Bueno este es un fic fuera de lo normal, es un super-univero alterno.
Espero que les guste muuuuuchoooo pero muchoo, xq de verdad me inspire al escribirlo x3
aki va:
La voz que solo yo escucho
Realidad:
El ambiente era tenso, ella no hablaba y el... tampoco, por así decirlo. Cada uno de ellos temerosos por dar el primer paso. Hasta que por fin ella se llenó de valor y tomó el lapicero que colgaba del bolsillo de la chaqueta del chico y una de las servilletas del café.
"¿quieres saber como me sucedió?"-escribió en una limpia letra cursiva.
"la verdad es que desearía saberlo, pero no estoy muy seguro"-dijo Ryoma leyendo lo que acababa de escribir Sakuno.
Muchos años antes
Sakuno despertaba con el inquietante sonido del reloj despertador el cual salio disparado de la mesa de noche de la adolescente niña hasta caer al piso. Se levantó sin muchas ganas moviendo las delgadas sabanas de verano siguiendo la rutina de toda mañana escolar. Cepillarse, peinarse, lavarse y cambiarse, según ella la regla de las 4 "arses". Al terminar de cumplir los 4 componentes de la regla para levantarse bajo las escaleras entre saltos dirigiéndose a la cocina donde su abuela se servia un cargado café de desayuno. Sakuno sonrió abriendo el refrigerador sacando un par de huevos y leche.
"si no fuera por mi no se como sobrevivirías con solo un café"– dijo Sakuno sonriendo después de unos minutos en los cuales había preparado unas tortillas para ambas.
"lo se"-admitió la abuela Ryusaki devolviéndole la misma sonrisa a su nieta-"Ahora que mencionas eso me gustaría que me hagas un favor"-dijo su abuela poniendo una expresión de dolor.
"mmm... esta bien"-acepto sakuno después de pensarlo por unos segundos.
"hoy tengo que reunirme con los chicos del club y no tendré tiempo para ir al banco a pagar algunas cuentas"-dijo la abuela temerosa de terminar la oración-"¿podrías... hacerlo por mi?
"no te preocupes no es ningún problema además ya lo acepte desde el principio".
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La verdad es que no continuaría recordando la causa de su accidente y el cambio que había logrado dar a su vida ya que solo le causaba sufrimiento.
Tal como lo había dicho su abuela Sakuno había ido obedientemente al banco acompañada de su mejor amiga Tomoka quien si bien recordaba había dejado la idea de mirar los partidos de los tenistas del seigaku para acompañarla en su pequeña pero con un importante cambio en la vida de su amiga sakuno.
Entraron al no tan lleno edificio de regreso de la escuela y se pararon en una pequeña fila de personas que esperaban su turno para ser atendidos.
Ya solo faltaban dos personas y por fin serian atendidas.
Cuando de repente unas personas entraron con las caras tapadas y pistolas en mano.
La mente de sakuno se puso en blanco y luego pequeños trozos de recuerdo venían a ella de una rápida manera cuando intentaba recordar el suceso.
Tomoka le tomaba de la mano fuertemente asustada.
Imagen en blanco
Alguien la jalaba hacia si y le apuntaba en la garganta con una pistola
Imagen blanca
Se encontraba afuera del edificio aun siendo apuntada con la pistola y su amiga de la misma manera y unos carros de policías con ese sonido que le taladraba el oído y los nervios de la chica.
Todo negro
Sakuno se encontraba tirada en el piso derramando mucha sangre por su boca y su cuello, su amiga tomoka al lado gritando, maldiciendo... y llorando con pesar.
Ahora todo borroso, y no, no era la falla de su memoria estaba llorando a mares con miedo reflejado en sus ojos mientras comenzaba a convulsionar.
De nuevo blanco y las palabras de Tomoka que resonaban en su mente y en la ambulancia que las trasladaban al hospital.
"sa-sa-kuno... no mueras por favor"-es lo que gritaba tomoka a todo pulmón.
