El Dios Choromatsu se encontraba sentado a lado de una fuente. En ella podía ver el mundo de los vivos, le encantaba mirar a esas criaturas que a pesar de sus maldades siempre contenían amor por más mínimo que fuera. Y es por eso que detestaba a los demonios, sabía que ellos eran los que hacían cometer a los humanos atrocidades inexplicables para después poder devorar, sin pena alguna, su alma.

Es por eso que se odiaba así mismo, había caído enamorado por una persona perteneciente a la raza que más detesta: un demonio.

》》》》》》》

Fue hace poco que conoció a un demonio de lo más particular, si bien podía llegar a ser igual de malvado que sus otros allegados, pero había una diferencia con él a comparación de los otros y esto era que tenía más conciencia de lo que aparentaba sobre sí mismo y los demás a su alrededor.

Esto había llenado de curiosidad a Choromatsu por lo que decidió espiarlo y que mejor oportunidad para hacerlo que en la semana que le tocaba vigilar a los demonios para que estos no hicieran peores maldades que las que ya hacen. Fue así como pudo ver acciones por parte de ese demonio que podrían ser consideradas como nobles de no ser por que fuera un ser maligno por naturaleza.

Lo que siguió a continuación tomó por sorpresa, con un pequeño toque de pánico, a Choromatsu quien no estaba preparado para ese momento.

- Hey, desde hace tiempo he notado que me observas, ¿buscas algo de mi?- Al oír esto el de ojos verdes no pudo más que voltear hacía la dirección de donde provenía esa voz. Sabía muy bien de quien era esa voz, la había escuchado antes pero se negaba a creer que el dueño de la voz se encontrara ahí hablándole a él.

Ahí estaba, el demonio a quien

constantemente vigilaba se encontraba parado justo enfrente de él con una sonrisa llena de malicia.

- Jajajajaja, parece que te he asustado, no te preocupes no haré nada malo...solo quiero saber por que me has estado vigilando es incómodo ¿sabes? Pareciera que estas acosando a la persona que te gusta - Al terminar de decir esto el demonio soltó una risa.

Tenía puesto un saco negro, por debajo llevaba una camisa roja y llevaba puesta una corbata negra, su pantalón era negro también y sus zapatos eran igual de oscuros; en su espalda sobresalían dos grandes alas parecidas a las de los murciélagos y sobre su cabeza habían dos pequeños cuernos.

- ¿Hah? ¿Gustarme? ¿En que cabeza cabe esa ridícula idea? La única razón por la que te vigilo es por que eres un espécimen raro - Decía mientras observaba atentamente al demonio.

De improviso éste se acercó rápidamente al pequeño Dios que no pudo reaccionar rápido.

- Jajajajaja puede ser... pero tú también eres un espécimen raro, los demás Dioses no llevan una patética corona de hierba sobre sus cabezas aparte de que nunca se atreverían a dirigirme la palabra - El demonio comenzó a jugar con su cola que sobresalía del pantalón.

- ¡Es algo que usan los novatos! no es patética. ¡T- Tú eres el patético! - Había mentido, ningún otro Dios llevaba una corona como la de él. No sabía que responder el de ojos verdes, a él le gustaba la pequeña corona que llevaba, le gustaba diferenciarse aunque sea un poco de los demás y además le encantaba el color verde. Para él el verde es vida.

- ¡Ehhh! ¡¿Así como así?! Qué injusto - El de ojos rojos hizo un puchero mientras decía esto. Era un puchero adorable pero era tan infantil esa acción que hizo al Dios reír e inmediatamente se tapó la boca con sus dos manos mostrando un ligero sonrojo en sus mejillas.

- Me has caído bien. Desde ahora tú serás mi entretenimiento cada vez que me aburra. Y debo agregar que no se ve mal esa toga en ti. - Dijo el de traje con una sonrisa perversa.

- Tú...maldito pervertido - La cara de Choromatsu se había vuelto completamente roja.

- Debo irme, nosotros lo demonios también tenemos trabajo. - Mientras emprendía el vuelo oyó la voz del pequeño Dios.

- Espera ¿Como te llamas? - Y con una sonrisa en su rostro el demonio contestó.

