"LETRAS"
Yura
Necesito decirte algo muy importante.
Te espero el viernes a las 8:30 de la noche en el parque principal de Moscú, que queda cerca de donde vives.
No faltes, no querrás perdértelo.
Nos vemos
Kuznetzov
-¿Qué querrá ese Bryan? Je, hace tiempo que no sé nada de él, y así no más me pide nos veamos, bueno, ya hace mucho tiempo que nos fuimos de la abadía…
Hace ya 4 años que habían salido de ese infierno, desde que el abad, Boris Balkov, y el financiero, Voltaire Hiwatary, fueron descubiertos y arrestados por la policía (1) por el trato indebido a los jóvenes huérfanos que habitaban ese lugar. Dejando a los de mayor edad a su cuenta y a los menores les buscaron un hogar en el cual pudiesen establecerse bien.
El grupo de los Demolition Boys se separó por distintas razones, y es que cada uno tenía en mente cuestiones diferentes, y aunque Bryan quería permanecer al lado de su líder, el cual desapareció, ya que las diferencias entre lo que querían hacer de ahora en adelante, eran muy diferentes y no podían soportarse, tan simple como eso.
Pero había pasado ya mucho tiempo, mucho, y quizás Bryan al fin se había dado cuenta que la vida no les iba a ser tan fácil como a muchas otras personas de su misma edad.
Aún separados, Sergei e Iván se encontraron, trabajando en un gimnasio como fisiculturistas, ayudando a las personas enclenques que quieren tener una figura como la de Sergei.
La vida para ellos empezó al salir de la abadía, era difícil, pero nunca se rinden, nunca lo hicieron.
Yuriy, vivía solo, en un apartamento pequeño, que podía pagar con lo que ganaba como estilista y mesero. Era un pequeño aprendiz de estilista, y trabajaba arduamente como mesero, para eso si era mejor, pero nadie dijo que la vida que llevaría fuera de la abadía fuera fácil, sin embargo, era mejor que estar en ese infierno.
Pero con Bryan, nadie sabía de él, no sabían dónde estaba ni qué hacía para "ganarse la vida". Pero al parecer, él si sabía de los demás, y Yuriy lo descubrió a través de aquella carta que encontró debajo de su puerta ese viernes.
El pelirrojo iba caminando a la luz de la luna llena, disfrutando el clima frío de Moscú; con una gabardina negra, la cual resaltaba ese cabello color fuego, entre el blanco frío de la nieve que lo inundaba todo.
Ya había llegado al parque, completamente vacío. Pero decidió adentrarse en él, para poder encontrar a la persona que había abandonado, y por lo que se sentía muy culpable todavía. A lo lejos divisó una silueta en una banca. Al acercarse más, supo inmediatamente quién era, era Bryan Kuznetzov.
Poco a poco fue acercándose más al ruso, quien tenía los brazos sobre el respaldo de la banca, ojos cerrados dirigidos hacia el frente, vistiendo una playera de mangas largas, un pantalón común, y sus características botas.
-Hola, Bryan ¿cómo te va? – saludó el pelirrojo con una sonrisa en sus labios, una sonrisa que sólo él había visto.
-Hola Yura – saludó, abriendo uno de sus ojos, mostrando su color lavanda en éstos; apuntando su vista hacia los ojos color zafiro de su capitán.
-¿Yura? ¿de dónde Yura? – preguntó algo exaltado el pelirrojo al extraño sobrenombre que le había impuesto su compañero.
-¿no te gusta que te diga así? Se oye bien – esbozó una sonrisa, abriendo los dos ojos.
- hn, como sea, no creo que para esto me hubieras invitado aquí. Hace tiempo que no te veo- dijo sentándose al lado derecho de Bryan, y cruzándose de brazos.
- lo mismo digo; creo que te esfuerzas en malabarear en una charola todos esos alimentos y pasarlos de un lugar a otro.- torció una sonrisa en forma de burla.
-por lo menos tengo un trabajo que me da lo suficiente para vivir, por lo menos hasta que encuentre uno mejor- hizo una pausa, y suspiro, cerrando sus ojos - y dime tú ¿qué haces? – soltó al aire.
