Disclaimer: Los personajes son propiedad de Andrew Hussie, autor de Homestuck. La historia es de mi autoria.

Siendo este el primer fanfic que subo a internet, espero les agrade.

Allá vamos.

Aviso:La personalidad de algunos personajes, especialmente Dirk, puede ser poco acorde en un principio y el desarrollo de la historia para así darle énfasis al drama que vive en su vida en ese instante.


Sabanas enredadas en su cuerpo sudoroso.

Un hedor a alcohol casi nauseabundo y decenas de colillas de cigarros sobre la cama.

Despertar de esta manera era una escena que se repetía cada día, hace algún tiempo.

Sus ojos aun intentando despegarse con pereza le daban la visión de una habitación extraña para él, una vez más.

Su mirada se dirigió hacia su lado derecho, sabiendo que allí se encontraría una vez más con un rostro desconocido; esta vez era una hermosa chica, que dormía con una enorme expresión de satisfacción.

Entorno sus apagados ojos con una mueca de fastidio.

— Así que esta vez fue una chica.

Dijo en un susurro para sí mismo.

Entre un mar de prendas, busco sus pertenecías para marcharse luego de allí.

— Dirk, has despertado.

Oh, que ella despertara no era parte de sus planes. Deseaba marcharse de ese lugar en silencio.

— Si – Contestó con neutralidad.

Dirk se vestía de manera serena, aunque la incomodidad por salir de allí era evidente.

— ¿Quieres desayuno o algo? Tengo algún-

— Solo buscaba mi ropa para salir de aquí, no esperaba que te despertaras en realidad –interrumpió el chico mirando a la chica bajo sus gafas oscuras con suma indiferencia.

En realidad, era muy duro, pero estaba siendo sincero con ella.

— Oh, ya veo – la chica parecía totalmente decepcionada.

— Mira, no pienses en esto como algo importante, recuerda que es solo sexo – aclaró Dirk – además ni siquiera recuerdo que pasó, estaba suficientemente ebrio para no hacerlo.

— Eres un imbécil.

Sin querer escuchar más, el chico termino de recoger sus pertenencias y se marchó del lugar, dejando atrás otro corazón roto.

Así era, alguien diferente cada noche para calmar aquellos deseos pasionales. Y mucho alcohol y drogas para no recordarlo.

Dirk Strider había sobrepasado sus propios límites, estaba tocando fondo.

Cada día sus ojeras se acentuaban más, eso sumado a su palidez y debilidad física evidente. Había adelgazado muchos kilos; ya no proyectaba la imagen de chico guapo e interesante que tuvo alguna vez.

Aun con todo esto encima, no era capaz de llevar personas ajenas al departamento que compartía con su pequeño hermano, ni menos aún hacer evidente su horrible estado.

Quería proteger a Dave, incluso con sus horribles adicciones.

No podía dejar de pensar en la última vez que hablaron.

Por Dios, Dirk, detén esto.

Dave le miraba con una enorme tristeza en sus ojos.

¿Qué cosa? – contestó el rubio mayor, fingiendo no entender.

Estas mal, has perdido mucho peso… incluso tu piel esta algo manchada.

El menor acerco con suavidad su mano al rostro de su hermano, ese chico que antes fue la persona más genial que había conocido jamás. Dirk se alejó de manera instantánea.

¿Luzco tan horrible? – sonrió con un poco de tristeza.

Dave decidió sentarse junto a él en el sofá, la mirada de Dirk parecía perdida en la nada.

Esto no está bien, Bro.

Solo necesito dormir, no te preocupes.

Dicho esto, decidió levantarse y dirigirse a su habitación en un intento de evitar la discusión que se aproximaba.

¡Estas así hace más de un año, Dirk! – gritó de pronto el menor, haciendo que su hermano se detenga a escucharlo, sin voltearse- Entiendo que estés dolido, nadie se esperaba que Jake-

No tiene que ver con él, ¿Acaso no puedo salir a embriagarme de vez en cuando? –interrumpió visiblemente molesto.

