Disclaimer: Sólo las ideas aquí planteadas son mías. Naruto y sus personajes son propiedad de Masashi Kishimoto.

Traición.

Me senté en el sofá, como acostumbraba hacerlo las tardes de sábado que mi padre salía de casa, tomé el control remoto para ver televisión, pero me detuve en seco al escuchar un ruido proveniente del cuarto de mi hermana, como si algo rebotara sobre la cama y provocara un estruendoso rechinido que retumbó por toda la mansión. Me levanté de mi asiento y subí las escaleras, cada paso que daba era una posibilidad de lo que podía estar pasando, siempre temiendo lo peor, sin saber que nada de lo que pasaba en esos instantes por mi cabeza era lo que en verdad ocurría en aquella habitación.

Caminé por el largo corredor, el cual, ese día me parecía más largo de lo normal, por más que aceleraba el paso, la puerta no parecía acercarse más de lo debido, era como si algo o alguien me impidiera llegar ahí, sentía que no debía pero de igual manera seguía caminando.

Mi mano estaba ya sobre la perilla, se oían unas respiraciones detrás de la puerta, bastante agitadas, cabe mencionar.

Quería girarla pero algo me lo impedía, era como si una voz dentro de mi cabeza me dijera lo que lo que vería ahí dentro no me gustaría en lo absoluto y que me dolería en lo más profundo de mi ser, haciendo caso omiso a esa voz que me advertía la dura verdad giré, lentamente, la manija de la puerta, empujé la misma y la escena que apareció frente a mis ojos me dejaría un hueco en el corazón más grande de lo que creí; mi hermana estaba debajo cuerpo de mi primo, estaban recostados en la cama, ella le acariciaba el cabello, él la besaba y ella, por desgracia no oponía resistencia alguna, ambos disfrutaban de la compañía del otro y más que eso, hacían algo prohibido dentro del clan; algo que yo nunca hice por las malditas reglas que debía cumplir, ya que el amor que oculte por Neji durante mucho tiempo se volvía más profundo acallado en lo más recóndito de mi alma y de mi corazón. Y ahora la 'inocente' y tierna de mi hermana Hinata estaba en situaciones que me llenaban de ira, rabia, y, principalmente unos increíbles celos.

Ninguno de los dos se había percatado de mi presencia, por lo que cerré la puerta con la mayor sutileza posible y me dispuse a bajar las escaleras. Mi vista era casi nula debido a las lágrimas que se acumulaban en mis ojos. Yo nunca le hablé de mi amor por él a mi primo y ahora mi hermana lo había hecho, se encontraba como yo siempre quise estar.

Fue traición, a pesar de que Neji jamás me perteneció.