Lechuzas en el balcón
Lunático, Colagusano, Canuto y Cornamenta estaban esperando a que la profesora McGonagall terminara de hablar con el profesor Slughorn. Él estaba muy alterado porque los merodeadores habían saboteado la poción que Severus y Lily estaban preparando. Varios estudiantes mostraban los efectos en diversos grados. Lily Evans salió del salón en compañía de Severus Snape y volteó la cara cuando vio a Sirius y a James riendo. Este último se sonrojó y pasó la mano por su cabello ya de por si alborotado.
-Es un caso perdido, Cornamenta. –Sonrió Sirius.
-No te hagas falsas esperanzas. –Dijo Remus.
En ese momento algo captó la atención de Sirius: una chica de piel blanca como la nieve, con grandes ojos marrones y largos cabellos plateados que caían como una cascada sobre sus hombros. Peter siguió la dirección de su mirada y murmuró: No entiendo cómo Longbottom puede ser amigo de ella. ¡Es de Slytherin!
-Sonríe demasiado. –Se quejó Sirius. -¿Están saliendo? Creí que él tenía algo con Alice.
Remus sonrió para sí. Él era muy observador. Y fue el primero en darse cuenta de los sentimientos de James por Lily, así que era natural que también fuera el primero en averiguar por qué de pronto a Sirius le desagradaba tanto Frank Longbottom.
-No creo que Roxanne y Frank estén saliendo. –Dijo. –Lucius jamás permitiría que su hermana ensuciara el nombre de la familia Malfoy.
-Tú estás en Herbología con ella. ¿Verdad, Lunático? –Inquirió James.
-Sí. Es muy talentosa, pero creo que su mejor materia es Defensa Contra las Artes Oscuras.
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Andrómeda Black salió del salón un tanto confundida. Sin embargo, el profesor Slughorn había conseguido revertir los efectos de la poción y caminó hacia Roxanne.
-Un día Potter va a traer un dragón a la clase sólo para llamar la atención de Evans. –Murmuró Roxanne.
-No sé cómo Sirius y James siguen en el equipo de Quidditch. ¡Mañana tenemos un partido en contra de Ravenclaw! Tendremos suerte si la profesora McGonagall no los suspende esta vez. –Frank suspiró con pesar. Pero rápidamente recuperó su deslumbrante sonrisa. -Vendrás a verme, ¿cierto, Roxi?
-Sabes que siempre voy cuando juega tu equipo. –Se rió ella.
Un grupo de Hufflepuffs pasó a su lado y se oyeron varias risitas tontas. Frank Longbottom estaba en su sexto año (por lo tanto, era un año mayor que Roxanne y los merodeadores), jugaba en el equipo de Quidditch de Gryffindor, era alto y bien parecido. Roxanne estaba muy consciente de esto y aunque veía a Frank casi como a un hermano le gustaba presumir la atención que él le dedicaba.
Andrómeda se apoyó en Roxanne, ella se despidió de Frank y ambas se dirigieron a la sala común de Slytherin.
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-Señor, Potter, usted primero. -La profesora McGonagall sostuvo abierta la puerta del salón de pociones. El profesor Slughorn se acercaba y retrocedía intermitentemente hacia el gran caldero que seguía humeando.
Peter sostenía a su rata entre las manos, ésta lo mordió y se fue corriendo por el largo pasillo. Pettigrew fue tras ella, varios estudiantes que lo vieron pasar soltaron fuertes carcajadas.
-¿Cuánto a que termina en el Bosque Prohibido? –Sirius retó a Remus. El primero estaba recargado sobre la pared, era la viva imagen de la despreocupación. Remus, por el otro lado, veía con el seño fruncido la dirección que había seguido Colagusano.
-Sólo espero que no se cruce con el Sauce Boxeador.
Pasaron unos minutos en silencio hasta que el hombre lobo dijo:
-Deberías invitarla a ir a Hogsmeade este fin de semana.
-¿De qué hablas?
-Vamos, Canuto. Eres tan sutil como James. –Remus rodó los ojos. –Deberías decirle algo.
-Está bien.
-¿De verdad? –Remus arqueó las cejas sorprendido.
-Sí, siempre y cuando tú hagas algo respecto a Sabrina Tattington.
17 noviembre 2014
