¡Hola! ¿Cómo están? Esto no sé si lo vi o lo leí, si lo vi. No sé si es una película o una novela y, si lo leí no sé si es un libro o fanfic (Ojala no sea, pero de todas formas lo que tengo en mente es muy diferente, solo tome el inicio es decir; solo este capítulo). Me acorde cuando escuchaba la canción de Don Omar "Adiós" y decidí escribirlo. Gracias a Berenice Valera, una integrante del grupo Krumione 3 en Facebook me animo a subirlo. Espero y les guste.


Disclaimer: los personajes son propiedad de su respectivo creado

Advertencias: AU mundo mágico y mundo muggle, leemon fuerte, y creo que un poco de Occ

"Solo quiero hacerte saber que, quizá no es mejor manera. Pero de la misma forma que yo respete tu primer adiós, espero que tu también respetes que esta vez soy yo, él que quiere irse. Y solo espero que… puedas mostrarte de acuerdo y encontrarte contigo misma, y que reconozcas una sola cosa; que yo soy el único que te ha amado. Porque yo reconozco otra cosa que es: que irá a pasar el tiempo y que tal vez no encuentre con quien compartir, pero seguiré luchando. Pero a esta guerra tuya y mía, ya no le puedo decir más que sí, seguiré mi camino. Adiós"

Hermione soltó un pequeño gritillo, cuando su marido la alzo con facilidad entre sus fuertes brazos —¿Es necesario hacer todo esto? —pregunto ella sin poder evitar sonreír ampliamente

Horas atrás había contario matrimonio y ella no podía estar más feliz con este acontecimiento.

—Hay que seguir al pie de la letrra el prrotocolo ¿no?—dijo él como única respuesta, con su marcado acento tapizando sus palabras, riendo igual que ella

La castaña sonrió feliz y solo atino a besarlo en los labios. Beso que se prolongo al punto, en el que ni siquiera noto cuando él abrió la puerta de la habitación y entraron.

—¡Oh Viktor este lugar es maravilloso! —exclamo Hermione, aun entre sus brazos, emocionada al ver la decoración tan intima y romántica de la estancia.

—¿Te gusta? —le pregunto él poniéndola en el piso.

—Por supuesto que sí —expreso maravillándose con el espacio

Tan ensimismada estaba observando todo con fascinación, que solo salió de su embeleso, cuando una copa de champagne apareció frente a sus ojos, alzo las esquinas de sus rodados labios antes de tomar esta entre sus manos, y darle un pequeño sorbo. Viendo como el azabache imitaba su acción con una mirada cómplice.

Viktor puso la copa sobre la mesa.

La castaña lo observo expectante de sus acciones y en un rápido movimiento que no pudo prevenir, él la tomo entre sus brazos pegándola a su torso, para después besarla.

Sintiéndose sumida por el romanticismo del lugar, y atraída por los sentimientos que él despertaba en ella, Hermione le devolvió el beso de forma apasionada. Sintiendo el adictivo sabor de sus labios en conjunto con el de la champagne, pero conforme avanzaban los segundos el beso fue subiendo de intensidad, haciéndose más profundo.

Sus lenguas se movían en un song que les estaba haciendo perder los sentidos, parecía que en lo único que podían pensar, era en sentir más de la boca del otro. Tanto así que no se dieron cuenta que Hermione aun sostenía la copa de champagne entre sus manos, lo que ocasiono que cuando fuera abrazarlo, vertiera sobre Viktor, el contenido de esta.

—¡Ay perdón! —dijo ella riendo, el azabache se separo un poco —estas todo mojado— expuso mirando el desastre que había hecho

Él rio también quitándole la copa, para ponerla sobre la mesa

—Y no quieres ayudarme a quitarrla —insinuó Viktor con voz absorbente, viéndola detenidamente

Hermione le devolvió la mirada al tiempo que sentía sus mejillas calentarse

—No tienes que hacerlo, si no quierres —ella sabía muy bien que él no solo hablada de eso, Viktor siempre la había respetado —tu… —

Pero antes de que él siguiera hilando palabras, la castaña lo jalo por las mejillas y lo beso

—Sí quiero…— pronuncio sin aliento cuando el beso se hubo cortado y para darle hincapié a sus palabras, comenzó a soltarle los botones de la camisa blanca, sin embargo sus manos comenzaron titilar al hacerlo.

Viktor pareció notarlo, porque entonces detuvo su acción—Tiemblas como una hoja—le susurro antes de besarla con ternura, deslizando suave y sutilmente sus labios sobre los de ella.