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Sentía como todos sus nervios comenzaban a funcionar justo cuando abrió los ojos con dificultad debido a la luz. Desorientada giro la cabeza varias veces, encontrándose rodeada de blancas cortinas, paredes blancas, un suelo blanco, una blanca cama con blancas sabanas que cubrían su cuerpo, ...y...blancas...vendas, su mano comenzó a temblar con miedo mientras poco a poco tocaba su vendado cuello aun se lograba ver una débil mancha de sangre en las vendas. Pero el único pensamiento que tenía en ese momento que ocupaba su miedo era: ¿Dónde estaba?
Y la verdad es que la respuesta le daba miedo y repetía en su cabeza intentando convencerse que no se encontraba en un hospital.
"Perdón señorita pero ella aun no despierta"-dijo una amble voz al otro lado de las cortinas.
"eh... no importa solo quiero verla"-dijo una voz conocida para sakuno. Las cortinas fueron movidas a un lado y se encontró con un largo cabello castaño que caía muy cerca de ella. La visitante al notar que sakuno tenía los ojos abiertos hecho a llorar.
"e-esss...ta de-despierta"-dijo con una voz temblorosa y la nariz roja.
"tomoka no llores"-intento consolar a su amiga pero para su sorpresa ningún sonido salio de su boca-"no llores"-intento hablar de nuevo pero volvió a pasar lo mismo que al principio ningún sonido fue producido y Tomoka aun lloraba, entonces Sakuno poso una de sus manos en el cabello de tomoka que aun lloraba en su regazo, y al darse cuenta sintió como una tibia lagrima surcaba su rostro para dar rienda suelta al llanto que siguió después de eso. Todo acababa de cambiar para ella y lo único que podía hacer era llorar.
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Tal vez sea obvio decirlo ahora pero Sakuno había perdido el habla en ese momento y aun para algunas personas le era difícil pensar en esas cosas.
Muchos años después.
Lograba escuchar el sonido de miles de tacos siguiéndolo por su recorrido y le parecía asombroso el hecho que aun tuvieran fuerzas para gritar su nombre después de horas.
Como cualquier otra gran estrella japonesa, Ryoma Echizen le parecía de lo mas normal pero fastidioso el ser acosado por miles de mujeres (y una que otra vez por hombres o)
Ellas no lograban verlo ya que estaban detrás de él, pero su ceño fruncido podía ganar premios, movió su gorra para así tapar su enojo.
Su rostro se ilumino al ver la gran puerta de salida que había en el lujoso edificio y también pudo ver la luz de la esperanza al ver su vehiculo esperándolo, por así decirlo, frente a el.
Mientras bajaba las escaleras busco en sus bolsillos lo que parecía ser las llaves del auto.
Cuando por fin sus fans lo alcanzaban el convertible negro se alejaba de ellas a 100 k/h en un área de 60 k/h máximo.
"¡Te amamos Echizen!"-gritaron con unas sonoras voces agudas. Para después hablar entre ellas de lo guapo que les parecía el actor de pantalla chica, y entre las más informadas de su, tal vez, próximo salto a las pantallas grandes y de lo entusiasmadas que se ponían al pensar en ello.
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Eran las nueve de la mañana, del primer día de la semana, y una mujer de medio ondulado cabello se levantaba y a pesar de su mala memoria inconcientemente siguió la regla de los 4 arse, cuando cumplía uno de ellos, cambiarse, miro su closet con desaprobación, su ropa no era nada llamativa, era de un estilo entre medio serio y reservado, busco entre sus cajones algo sport y cómodo, y encontró un pantalón negro de un material parecido a la franela que se ajustaba a su caderas y por lo demás era flojo, y un polo manga larga de color gris, se puso las medias y también sus zapatillas, dio unos pequeños saltitos sintiendo la comodidad de no usar los tacos altos y siguió sus actividades.
Al peinarse hizo lo que normalmente haría para trabajar y para que su pelo no le fastidiara lo amarraba en una cola alta que terminaba en un pequeño rulo bien formado. Cuando ya estaba por salir tomo unos finos lentes de lectura y se los puso sobre el pelo arreglando bien su flequillo se miro por última vez al espejo y salio del apartamento, camino hasta el ascensor presiono el botón moviendo el pie con impaciencia.
