Aquella mañana me levanté sobresaltado, y era extraño en mi... Sabía que había soñado, pero no recordaba el sueño. Raro. Tras realizar mi pequeña rutina matutina, me subí al coche y fui directo al trabajo. Nada más poner un pie en la puerta y pasar mi carnet por la ranura para empleados, Jacqueline me dijo que el jefe me estaba esperando en el despacho; si ya sabía yo que algo pasaba hoy.
- Pasa, Jones.
- Buenos días señor ¿Hay algún problema...? ¿Para qué quería verme? -me empezaba a poner nervioso. Seguro que me despedían después de la reducción de plantilla que estaban haciendo.
- No hay ningún problema Jones, sólo un nuevo caso. - Me muestra una foto - Poynter, Douglas Poynter. Le llaman Dougie, pero ese es otro asunto. Estuvo saliendo con el hijo de los Moriarti.
-¿Moriarti? -cojí la foto y la examiné con cuidado. Observé el rostro de un jóven escuálido, de mi edad más o menos, con un flequillo hacia el lado, unos ojos azules que se achinaban porque estaba riendo y una pequeña sonrisa hacia el lado- Pobres de hoy en día, no saben la mafia que hay tras los Moriarti... Bueno, ¿Donde está su información? -me pasa una carpeta con varios folios-
-Aquí lo tienes todo, tiene un trabajo fácil -rió levemente y lo miré mal- No, no pienses mal, trabaja en la papelería de su familia, a escasos metros del centro. Empieza cuanto antes, y ya sabes, tienes esta misión hasta que te diga lo contrario, no te quiero ver por la oficina ganduleando, confío en tí Jones, eres mi mejor agente.
Le apreté una mano al jefe mientras con la otra cojía la carpeta. Sin más espera salí del despacho hacia mi coche y conducí hasta donde trabajaba el susodicho "Douglas". Otro gay de esos insoportables más que no sabía dónde se metía. El hijo de Moriarti ya se había cargado a tres en menos de 3 meses y ahora iba a por este...
Miré otra vez la calle de la carpeta y la guardé en la guantera. Me bajé del coche y justo enfrente había un gran cartel con grandes letras "PAPELPOYNTER'S". Reí al ver aquel cartel con un nombre tan ridículo y me acerqué al local.
Sonó una campanita cuando abrí la puerta y tras pasar por el marco de la entrada, oí en un leve susurro un "Buenos días" de alguien que se notaba demasiado tímido. Hice como si buscase algo, observando el local y colocando algunas cámaras y micros en lugares estratégicos. Me acerqué al mostrador y el chico de la foto estaba justo ahí haciendo fotocopias.
-Perdona... ¿Dónde están los periódicos? -dije para por lo menos saber cómo era en persona el susodicho de los próximos meses-
-Claro -se dio la vuelta y pude comprobar como llevaba una plaquita que ponía "DOUGIE" - Ahí los tienes - me miró fijamente con una gran sonrisa, y en ese justo momento, me replanteé muchas cosas, demasiadas para lo que suelo ser yo. Si no llega a ser que entró una anciana por la puerta, no sabría qué hubiera pasado. Sí, yo, Daniel Jones, Danny para los amigos, agente de la CIA desde hace dos años, que se tiraba a cualquier mujer bien puesta, estaba pensando en cómo podría violar...¿Pero en qué mierdas estaba pensando yo?
Giré sobre mi mismo sacudiendo levemente la cabeza y cojí el primer periódico que vi en la estantería. Sin volver a mirarle a la cara, ya que estaba ocupado atendiendo a la anciana, dejé dinero de sobra en el mostrador y me fui.
Siento en el alma haber tenido que borrar todo, de verdad. Tenía muchos problemas y además alguien me hizo una jugarreta ¬¬"
Bueno, no quiero entreteneros mucho, subiré cada semana, porque como bien sabéis ya tenía más de diez capítulos escritos y algún que otro OS.
Os adomodoro mucho :)