Hermione se dejo hacer, mientras sosegaba con aquel beso todo el nerviosismo que la apisonaba, él le mordió sutilmente su labio inferior y ella se dejo ir, abriendo lentamente los labios para él, viendo las estrellas gracias aquel ósculo. Él movió sus labios por su cuello y la castaña abrió la boca para emitir leves jadeos a causa de las sensaciones eléctricas que empezaron recorrerla, Viktor siempre la hacía delirar con unos simples besos, sus grandes manos se engancharon en su cintura y ella gimió bajito.

El azabache se sentía a morir en aquel instante de pura felicidad, la mujer de su vida estaba entre sus brazos, disfrutando de las caricias que él le proporcionaba a su maravilloso y natural cuerpo. Se aparto un poco solo para mirarla, se veía tan hermosa con las mejillas sonrojadas, los labios hinchados y la respiración acelerada. No podía creer la suerte que tenia.

Estaba casado con ella, con el amor de su vida

—Me encanta cómo me miras... —le dijo Hermione sacándolo de su estado abstraído— Lo haces como si para ti, no hubiera otra mujer en el mundo. —

—Y así es—le expuso pegándola contra él—tu Herrmione, erres toda calidez, y deseo, me incendias, cuando, te mirro—todo esto se lo decía dándole cortos besos en los labios que cada vez se iban haciendo más largos—te amo…—susurro en su oreja antes de morder su lóbulo.

—Oh—ella gimió cuando él comenzó a mordisquear dulcemente su cuello, mientras paseaba sus manos por todo lo que alcanzaba

La forma en la que ella reaccionaba lo estaba llevando a tocar las nubes y no estaba muy alejado de la realidad, porque cuando bajo muy lentamente el cierre que tenía el vestido a un lado de la cintura. Pudo apreciar la piel de su ahora esposa, tan suave como el algodón. Sentía la badana de sus manos hormigueándole y la sensación se estaba extendiendo a cada espacio de cuerpo

Hermione solo podía pensar en que el siguiera acariciándola y besándola como lo hacía, se sentía mareada y le agradaba la sensación. Sobre todo esa que sentía en el pecho, era como si su corazón estuviera creciendo al punto de querer explosionar.

Solo fue consciente de sí misma, cuando sintió como la parte de arriba de su vestido era bajado hasta llegar a su cintura. Su cara se puso roja al recordar que no llevaba sujetador y el sonrojo aumento al ver en los negros ojos de su esposo sorpresa y algo más que no pudo describir ¿era pasión, deseo o amor?, quizás eran todas y por eso no le encontró nombre. Ella trago saliva ante su ávido escrutinio y entonces hablo o al menos lo intento:

—E-es que veraz, se veía atraves de-del vestido, digo de…de la seda del vestido… por la espalda…—¿porque su lengua siempre tenía que traicionarla cuando el calor empezaba arder entre ellos? Se pregunto ella internamente—y yo… bueno, yo me tuve que quitar—explico sintiéndose un poco tonta por no hablar con claridad

Al él pareció no importarle, porque entonces le dio un beso en los labios—No tienes que disculparte por algo que me gusta Krasiva—

Poco a poco Krum le fue bajándole el vestido hasta dejárselo sobre las caderas

Hermione contuvo el aliento cuando Viktor le acaricio delicadamente con su mano experta uno de sus senos, aquellas caricias la encendieron por dentro, mas aun cuando él la beso mientras que tomaba entre sus dedos sus botones, ahora erguidos. Las piernas le empezaron a temblar y se vio consumida por completo por el poder del modo en el que reaccionaba ante las caricias de su esposo.

Krum entonces la tomo entre sus brazos alzándola una vez más el aire, solo que esta vez no se rieron, sino que se besaron con vehemencia, la castaña llevo una de sus mano a la mejilla de él con dulzura.

La recostó sobre la cama y ella pudo leer en sus ojos, tan oscuros como la noche misma, todo el amor que profesaba por ella. Sentía que no podía ser más feliz que en aquel momento tan especial y único, la debilidad se apodero de ella cuando se percató de que Viktor le quitaba los zapatos y empezaba a bajarle muy lentamente el vestido

—Amor mío tu nunca dejas de sorprrenderrme— susurro al ver las delicada blumas blancas con encajes rosado y las medias hasta medio muslo que tenia puesta—tu erres la mujer más bella del mundo, lo sabías—

Ligeramente abochornada, ella sonrió ante las los elogios que él le dedicaba —Solo me siento así cuando tú me lo dices—le susurro acariciándole lo labios con la yema de los dedos

El la beso en la boca moviendo los labios de una manera tan extasiante, que la hizo llevar sus manos a su cabeza enterrando los dedos en su negra cabellera, delineo con la punta de su lengua el contorno de sus labios pidiendo un acceso, que rápidamente le fue concedido.