Se había imaginado que Bryan era algo así como un drogadicto o un vendedor, ya que por eso no mantenía un contacto con el equipo, o tal vez estaba involucrado con el mercado negro o algo así, y ese simple hecho, le carcomía las entrañas.
-Je, al parecer no me has visto con mi "uniforme"- respondió burlescamente Bryan, causando un asombro en el pelirrojo.
-¿uni…forme? – Repitió, abriendo sus ojos y viendo fijamente las orbes lavandas de su compañero – Je, y… ¿de qué?
- de la STAFF (2)-
- ¿STAFF? ¿Qué es eso?
- Sí, guardaespaldas, y ese tipo de cosas, de algo me tiene que servir el entrenamiento de mi vida, y no voy a trabajar en un gimnasio, como lo hizo Sergei.
- Tienes el ego muy elevado, sin embargo, siento que hay algo que te incomoda. ¿Podrías decirme que es? – dice el pelirrojo con una sonrisa maliciosa, sin perder detalle de esos ojos lavandas.
Bryan baja la cabeza, y pone sus codos en sus rodillas. Luego, Bryan decide levantarse, para quedar parado frente al Yuriy que se encontraba sentado con los brazos cruzados. Con un rápido movimiento, Bryan quedó encima del pelirrojo, quien no supo cómo reaccionar ante tales movimientos tan comprometedores. Cada pierna de Bryan, a los costados de Yuriy, y sus codos estaban en el respaldo.
Sin más esperar, el pelilavanda lamió sus labios, y sin perder el contacto visual, orbes lavandas contra ojos zafiros, unió sus labios con los de su compañero. Esta unión hizo estremecerse a Yuriy por unos segundos, abriendo los ojos de par en par. Pero la sensación lo dominó, y cerró sus ojos, empezando a mover sus manos, primero, por toda la figura de Bryan, haciéndolo que se sentase en sus piernas. Sin romper el tierno y pacífico beso, Bryan empujaba levemente los labios de Yuriy, pidiendo amablemente la entrada a su deliciosa boca que ya hacía bastante tiempo soñaba en probar. Yuriy accedió inmediatamente, y profundizó el beso.
Ambos estaban acariciándose fogosamente sin soltar el ya salvaje beso. Pero éste tuvo que romperse, ya que el aire le hacía falta a ambos.
Los dos, quedaron viéndose a los ojos, atrayéndose más. Yuriy, con sus manos en la cintura de Bryan, y éste, con un brazo en el pecho del pelirrojo, y el otro en el respaldo de la banca.
-¿por qué…hiciste… eso?- se atrevió a romper el silencio que los invadía debido a su profunda curiosidad
-porque, te quiero mucho – contestó con una enorme sonrisa y un rubor en sus mejillas, mientras se acercaba nuevamente para empezar con otro beso, más preparado.
Pero antes de que empezara de nuevo, Yuriy lo detuvo unos segundos.
-Yo también, desde hace ya mucho tiem…- Bryan lo interrumpió con el beso que venía en camino. Tan solo las primeras palabras que salieron de los labios de Yuriy, a Bryan lo habían llenado de algo más de alegría.
Invadieron sus labios con sus lenguas, se exploraban cada rincón de cada boca del otro. La saliva ya resbalaba por sus labios y cada uno se concentraba en ganar más terreno en la boca del otro.
Hacían pequeñas pausas para poder respirar y seguir con la fogosidad de cada uno. Se acariciaban por encima de la ropa lo más que podían.
Luego, Yuriy agarró fuertemente la espalda del pelilavanda, para poder empujarlo de espaldas, mientras el pelirrojo se sentaba en el vientre de Bryan, sin romper el salvaje beso.
La nieve fue un suave y frío colchón para el muy ya caliente cuerpo de Bryan.
El beso fue roto por Yuriy, quien recibió un gruñido molesto de parte de su compañero, que los reemplazó por deliciosos gemidos, al sentir que su cuello se llenaba de besos y pequeñas caricias de parte de su acompañante pelirrojo. Yuriy sentía esa calidez proviniendo de su cuerpo, y también la que Bryan emitía, a través de su piel, y a través de su erección que rozaba "inocentemente" con la suya.
