Disclaimer: Esto podría demorar mucho entonces solo aclararé que no me pertenecen... pero la trama es mia jijijijij
Primavera
Sus oidos se alertaron ante el sonido agudo que rompió el silencio, su corazón latía rápidamente mientras su cuerpo atravesaba rápidamente la pequeña y oscura habitación en la que se encontraba, las gotas de lluvia golpeaban con fuerza el techo, y mientras una luz incandescente penetraba por las ventanas un nuevo grito resonó en los oidos de joven Hanyou. Llegó a la habitación con un temor que no había sentido desde la última batalla con Naraku, desde aquella vez en que atrapados en la perla de Shikon pensó que podría perder a su Kagome para siempre, desde que en un destello azul vió a su querida Kagome desvanecer y desaparecer por tres largos años. Entró a la habitación con la respiración agitada y sus sentidos atentos a cualquier anomalia, a cualquier energía extraña, pudo sentir el palpitar acelerado del corazón de la propietaria del futón que temblaba de tal manera que parecía tener vida propia, se acercó a ella afectuosamente y se sentó a su lado para acariciar su oscuro cabello;
- me asustaste...un mal sueño?- dijo reconociendo en su propia voz una suavidad que nunca pensó llegar a poseer - está tronando- dijo ella, pero ya no temblaba, la persencia del hanyou de cabello plateado la calmaba más que cualquier otra cosa, o persona - un trueno?, keh!... pero si eso no es nada, debes dejar de ser tan cobarde
- yo no soy cobarde-
- no claro que no- dijo él de manera burlona mientras cruzaba los brazos, en el momento en que dejo de acariciar la cabeza de cabello azabache sintió un frío desagradable en su mano que solo fue olvidado ante la mirada desafiante de la pequeña
- dime cómo quieres que te lleve a cazar youkais conmigo si no soportas una pequeña tormenta- la pequeña irguió la espalda demostrando que el orgullo era algo que también corría por sus venas
- ya te dije que no soy cobarde, y Shippou me ha enseñado muchas técnicas útiles en caso que me encuentre con un mostruo- Inuyasha arqueó una ceja, así que el pequeño zorro había estado enseñándole a su pequeña a escondidas, después se las arreglaría con el pequeño brivón
- así que has aprendido a defenderte, muestrame que tanto sabes...- la niña de cinco años lo miró decidida, sus ojos dorados desafiando a sus iguales,de repente se abalanzó sobre él, muy lenta para los reflejos del joven, pero definitivamente más rápida que la última vez que lo había hecho, su pequeña estaba creciendo, más rápido de lo que él quería admitir, finalmente el juego llegó a su fin cuando ella tomó las orejas de su padre
- TE GANÉ!- las risas de ambos atrajeron a la joven sacerdotisa que en un principio se había asustado al despertar sin su esposo a su lado, mas había dejado aquella preocupación de lado al escuchar las carcajadas provenientes del otro lado de la casa, se detuvo en el umbral de la puerta a contemplar su familia, a su esposo, a aquel que le había dado vida en más de una forma, aquel que había amado ya por años, luego posó sus ojos marrones en la pequeña que luchaba por zafarse de el abrazo fuerte de su padre, y miró el par de soles que iluminaban su rostro, el rasgo que más le gustaba de la pequeña. Inuyasha se volvió hacia ella, y de repente se encontró frente a dos pares de ojos dorados mirándola fijamente
- y... esta es hora para estar jugando?- la pequeña sonrió arrogantemente, después de todo los ojos no eran lo único que le había heredado a su padre
- no jugamos, estoy cazando- Kagome soltó una pequeña risa a la vez que se acercaba más a la presa y la cazadora
- bueno, creo que es suficiente de caza por un día, no crees Inuyasha?- el joven tomó a su pequeña y la recostó de nuevo en la cama
- La mamá ha hablado- acarició con aparente rudeza la cabeza de la pequeña despeinando su ondulado cabello, Kagome se acercó tambien y la besó con suavidad en la frente acomodando lo que su esposo había desarreglado inicialmente. La pequeña no tardó en dormirse e Inuyasha escuchó con atención hasta que eso sucediera, una vez la respiración de su hija le indicó que ésta se encontraba profundamente dormida Inuyasha se dirigió al lado Kagome, cuando llegó la encontró acostada, pero por la manera en que respiraba sabía que no estaba dormida aún, con cuidado se acostó a su lado, dejando que el aroma de ella lo embriagara, pasó su brazo alrededor de la cintura de la joven sacerdotisa y dejo que ella acomodara su cabeza en su hombro
- sabes, he estado pensando que deberiamos tener otro hijo.- ella se sentó y lo miró con incredulidad
- OTRO HIJO!?- sus ojos eran tan grandes que se podría decir que ocupaban la mitad de su rostro
- si, Tener un solo hijo es muy poco, además Yuki está creciendo muy rápido
- Está creciendo?... muy rápido?, solo tiene cinco años!
- si, ya pronto tendrá seis... o quince- Hubo un silencio entre los dos, un silencio que te ponía más denso con cada segundo
- el hijo de Miroku tiene un año más que ella.
- ni lo pienses Inuyasha
- mas le vale a ese pequeño mocoso no meterse con mi niña, en especial con ese padre... te digo que si...
- Inuyasha.
- es preciso que tengamos un niño, que la defienda... muchos niños
- ella sabrá defenderse sola Inuyasha... es tarde duerme- dijo ella poniendole fin a la discusión mientras se recostaba en el pecho del joven que con tantos pensamientos en su mente había perdido el sueño, después de todo Kagome tenía solo quince años cuando la conoció, no fue mucho después que él se enamoró de ella, y las cosas que habían sucedido, los accidentes en los termales que terminaban el él viendo el cuerpo desnudo de la joven.
- duermete Inuyasha... deja de preocuparte
- keh!- "después de todo, si alguien la llega a tocar o a ver sin ropa a Yuki le sacaré los ojos", Kagome entonces se levantó y presionó sus labios suavemente contra los de él, lo cual dejo la mente del hanyou en blanco
- ahora si.. podrías dormirte?- Inuyasha sonrió y se acercó a ella de nuevo besándola con ternura... habían pasado cinco años desde aquel hermoso día en que sintió el aroma de Kagome por primera vez en tres años, desde que decidieron hacer su vida juntos
- te amo.
- yo tambien Inuyasha... pero duermete, es la una de la mañana- y se quedó dormida mientras balbuceaba razones por las cuales era importante el dormir, entre ellas había una recolección y hierbas y un "sueño de belleza"
- keh, tonta.- y la besó suavemente en la cabeza antes de cerrar los ojos y quedarse tranquilamente dormido.
Bueno, espero que les haya gustado, hace mucho que no escribo y este pequeño capítulo surgió
Gracias por haberla leido y cualquier sugerencia es muy bien recibida en ese pequeño botoncito morado de abajo!
:D