"Tal vez esto tome tiempo"-pensó ahora moviendo los dedos sobre su pantalón.
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Un convertible negro atravesaba la ciudad con rapidez, cuando su recorrido fue detenido por el sonar del celular del conductor, el muchacho aminoro la velocidad y respondió sin mirar el nombre del que llamaba.
"¿si? Habla echizen"-dijo mientras poco a poco paraba el auto frente a la calle llenas de tiendas.
"¿Echizen? Soy Tezuka?-dijo una voz grave al otro lado, mucho mas madura que la del joven que contestaba.
"Ohh Tezuka-sempai ¿que sucede?"-pregunto mientras miraba la pastelería que se encontraba justo frente a el a través de las lunas polarizadas.
"ahora estoy en una reunión pero ¿crees que después podamos vernos?"-dijo el hombre esta vez susurrando las palabras.
"¿Dónde estas?"-pregunto Ryoma mostrando interés en las palabras de su sempai.
"en el estudio 12"
"estoy cerca de allí, entonces te veo en el café. Hasta entonces"-dijo Ryoma prendiendo el carro que había apagado minutos antes, dando vuelta en "u" quemando las llantas sobre la brea por la velocidad dejando marcas de su impecable auto en la pista.
Fue bajando el volumen de la música cuando noto que el edificio no estaba tan lejos. No era muy difícil encontrarlo, había grandes imágenes de los programas que producían y de sus actores más ilustres y famosos colgando sobre las, de un color verde olivo, paredes. Era casi obvio que su sempai tenia que estar entre ellas; se trataba de la reciente producción con Tezuka-sempai, la película se estrenaría en pocos días y en la imagen se veía la foto característica de la película en la cual Tezuka cogía del mentón a una chica a cinco centímetros de distancia, ella cerraba los ojos al parecer esperando un beso, y el miraba de reojo a la cámara con picardía, eran casi incontables las veces que había encontrado a algunos grupos de chicas admirando la foto y en raras ocasiones con algunas cámaras.
Dejó el carro frente al edificio y entro al lugar mientras se ponía la gorra que normalmente utilizaba para que nadie descubriera su identidad (además de que le quedaba muy bien)
Camino casi con los ojos cerrados, conocía ese lugar como si fuera su casa (diría la palma de su mano pero la verdad es que yo no conozco la mía de tal forma xD). En la entrada se encontraba tres pequeños grupos de muebles con una recepción en el medio de cada uno de ellos, detrás estaba la gran escalera, para las personas que subían pocos pisos o de emergencia, era grande y seis personas alcanzarían en un mismo escalón, al lado izquierdo se encontraban los ascensores, que era a donde iba Ryoma. Se encontraría con Tezuka-sempai en el café del estudio, que estaba en el octavo piso, pero cuando se encontró a una buena distancia del ascensor noto que había una gran hoja pegada en el.
"En reparaciones"
"...diablos"-susurro Ryoma. Ahora debía subir ocho pisos por la escalera, es decir con su buen físico no era ningún problema, pero después era una estrella vaga, que solo hacia ejercicios por su carrera. Dejo escapar un poco de su felicidad en un pequeño y disimulado suspiro mientras se dirigía a la gran escalera.
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"Buenos días"-saludó Oishi abriendo la puerta de su apartamento a su aprendiz que sonreía al verlo aun en pijama, nada presentable.
Sakuno hizo una pequeña reverencia y entro al lugar dirigiéndose de frente a la cocina mientras el hombre se dirigía al baño, no sin antes cerrar la puerta claro.
Minutos después Oishi volvió a la cocina ya presentable sentándose en la pequeña mesa redonda, esperando el delicioso desayuno que prepararía Sakuno.
La mujer tomo un pan y lo partió a la mitad, ese día había despertado sin mucho apetito.
"Debes comer, si no tu cerebro no funcionara bien"-dijo sonriéndole y dándole un pequeño golpecito en la cabeza.
"¿Qué haremos hoy?"-escribió Sakuno en una pequeña pizarra que le había regalado su amigo el cartero por una semana de amigos, al mirarla Ryusaki sonrió recordando el día.