-Aahhh! Yuriy! – gritó el pelilavanda entre jadeos al sentir unos colmillos morderle el cuello.
-mmhhmm? – respondió el pelirrojo mientras relamía el cuello herido de su Koi.
-Aahhh! Mmm, te… quiero… desde… hace… tanto… - respondió el pelilavanda, con su voz más que entrecortada, pero perfectamente entendible para el agudo oído del pelirrojo.
-¿Cuánto…mmm... esperaste para… mm… decírmelo? – le cuestionaba el pelirrojo metiendo sus manos debajo de la playera de Bryan, sin perder contacto visual de las orbes lavandas.
-desde… la… abadía - contestó sincero Bryan ya que desde hacía ese tiempo que le gustaba su compañero de cuarto el pelirrojo, y desde ese tiempo descubrió las tendencias homosexuales que presentaba. Poco tiempo después, de darse cuenta que se estaba enamorando de su líder de equipo, y es que, todas sus características eran fascinantes… y que le atraían los hombres, y al conocer más sobre el asunto, aceptó que era gay.
Pero en el tiempo que se iban de la Abadía, tenía unos enormes deseos de decirle a su líder lo que sentía respecto a él; pero no estaba muy seguro, estar viviendo en un mismo lugar con él. Tenía miedo de que Yuriy no le correspondiera y perder la amistad que tenía con el pelirrojo.
Ambos eran muy buenos amigos, no quería romper con eso, necesitaba tiempo para pensar. Y se separaron.
El tiempo pasó, los recuerdos se hicieron más fuertes y decidió por decirle a su amado lo que sentía. Bien, ya se lo había dicho, ahora él había correspondido a sus besos y caricias, y empezaba a acariciar su pecho directamente con su piel.
-¿Por qué esperaste tanto? – preguntó curioso Yuriy, atrapando con dos de sus dedos, uno de los pezones de Bryan, haciéndolo gemir inconmensurablemente.
- Porque temía a que me rechazaras – es cierto, no podía mentirle por dos cosas, primero, era su líder, y segundo, que para Bryan era en primer lugar, era al hermoso pelirrojo del cual se había enamorado, no era cualquier persona, no podía ni debía mentirle.
-hm, ya vez, no te rechacé, y si me lo hubieras dicho antes – hizo una pausa para acercarse al oído del ruso y seguir con su masaje en el torso de éste. – nos hubiéramos disfrutado más – dice con tono demasiado sensual, que hasta cierra los ojos, absorbiendo los sensuales sonidos con los cuales formaba frases. Las cuales después de procesarlas, hubo una contestación:
- que te lo haya dicho tarde… no… significa que… - con una voz muy sensual – que nos podamos disfrutar menos – terminó con una sonrisa lujuriosa.
Bryan se sentó en la nieve, haciendo que Yuriy hiciera lo mismo y quedaran uno frente al otro. Bryan se quitó la playera que llevaba, quitándosela también a Yuriy, quien accedió a gusto. Ambos deslumbrados de la belleza del otro, el hermoso pecho de Bryan, tan musculoso, y el hermoso torso de Yuriy, tan apetecible y níveo. Ambos se perdían cada uno en sus sueños viendo al otro enfrente. Salieron de su estado de shock por la hermosura del otro, y regresaron a la realidad, la realidad en que ellos dos, estaban completamente solos, de noche, en el parque, y que ambos ya no soportaban el bulto que había crecido en su entrepierna.
-Yuriy – llamó.
-mmhhmm?- aunque quería que las palabras salieran, no podía
-vamos a aquel quiosco (3)- desesperado – ahora
Bryan jaló de la muñeca al pequeño pelirrojo y caminó lo más rápido que pudo hacia el quiosco que no se encontraba tan lejos.
No más llegaron, y Bryan recostó, con sumo cuidado a Yuriy de espaldas en el suelo, sin dejar de dar deliciosos toques y masajes a las tetillas ya erectas, tanto por el frío, como por la excitación, del pelirrojo.
