Disclaimer: Sólo las ideas aquí planteadas son mías. Naruto y sus personajes son propiedad de Masashi Kishimoto.

Advertencia: La historia en sí es medio confusa, yo misma acabé perdiendo la idea principal mientras la escribía (xD) así que no es raro que sea poco comprensible, pero está abierta a todo tipo de interpretaciones.

Una boda.

Me desperté, escuché las aves trinar afuera de mi ventana, era algo melodioso, un sonido que parecía entonado por los propios ángeles. Salí de entre las sábanas para que mi rostro fuera iluminado por los rayos de sol matutino y de esa manera comenzar otro día más. Miré a mi lado y mi prometido ya no estaba, seguro se había levantado desde muy temprano a seguir con los preparativos; él era una persona muy emotiva con respecto a eso.

Bajé de la cama y me dirigí a la ventana de mi habitación. Abrí la susodicha y un olor a rosas invadió mis fosas, era normal, todo el patio estaría adornado con dicha flor, esa misma tarde se festejaría una boda.

Escuché la puerta cerrarse y una sonrisa se dibujó en mis labios, fui un poco despistada al no notar que fue abierta pero no era nada relevante ya que sabía a la perfección de quien se trataba. Rodeó con sus brazos mi cintura y yo dejé caer mi cuerpo sobre su pecho.

—¿Cómo está la mujer más hermosa del mundo? —preguntó de una manera nada propia de él. Fue algo dulce que me sonrojó levemente al instante.

—Te extrañé durante estos 3 días. —Respondí haciendo omiso caso a su anterior pregunta, me sentiría rara haciéndolo por alguna razón.

—Yo también. Es muy aburrido planear toda esta boda.

—Algo, pero nada se puede cancelar y lo sabes.

—¡Ah! No tengo más opción, me resignaré. —Dejó de abrazarme y colocó sus manos detrás de su cabeza.

—No digas eso —tras pronunciar esto me giré a verlo.—. Yo te amo. —Me besó intensamente, como sólo él lo sabía hacer; de esa manera que a mí tanto me encantaba. Unos instantes después separamos nuestros labios, más por la necesidad de oxigeno que por gusto a hacerlo.

—Me voy ya. Debo seguir ayudando a Sai con la boda. —Musitó para después depositar en mis labios otro beso.— Nos veremos después de la ceremonia, Sakura.

—Espero verte ahí. Te amo, Naruto. —salió de la habitación y me dirigí una vez más a la ventana. Divisé a todas las mucamas de un lado a otro arreglando los últimos detalles para esta tarde, era un gran compromiso, además, Sai estaba muy entusiasmado por casarse.