir a la playa y las gemelas se apuntaron a ir con ellos. Fred no molestaría, tal vez ni estaba en casa. Tenia la casa para ella sola así que dejo los ingredientes en la cocina y fue a cambiarse.

La habitación tenia el balcón abierto y el aire entraba soplando mi rizado pelo negro. Que raro, yo no había dejado el balcón abierto. Sobre la cama había una foto, una de ella con un chico rubio y de ojos negros. Tras la foto ponía una sola frase: "Nunca podremos huir de nuestro destino o tal vez si..."

Recordaba la letra, era el. Le había extrañado que no viniera antes con todo aquello que estaba pasando en el mundo de los cazadores de sombras, todo lo destruido por su mano. Una mano que alguna vez quiso que estuviera sobre la suya.

Para cuando todos volvieron la tarta, de chocolate y dulce de leche, ya estaba escondida en la nevera. No se había olvidado de la foto pero no se lo diría a nadie, estaba claro que no era una amenaza sino mas bien una promesa.

Pedimos pizzas para cenar y se sentaron todos en el salón común. Las tres pequeñas me contaron todas sus aventuras con Ger en la playa haciéndonos reír a todos con su elocuencia. El día acababa en sidney con una bonita puesta de sol que contemple desde mi balcón con vistas a la bahía. Ojala mañana fuera un buen día para Rose.