Bryan siguió besando esos deliciosos labios, los cuales soñaba con probarlos y ahora estaba cumpliendo ese sueño. Yuriy le respondía muy placenteramente, mientras una de sus manos se posaba en la cabellera lavanda, profundizando más el beso que se había comenzado no más Yuriy ya se había acomodado. Su otra mano viajaba por el torso del fornido ruso, hasta llegar a la cremallera del mismo, y la empezó a abrir, sintiendo el palpitante miembro de Bryan. El ojilavanda safó el beso para pasar al cuello de su amante, y dejar pasar el aire que ya hacía falta. Mientras Bryan se hacía cargo del cuello del fogoso pelirrojo, movía sus caderas y las manos de Yuriy se pusieron en su pantalón, ayudando así, a dejar a Kuznetzov solamente con sus bóxers azulados.
Ahora el turno era de Yuriy, quien sólo levantó sus caderas sosteniendo su cuerpo en espalda y pies, dejando que Bryan lo despojara de todas sus prendas. Al finalizar de desvestir al pelirrojo, Bryan, quien estaba de rodillas con las manos a cada extremo del pelirrojo, admiraba lo que por tanto tiempo deseaba, y en ese instante podía ser suyo.
El pelirrojo lo miró con el ceño fruncido, y se jaló del cuello de Kuznetzov, para alcanzar su oído y susurrarle un
-no es justo- estirando con unos dedos el elástico del bóxer de Bryan, jugando lenta y seductoramente con él, bajándolo poco a poco.
Kuznetzov torció una sonrisa, y acostando al ruso con una mano, y con la otra, quitándose el bóxer, susurra:
-tardas mucho…- jadeante.
Ambos cuerpos ya desnudos, se admiran por unos segundos, ninguno de los dos rusos pensaba, o imaginaba que iban a ser correspondidos. No temían al rechazo, si no, de perder algo más importante, tal vez lo más importante que existía para ellos en aquella jaula.
Ambos eran hermosos, piel blanca, fuertes, claro, uno más que el otro, pero esas características tan peculiares de ambos, eran realmente increíbles.
Bryan no esperó más, y sin perder el contacto visual de esos hermosos zafiros, acercó una mano a la virilidad de su acompañante, dando ligeros toques, empezando a acariciar suave y lentamente, viendo y escuchando el resultado que exponía el pelirrojo.
Yuriy cerraba sus ojos, dando gemidos de placer, los cuales enloquecían al pelilavanda.
-Aaahhh¡ ¡más! Por…favor… ¡aahhh!- gritaba extasiado el pelirrojo.
Esos gritos de placer eran música para los oídos de Bryan, le enloquecían esos sonidos, y le gustaban más, cuando él era el causante de tales acciones, y no era el mismo pelirrojo; porque la primera y única vez que oyó esos sonidos, fue el pelirrojo, el mismo causante de ellos…. Pero ahora era diferente, era Bryan quien le arrancaba tan deliciosos sonidos.
Bryan deseaba que pidiera por más, así que, tomó todo el miembro de Yuriy en su mano y comenzó a masajearlo con mayor velocidad. Escuchando los gritos de Yuriy en aumento.
-Aaaahhhh! Bry….Bryan ¡ooohhhh!- escuchaba fuerte y claro
-¿quieres más?- se atrevió a preguntar el ojilavanda
-Aaahhh¡ ¡si ¡Oooohhh! ¡MÁS! exclamó el pelirrojo, apretando sus ojos, arqueando la espalda, debido a las acciones tan calientes de Bryan.
-de acuerdo- contestó Bryan, seguido a dejar el miembro de Yuriy en paz para reemplazarlo con su cálida boca.
Al quedar enfrente del miembro de Yuriy, lo contempló por un tiempo, acto seguido empezó a lamer la punta, y dar ligeros besos en todo el tronco, mientras sentía como Yuriy encogía sus piernas, gritaba, y se retorcía de placer, llevando una de sus manos, al cabello lavanda. Éste dejó de juguetear con su lengua, para meter todo el miembro de Yuriy en su cálida boca.