"Pues obvio que escribiremos, y yo haré algunas cuentas"-dijo Syuichiroh.
Después de terminar el desayuno se dirigieron al pequeño estudio de trabajo, Oishi trabajaba en su computadora con su gran escritorio y esa cómoda silla, siempre decía que se inspiraba al estar allí. Por su parte Sakuno se sentaba o se echaba en el sofá de al lado con su laptop sobre sus piernas siempre pendiente de su sensei.
Oishi era un famoso escritor de novelas y también de guiones de series y/o películas. Sakuno todavía recordado la primera vez que lo vio. Después de perder la voz, Sakuno había pensado seriamente en dejar los estudios, después de todo no estaba segura a que se dedicaría años después. Fue por esos días que Oishi llego al colegio a dar una pequeña charla sobre el trabajo de un escritor, ya desde entonces, a pesar de su edad, era muy famoso, su primera obra batió records de ventas la primera semana, ni hablar de sus demás publicaciones. Fue en ese momento que Sakuno descubrió que esa carrera podría salvarla de una vida de mantenida.
Y ahora después de años estaba ella como la pupila del renombrado escritor.
Fue hace dos años que Sakuno había escrito un libro de fabulas, la cual fue todo un éxito, gracias a eso fue bien recibida por varios editores, y al notar que a partir de ese momento necesitaría ayuda y una buena preparación para poder mantener su carrera acudió a la persona que la había inspirado.
Sakuno abría su archivo mientras releía los últimos párrafos cuando el timbre sonó.
Sakuno sonrió, y miro su reloj, eran las 11 a.m. hora en la que llegaba su amigo, se levanto del lugar dejando su laptop con cuidado sobre el sofá y miro de reojo a Oishi quien a pesar de disimularlo muy bien Sakuno lo había notado.
Syuichiroh-sensei se había movido cinco centímetros de su asiento, mientras su frente sudaba de nervios, y la música del teclado al chocar con sus dedos paraba, no se necesitaba hacer silencio para escuchar los latidos de su corazón que se aceleraban al pensar en la persona que estaba al otro lado de su puerta.
Los primeros días a Sakuno le pareció de los mas raro que le pasara eso a su maestro pero después de pequeños recuerdos la respuesta era simple, su jefe estaba enamorado.
"Sa-sakkkk...sakuno abre la puerta"-tartamudeaba Oishi fingiendo que no le importaba, la chica asintió la cabeza y camino a la puerta.
"Buenos días ¡Sakuno-chan!-gritaba un alegre chico abrazando a la pequeña. El cartero había llegado a la hora justa como siempre lo hacia.
"Buenos días Eiji-kun"-escribió Sakuno en una hojita. Eiji fue una muy buena persona desde el principio con ella, pero según sabia nunca había mantenido una conversación aceptable con su sensei, lo cual no ayudaba en lograr una relación de amigos, como comienzo.
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Ryoma miro la escalera con felicidad, no había nadie en ella, y no sonreía por que fuera antisocial ¡no claro que no! Es que odiaba tanto que las personas se acercaran a el por ser famosos y no por su personalidad.
Pero su sonrisa se esfumo al ver a una chica de castaños cabellos con una cola que terminaba en rulo volteando la cabeza de un lado a otro.
"no puede ser... que me haya perdido"-pensó Sakuno cabizbaja cuando a la distancia diviso a un hombre en jeans con gorrita, no tenia la misma apariencia que los demás que vestían en elegantes ternos.-"tal vez el me pueda ayudar"-pensó mientras se acercaba a el.
Ryoma noto como la chica había cambiado su mirada a una decidida y se acercaba a el con fuertes pasaos. Cuando noto que se encontraban en el mismo escalón sintió miedo de que se atreviera a hablarle así que subió uno mas, pero ella permaneció en el mismo lugar, cuando de repente sintió como una mano jalaba su manga con delicadeza.
"¿uhmm...?"-musitó con fastidio mirándola.
Continuara...
Espero que les haya gustado la idea, pronto escribiré sobre los demas miembros del club y sobre el futuro que les he dado jaja
Por favor dejen reviews lo apreciaria mucho y los espero en el proximo cap.
