Llego a casa llorando como de costumbre, no debería hacerlo se bien porque lo haces pero no puedo evitar que me duela saber que aun hablas con ella con esa mujer que te hirió y te hiso desconfiar del amor… a pesar de que muchas veces me has explicado que solo le estas poniendo un alto que ya no quieres nada con ella porque estás conmigo no lo soporto y tu sabes bien porque, ella te busca quiere volver contigo se ah arrepentido de todo el daño que te ah hecho y tú no sabes reaccionar lo sé por la manera fría en que me tratas, maldición nisiquiera conozco a esa tipa y ya la odio, la detesto por tratar de quitar lo que con tanto esfuerzo eh conseguido…tu amor, tarde tiempo en que te abrieras conmigo por lo mismo que desconfías de la gente, tenemos tiempo saliendo pero realmente disfruto contigo todos esos momentos, maldición estoy llorando je soy tan patético pero no puedo evitarlo maldición nuestro amor es diferente tu y yo somos hombres y aun así te amo más que esa mujer, ella podrá tener senos, usar faldas, el cabello largo, pero yo tengo un corazón lleno de amor por ti,

-Moyashi ¿por qué lloras?- el mayor se encontraba tras de él mirándole con un deje de preocupación, sabia porque lloraba él más que nadie lo sabía, tenía que arreglar todo ese asunto

-Kanda te amo, no te alejes de mi – el albino volteo a verle abrazándole sin dejar de llorar,

-Baka Moyashi, porque tendría que hacerlo -el mayor acerco sus labios al oído del albino susurrando unas palabras lamiendo un poco el lóbulo de este

-Kanda- el mayor se separa viendo al menor con un deje de curiosidad a lo que el albino sonríe sonrojado –necesitaba que supieras que eres todo para mí, porque nadie me ha hecho sentir lo que tú me haces sentir- Kanda sonrió complacido ante las palabras del niño y sin bacilar beso sus labios puesto a que él no era el tipo de personas que expresaba lo que siente con palabras, y Allen lo sabia…sabia que las acciones a veces valían más que mil palabras, ahora trataría de no llorar confiaba en Kanda y en su amor ese que le había hecho creer que valia la pena tener a alguien con quien compartir tu vida