Con los ojos cerrados, comenzó a succionar sutilmente el miembro del pelirrojo, torturando, a la vez, el pezón izquierdo de Yuriy. ¡Vaya! Que curvas tenía el pelirrojo.
Yuriy ya no soportó más, y con un grito, y la espalda arqueada, culminó en la boca de Bryan, llenándola de su líquido blanquecino.
-¿Te…gusta…? – logró preguntar entre jadeos Bryan, conociendo muy bien la respuesta, pero esperando la afirmación de su koi.
-Aahhh…-exclamó con los ojos apenas en un susurro audible –si…- trató de calmar su respiración, y abriendo los ojos para enfocar a su compañero.
De un rápido movimiento, tomó a Bryan por los hombros, y lo dejó caer al suelo, mientras Yuriy se sentaba en las caderas de Bryan, haciendo que éste se sorprendiera del cambio tan repentino de su pareja.
-llegó…tu hora…- anunció muy seductoramente sin perder la mirada lavanda.
Poco a poco fue bajando, hasta que su rostro quedó viendo el enorme falo de Bryan, dejando una de sus manos acariciando el mentón, y la otra mano, recorriendo el torso y las caderas del ojilavanda.
Bañó la virilidad de su compañero en un poco de su caliente aliento, escuchando sonidos de placer por parte de su Bryan. Miraba profunda y fijamente el miembro de Kuznetzov, sacando su lengua empezando a lamer desde la base, hasta la cabeza de su presa.
Dio una ligera mordida en la cabeza del falo de su koi, quien alzó sus manos a la altura de su cabeza, lamiendo los dedos del ojiazul y abriendo sus piernas dándole más lugar al pelirrojo para que explorara mejor.
-Aaaahhh! ¡YA! ¡YURIY! – exclamó Bryan de forma desesperada, agarrando los cabellos rojos, empujando la cabeza, haciendo que todo su miembro entrara en la cálida boca del ojiazul.
Éste hizo un leve quejido ante la desesperada acción de Bryan. La vibración del gruñido hizo temblar la garganta del pelirrojo, que hacía contacto con la despierta virilidad de Bryan.
-mmmm….ah….asi… ¡MÁS! - resopló Bryan ante tales acciones. Luego, Yuriy empezó a succionar sutilmente el miembro de Bryan tratando de tocar con su lengua, todo lo que pudiese. Cuando Bryan estuvo a punto de llegar a su clímax, el pelirrojo abandonó aquella tarea, sustituyendo a su boca, por su mano, acercando su rostro al de su pareja. No faltó mucho para que Bryan se viniera en la mano de Yuriy, quien se encontraba lamiendo los labios y la lengua del pelilavanda.
-mmmmm…..aahh…del…cioso…- pronunció con un poco de dificultad, puesto en el estado en que se encontraba.
-¿te gusta?- habló seductoramente el pelirrojo – todavía hay más – y una sonrisa lujuriosa adornó su rostro, acompañados de una mirada tan tentadora y un poco nublada por el éxtasis del momento.
-por supuesto – dijo Bryan de la misma manera, extendiendo su brazo asi el bolsillo de su pantalón, sacando un pequeño bote.
El pelirrojo se quedó expectante ante la acción de Bryan, pero más, por el pequeño frasco que llevaba en sus manos. Sin más esperar, arrebató de las manos de Bryan, aquel frasco de lubricante. Y sentándose en los muslos de Bryan, empezó a bañar en lubricante el semejante miembro del pelilavanda, con ciertas caricias aún más excitantes, haciendo que el receptor cerrara sus ojos y abriera la boca, en forma de placer.
Con el miembro de Bryan ya lubricado, Yuriy, aferrándose de los muy marcados pectorales de su compañero, y con las rodillas a cada costado del mismo, levanta sus caderas, los suficiente para que esté a la altura de la erección de Kuznetzov, y cuidadosamente se sentaba en ésta. Sorprendiendo por una parte a Bryan, y deshaciendo a ambos en pequeños y enloquecedores gritos de placer y dolor.
