1. Caridad
A Sirius le gusta dormir hasta tarde y salir a Hogsmeade por cervezas de mantequilla, o ir a Honeydukes por unos caramelos de menta para él y barras de chocolate para Remus. Incluso los días de semana cuando tiene clases y deberes que hacer.
Y lo hace, aunque eso implique sacrificar el desayuno, -total, Remus siempre le lleva algo. Y dejar para última hora la tarea de Historia de la Magia, sobre la última revolución de los elfos domésticos, -total, Remus siempre le ayuda con algunos centímetros de pergamino-
Pero esta vez ha sucedido lo inesperado.
- No, no te ayudare esta vez, Sirius.
- ¿Por qué no, Remus?
- Porque te tengo mal acostumbrado y así no aprenderás nada.
- ¡Vamos! No seas cruel… Te necesito para terminarlo, Rem.
- Si lo hubieses hecho anoche en vez de irte a Cabeza de Puerco a beber whisky ilegal habrías alcanzado…
- ¡Anda! No seas así, Remus… ¡Hazlo por caridad!- Suplicó el animago poniéndole cara de cachorro desvalido.
- ¡Oh, Sirius! Odio cuando utilizas la cara de cachorro para manipularme… - Al instante de decir eso, el animago parpadeó repetidas veces, cual damisela en peligro- ¡Ya está bien! ¡Pero esta es la última vez que te hago una tarea! ¿Entendido?
- ¡Sí, Lunático!- Respondió el pelinegro con una sonrisa de oreja a oreja, contento por su triunfo.
