NOTA: Podría esto haber sido un one shot de 40 páginas como el anterior, pero decidí darle cortes según los momentos de la historia e iré actualizando a medida que vaya avanzando, aunque ya tengo toda la historia planificada y sé perfectamente en qué terminará. Tengo 8 capítulos trazados y 4 terminados por ahora, así que no teman por la continuidad.


1. London calling- The Clash

Londres llama a los pueblos lejanos
se ha declarado la guerra y la batalla se acerca
Londres llama al inframundo,
salgan ya del armario chicos y chicas

Cuando llegó a Princeton, Rose pensó que el edificio tan señorial, los parques y el frío otoñal de la estación, la harían sentirse menos lejos de casa. Tenía 22 años y había decidido terminar su grado en literatura en un programa de intercambio; era la mejor opción considerando que había decidido estudiar a Paul Withman y analizar su influencia en la poesía homosexual por lo que pensó que lo mejor era viajando a Estados Unidos.

No que fuera fanática del país, pero Withman siempre la había sabido embrujar con sus palabras y por lo mismo, pese a ser una orgullosa hija de Leicester, era capaz de tragarse ciertos rencores con la estúpida sociedad americana. Los dormitorios del campus eran preciosos, gritaban "rico bastardo"; ella estaba becada, pero no iba a dejarse aminorar por los niñitos de papá que la miraban como si la británica hubiera ascendido desde las profundidades del infierno. No era para menos. Su apariencia era bastante escandalosa.

Tenía unos bototos de militar negros con punta de fierro, pantalones de cuero ajustado, camiseta rota con un símbolo anárquico pintado rusticamente, cabello rubio corto, cortado a masticones con mechones púrpura y verde teñidos irregularmente, un piercing en el labio, otro en la lengua, un fierro atravesando su lóbulo derecho y al menos cuatro aretes en el izquierdo, bajo la ropa, al menos 5 tatuajes y todo eso complementado con su tosco caminar. Sus modismos bruscos tampoco ayudaban, ni que hubiese espantado a un estudiante que tropezó con ella un agresivo: Piss off, mate!

Su cuarto quedaba en el tercer piso, así que pudo atemorizar a mucha gente más en el camino. Al llegar, vio un cuarto muy iluminado, blanco, camas amplias, un ventanal enorme y cerca dos escritorios con vista al jardin y dentro un chica rubia de cabello rizado y rubio cobrizo tomado en dos coletas; los ojos violeta de la muchacha se abrieron admiradas al ver a la chica de dura apariencia que estaba en la puerta, de todos modos, sonrió y dijo en un tono muy bajo y tímido.

-Hola, soy Maddeleine Williams... tu debes ser Rose

-Rose Kirkland - ladró la británica entrando a la habitación y dejando sus cosas en la cama desocupada. Se dejó caer en el colchón desnudo súbitamente y miró a la mitad de la habitación de su compañera. Tenía una colcha que tenía diseños de bosques, fotografías de ella y otras personas en bosques y cascadas y un poster de un panda que decía "Salvemos el Ártico".-¿Estudias biología? - observó la inglesa.

-Ecología y biología evolutiva ¿tú?

-Literatura- contestó secamente.

-¿Eres inglesa?

-¿Sí, de Leicester y tú?

-De Canadá, o sea igual soy de acá... es que mis padres se separaron yo me fui a Canadá con mamá, pero hace tres años vivo acá.

-Ya veo.

-Ya pronto empiezo la tesis

-Yo empecé ya la mía, a eso vine, a investigar, de hecho, y puede que me quede en un doctorado, pero depende de cómo me vaya.

-Espero todo salga bien... me iba a hacer un té, ¿quieres un poco? Hice unos panqueques.

Rose aceptó por cortesía, luego de una semana, se dio cuenta de la suerte que había tenido. El dormitorio de la facultad estaba lleno de niñatos creídos, clasistas o unos activistas cabezones que transmitían su discurso las veinticuatro horas. Maddeleine o Mad (1) como se había acostumbrado a llamarla, era rica y también activista, pero era una chica silenciosa, educada y respetuosa y la inglesa agradecía mucho tenerla de compañera de cuarto.

Eso es claro, hasta que apareció el problema.

Llevaban apenas diez días viviendo juntas, Rose estaba sola leyendo en su cuarto y escuchaba Joy Division a un volumen moderado (2), la puerta se abrió de golpe; la inglesa se puso de pie agarrando la cadena que estaba al lado para golpear al intruso cuando vio a un tipo alto, rubio dorado chillando alegremente.

-¡Maddie!, ¡Llegué vamos a comer!- seguramente esperaba encontrar a Mad, pero en su lugar encontró a una Rose furiosa a punto de echársele encima y matarlo a cadenazos. -Oh, no... espera, disculpa, el muchacho se salió tan rápido como entró y desde afuera preguntó.

-¿Y tú quien carajos eres?

-¡Eso debería preguntarte a tí, you bloody plonker!

En eso, Maddeleine, que había ido al baño, se abalanzó corriendo dentro de la habitación y se interpuso entre ambos.

-No, no, Rose, es mi hermano- lo dijo en un tono tan audible, que para la canadiense era casi estar gritando. La inglesa lo observó de reojo y, por supuesto. Era evidente, tenían casi los mismos rasgos con la diferencia de sexo, que el color de cabello de Mad era más oscuro, sus ojos violáceos, pero lo demás estaba allí.- Por favor, perdona lo que sea que este bestia te haya hecho...

-¡Hey! , fue ella quien quería matarme

-¡Tú entraste a la habitación sin permiso!- reclamó la inglesa apuntándolo con el dedo.

-¡Alfred cuántas veces te he dicho! ¡No puedes hacer eso en el dormitorio de chicas!, ¡No vivo sola!

-¡Maddie por qué no me defiendes!, yo soy la víctima.- lloriqueó el tal Alfred y Rose lo habría golpeado solo por exasperación, si no fuera el estúpido hermano de su compañera de cuarto.

-No eres la víctima, eres un malcriado y nos vamos a comer... lo siento, Rose, de verdad

-Ya, como sea, ponle una correa la próxima vez o no respondo - la británica se echó sobre la cama sin parsimonia, ignorando la mirada intensa y cargada de odio del invasor y siguió leyendo los análisis del uso de la metáfora en Withman y ambos americanos salieron de la habitación.

Alcanzó a disfrutar apenas de dos minutos de silencio, cuando un golpeteo mínimo le avisaba que Mad venía de vuelta; la canadiense asomó su cabeza a la habitación y preguntó.

-Mi hermano quiere disculparse invitándote a comer con nosotros

Rose quiso gruñir y morder rabiosamente, pero preguntó, sarcástica.

-¿Y por qué no viene él a decírmelo? ¿Miedo al lobo?

-¡Cualquiera tendría miedo después de haber sido amenazado con un arma!- se escuchó por detrás. La inglesa quiso salir de la habitación y lanzarse a su yugular; pero tenía hambre, este chico tenía dinero y le estaba ofreciendo comida gratis, siempre podía aprovechar y comer hasta dejarlo en banca rota, como venganza.

-Muy bien entonces, los acompaño


(1), Mad también significa "Loca" en inglés.

(2) Por si alguien tiene curiosidad - joy division - she's lost control