Yuriy fue bajando cada vez más, dejando espacio a que sea invadido, atornado los sonidos en su garganta, tanto de placer, como de ligero y punzante dolor, hasta que todo el miembro de Bryan estaba dentro del lobo.
-Aaahh…Yu…Yuriy…ten…mas…cuida…do – expreso preocupado el pelilavanda, puesto que por dejarse llevar por la situación, alguno de los dos podía salir dañado, y eso no era muy conveniente que digamos, especialmente, en el estado en que se encontraban los dos rusos, si pasaba algo, deberían cancelar sus ´actividades´.
-no te angusties…lo…ten…dre… aaahhh – dijo, mientras se empezaba a mover de arriba abajo, tocando el torso de su amante y empujándose con sus rodillas que tocaban el piso.
Ambos se perdían en el placer, ahogando gemidos en besos salvajes y apasionados. Una de las manos del pelilavanda estaba en la cintura de su uke, y la otra, la movía frenéticamente en el falo del mismo pelirrojo.
Los movimientos empezaron a ser más rápidos, y la mano de Bryan se movía conforme el ritmo de los movimientos del ojiazul. Ambos, estaban ansiosos por llegar al delicioso orgasmo que se acercaba.
El ritmo se aceleraba cada vez más, los gemidos escapaban frenéticamente de las bocas de los rusos, ya estaban tan cerca…tan cerca. Con un último movimiento y un grito, tensando los músculos y arqueando las espaldas, ambos se rodearon de una sensación fabulosa. Bryan dejando su semilla en el interior de Yuriy, y éste, derramando todo el torso de Bryan.
El pelirrojjo, exhausto, se inclinó, recostándose en el pecho de Bryan, aun sin salir completamente de él. Tratando de calmar sus respiraciones.
-gra…cias….- dijo un pelirrojo con los ojos cerrados.
-¿por… qué? – preguntó confundido Bryan… ¿Por qué le daba las gracias?
-por… corres…pon…derme…- contestó aún agitado, con una sonrisa en sus labios y abriendo los ojos, mostrando sus hermosas orbes azuladas.
Bryan, al escuchar eso, sonrió ampliamente,
-no…gracias a ti….quien…me correspondio-
Y al decir esto, dejo salir su ya flácido miembro y abrazó más a su amado, quien logró decir antes de quedar dormido:
- Qué bueno que no me lo perdí…-
-hm, ia liubliu tibie…"drug" (te quiero mucho) ("Amigo")- responde en ruso…ya cerrando sus ojos….
-Ya tebya iyublyu…. (Te amo...)- casi sin voz, entregándose a un muy buen sueño, rodeado por los fornidos brazos de su koi.
-:FIN…?
(1)STAFF: mmm…no se qué significa cada letra, pero es una asociación para cuidar al ciudadano, si es muy cierto que "staff" significa como que, los encargados o de más alto rango, en este fic va dirigido a un grupo de personas que se encargan de la seguridad de ciertas personas, sin utilizar armas, el ejemplo más claro que puedo dar para que me entiendan, son esos sujetos que están adentro de los conciertos, atrapando a cualquiera que se suba a la tarima a abrazar a la cantante xD!
(2) Quiosco: realmente no creo que se escriba asi… creo que es kiosco…pero bueno, son esas casitas que hay en algunos parques. Al menos para que tuvieran un techo ;P
NOTAS FINALES:Bueno, al principio, el fic no me gustó, ahora cambié algunas cosas para que concordaran según el giro que le di (al ver que muchos querían continuación, y mi cabecita empezó a tener locas ideas) jejeje, asi que, espero que les siga gustando, y puedan seguir leyéndome n_n realmente será todo un gusto.
Bueno, ya en este fic, les invito a leer "SUNSHINE" que, la verdad, por el momento esta descontinuado x.x pero lo terminaré, es una promesa. Talvez no tan rápido como quisiera por las clases y cierto niño que no me deja hacer nada x.x jejeje, pero completaré mis proyectos, y tengo uno en mente n_n
¡Muchas gracias a todas y a todos por leerme!