- Osomatsu - Tras decir esto desapareció de la vista de Choromatsu.

》》》》》》》

Había pasado tiempo desde que ellos se habían vuelto amigos o eso quería pensar Osomatsu ya que para el de ojos verdes eran simplemente conocidos.

El demonio había estado visitando al Dios novato cada vez que se aburría, le divertía hacerlo enojar pero le gustaba más hacerlo sonrojar. Se había dado cuenta que le encantaba ver a Choromatsu sonrojado, le parecía algo adorable.

Las visitas que hacía Osomatsu al pequeño Dios se habían vuelto más seguidas, ya no lo hacía solo para entretenerse, lo hacía para poder verlo y pasar tiempo con él.

Un día se le ocurrió invitar al de ojos verde al mundo humano, quería ir al Hanami con él, era un espectáculo tan bello, un paisaje que nunca encontraría el pequeño Dios en el cielo donde vivía.

- ¿Qué te parece? Vamos, vamos. Será divertido. - El demonio comenzó a volar haciendo círculos dejando que Choromatsu fuera el centro de ese círculo.

- No puedo, tengo trabajo que hacer. - Una parte de él no quería ir, pero la otra se moría por ir. Quería conocer el mundo humano y también quería pasar tiempo con el demonio.

Tenía trabajo que hacer, no podía ser irresponsable y nuevamente su respuesta fue un no.

No quería admitirlo pero realmente era amigo de Osomatsu, le daba vergüenza admitirlo y aunado a eso en el paraíso estaba estrictamente prohibido ser amigo de un ser maligno incluso de hablarle; gracias a eso se había llevado varias reprimendas de sus superiores.

Sin embargo, no pensaba dejar de hablarle a aquél demonio que se había convertido en alguien especial para él aun si eso significaba recibir más castigos por sus jefes.

- ¡Qué aburrido! ¿No se supone que los Dioses son buenas personas que ayudan al prójimo? - Dicho esto emprendió su plan para hacer que Choromatsu accediera a ir.

- ¡Claro que lo somos, más no con demonios! - Sin darse cuenta comenzó a caer en el juego del de ojos rojos.

- ¡¿Ehhhh?¡ Eso es aun peor, ¡son unos racistas! Deberían ser más como nosotros los demonios que no discriminamos a nadie...ah... ¡eso quiere decir que ustedes son peores que nosotros! - Divertido con todo esto notó como el de ojos verdes se enfurecía al haberlo comparado con aquellos seres que tanto odiaba el pequeño Dios. - Si vienes conmigo demostrarás que me equivoqué al haber dicho lo anterior y aceptaré que los Dioses del cielo no son unos soberbios - Esperó la respuesta del Dios que en esos momentos se notaba desconcertado.

Choromatsu estaba realmente confundido, ¿Como había llegado a esa situación? No sabía que era lo que tenía en mente Osomatsu; dirigió su mirada hacia el de ojos rojos y se sorprendió, el demonio lo miraba con una sonrisa en su rostro, una sonrisa burlona pero comprensiva y cálida.

Entonces comprendió, Osomatsu le había dado la oportunidad y la excusa perfecta para ir con él. Lo miró y dio su respuesta - Iré -.

Había ganado, con tan sólo una palabras había logrado convencer a Choromatsu de ir al mundo humano con él. Sabía muy bien de los problemas que angustiaban al de ojos verde y había decidido darle una buena excusa para que fuera con él, realmente había funcionado y eso lo hacía inmensamente feliz.

Decidido empezó a planear el viaje.

》》》》》》》》

Los personajes no son míos son propiedad de Akatsuka sensei, que en paz descanse.

Hola, espero que les haya interesado la historia y se que debería de estar actualizando mejor el fic de KaraTodo pero...me llegó la inspiración para escribir esta historia. :"v ( Amo el OsoChoro)

¿Tendrá continuación? Por supuesto que sí, necesito hacer mi dosis de romance y drama.

Espero les haya gustado. Hasta luego.

PD: perdonen mi horrible redacción y ortografía

PD 2: La carátula (la imagen) no es mía. El Crédito es a su respectivo artista.