Sabes que no es solo salir a embriagarse – dijo haciendo una breve pausa – Desde que "eso" ocurrió, tú solo te dedicas a acostarte con cada cosa que se mueva, drogarte y estar todas las noches fuera.

Dave.

No Dirk, han pasado semanas completas en las que no sé si estas vivo siquiera – decía presionando sus puños con impotencia – ¡¿Cómo piensas que se siente esa mierda?!

Dirk sintió como la voz de su hermano luchaba por no quebrarse.

Solo déjame, necesito estar solo –pronuncio para encerrarse dentro de su habitación.

Odio verte así, no sé qué hacer para ayudarte.

Dirk suspiró sonoramente, las cosas con Dave iban así desde hace tiempo. Y él no hacía nada más que preocuparle.

Recordando aquello fue a dar a la puerta de su departamento. Aún estaba algo ebrio, por lo que sacar sus llaves e intentar introducirlas en la cerradura se estaba volviendo una pequeña lucha.

La puerta finalmente se abrió, pero él estaba seguro de no haberle dado. Al levantar su vista Dave estaba allí, mirándole fijo con expresión molesta.

— Dave… – pronunció algo incómodo, le apenaba que su hermano le viera así.

— Bébete un café o duerme – el chico hablaba casi a golpes, desde ese día solo se dirigía a él por cosas puntuales – Saldré, no sé a qué hora vuelva.

Dicho esto, el menor se marchó.

¿Qué mierda estaba haciendo con su vida?

Incluso Dave debía sentirse avergonzado de él, su figura a seguir era un tipo patético e incapaz de enfrentar las cosas sin alcohol.

¿Qué tan mal podría llegar a estar?

Su hermano tenía razón, desde que perdió a Jake, no podía sentar cabeza.

Cada persona que se tiraba, lo hacía pensando en Jake, cada vez que bebía era para intentaba olvidarlo y al drogarse, incluso en ese deplorable estado, no dejaba de verle.

Pero, aunque él creía que no podía tocar fondo, aun no caía totalmente en ese abismo que el mismo había formado.

.

Eran aproximadamente las 3 de la mañana.

Dave no había vuelto a dar señales de vida desde que salió en la mañana y Dirk por primera vez en meses durmió en casa, o más bien, se quedó esperando.

La angustia no le dejaba dormir.

— Dave se queda solo cada puta noche, ni siquiera sé que es lo que hace, soy un imbécil – se decía a sí mismo.

Pronto el sonido de unas llaves lo saco de sus pensamientos, la puerta se abrió y se escucharon pasos.

— Dave – dijo levantándose de una sola vez, mientras se asomaba por la puerta de su habitación.

Efectivamente era el rubio menor, quien le miraba con los ojos más abiertos de lo normal.

— No imagine que estuvieras aquí – susurró algo incómodo, al parecer estaba acompañado.

— Ya veo, descuida, si quieres me marcho o algo – sugirió Dirk.

— No, no es necesario.

— Dave, podemos ir a mi casa, mi padre debe salir por trabajo y no volverá hasta mañana en la tarde – susurraba una voz bastante sonsa – veremos algunas películas.

— Cierra la boca, no volveremos a ver Con Air – gruño Dave, devolviéndole la miraba a su confundido hermano – Bro, pasare la noche fuera – dijo, como si estuviese pidiendo permiso.

— Como quieras, pero vuelve mañana temprano – dijo con un gesto bastante paternal.

— Como digas, tú descansa, te hace falta – por fin el tono de Dave dejó de ser tan severo.

Dave se marchó junto al desconocido, a quien el Dirk no pudo ver tras la puerta.

Más calmado, finalmente se fue a dormir, esperando que fuera el comienzo de una situación más tranquila.

Lamentablemente estaba equivocado y eso no sería más que la calma antes de la tormenta en su vida.