Disclaimer: J.K Rowling es dueña de los personajes y el contexto, sin embargo, el escrito es mío.


Querido Colagusano:

Vaya, llevamos mucho tiempo sin verte. Sé que las cosas están complicadas, pero te pasas de ingrato de no venir a vernos, eh. Vieras como está nuestro bebé, cada día más grande y más travieso. Igualito a Cornamenta.

Te aprovecho de escribir ahora que él no está, ha ido a comprar unos dulces que al pequeño de Harry le fascinan porque se la ha pasado llorando todo el día desde que probó uno y no teníamos más. Él no quiere que te escriba, ni a ti ni a nadie, porque aunque no me lo dice está nervioso, más nervioso que nunca, pero supongo que nada malo puede salir de esto. Una simple carta, y no debes estar tan lejos ¿no?

Creo que ésta es la carta más breve que he escrito en toda mi vida, pero debe ser así. Incluso he intentado ser secreta utilizando aquellos estúpidos apodos que ustedes aman. ¿Ha dado resultado? No me lo digas.

Gracias amigo, gracias por todo. No me alcanzará una vida para agradecértelo.

Lily.

PD: Te envío una foto de Harry para que compruebes lo que te digo. Está cada día más parecido a su padre, ¿no?

Peter empujó a la lechuza que recién le había traído la carta afuera de la ventana, bramando para espantarla. Tomó con una de sus manos el texto recién leído y con la otra lo incineró con su varita al instante. El miedo le carcomía cada centímetro del cuerpo y no se podía dar el privilegio de observar por segunda vez la hermosa fotografía de James, uno de sus mejores amigos, sosteniendo a un pequeño de meses en su regazo, que agitaba sus palmas saludando a la cámara.

Deseó que las cosas fueran diferentes, deseó que ellos no lo hubiesen escogido, deseó no haber hecho nada de lo que hizo, deseó no haber conocido a los Potter, a la orden del fénix, a… Voldemort. A Nadie. Incluso hubiese preferido no haber nacido nunca.

Tragó el nudo de lágrimas que se amontonaba sobre su garganta e indicó la fotografía con su varita. Dos segundos, un hechizo pronunciado, y el último recuerdo de aquellos, a los que quiso como una familia, desapareció entre chispas, llamitas y un sonido de alivio desesperado.


Te odio Pettigrew. *se va secando las lágrimas en el camino*

Gracias por leer :)