Sus lenguas se encontraron en una danza exquisita que los hizo jadear, ese beso le estaba alterando lo sentidos y el corazón a los dos. Poco a poco fue incrementándose, los alientos de los dos se mesclabas entre jadeos furiosos, pero parecía que ninguno quería dejar ir la boca del otro.

La castaña movía las manos entre los oscuros cabellos de él, mientras mordía de a momentos sus labios. Derritiéndose por dentro, se sentía humeante y necesitada de más, quería que él le diera todo lo que tenía por ofrecer.

Quería más

Viktor le acariciaba los muslos y la cintura. Pegándose a ella haciéndola experimentar el calor que desprendía su piel, cuando el beso se rompió, el azabache se bajo y comenzó a quitarse la camisa y el pantalón.

Ruborizada al punto de resplandecer Hermione lo observo magnetizada, sin poder apartar los ojos de él. No existía un hombre más hermoso y viril como aquel, pensó viendo su cuerpo cincelado y perfecto.

Cuando se dio cuenta, Viktor ya estaba sobre ella acariciándole suavemente las mejillas, se miraron a los ojos antes de besarse de nuevo, tan dulcemente, pero de un modo tan intenso a la vez que ella sintió el despertar de deseo

A los pocos segundos ya había perdido la capacidad de raciocinio, él comenzó a jugar con el encaje elástico de sus medias y una agradable sensación empezó a calentarle los lugares más íntimos, sin poder evitarlo se alzo para estar más cerca de él, le resultaba imposible contener el deseo que había incitado en ella.

—¿Qué pasa? —le pregunto ella cuando él se hubo separado un poco

—Relájate…—le susurro con la voz ronca llena de acento

Su hombre comenzó a besarla en el cuello y ella no pudo evitar gemir tenuemente, sintiendo como su incipiente barba le raspaba exquisitamente, mientras que sus labios destilaban pasando por su clavícula, hasta llegar a sus senos, el corazón le empezó a latir de una manera impresionante, y no sabía si era por la excitación que la recorría o por la emoción de saber que estaba con el hombre que amaba, por lo que cerró los ojos y concentro solamente en el húmedo curso de los labios de Viktor.

Él le besaba con ligereza la piel de sus pechos, y luego empezó a humedecerle delicadamente los pezones, haciéndole gimotear de satisfacción, necesitada llevo sus temblorosas manos a su cabeza en un intento de que no se alejara, un gemido se quedo atorado en su garganta cuando él comenzó a sorberle esa zona.

La cara le ardía de placer y deseo, estaba absorta, lo que él le estaba haciendo, las lamidas y los suaves mordiscos la hicieron echar su cabeza atrás.

Maravillado ante los sensuales y agudos maullidos que ella emitía, Viktor escurrió los labios por su torso, besando cada centímetro. Rodó sus labios por su abdomen, al mismo tiempo que bajaba muy lentamente las blumitas de su castaña de un modo tan sutil, que ella no se dio cuenta.

Lánguidamente lamio la piel de su estomago húmedo de sudor, le encantaba el sabor de su mujer. Hasta que llego hasta su feminidad, cuyo olor le llamaba de forma vertiginosa—Oh Dios eres más hermosa de lo que imagine. —exteriorizó mas para sí mismo, en su idioma natal, cuando la descubrió

Hermione se llevo las manos a la cara avergonzada al escuchar esas palabras, pero Viktor no se dio cuenta de esto, su mirada oscurecida estaba puesta en la intimidad de ella, si que era preciosa. Tenía unos labios íntimos tan rosados y carnosos, se veían tan esponjosos, un pequeño botón sobresalía entre ellos, estaban húmedos.

Hipnotizado bajo su cabeza y comenzó a besarla enardecidamente

—Ohhh… a-ahhh Vik-viktor—exclamo fuertemente ella.

El mordió lentamente uno de sus pliegues, antes de absorberlo, ganándose más gemidos de parte ella. Lamio toda su extensión hasta llegar al lugar más sensible de su centro.

El cuerpo de Hermione temblaba, la idea de mantener el control le resultaba inconcebible, nunca antes había imaginado aquellas sensaciones, iba oleada tras oleada de placer. Sentía que el deseo iba creciendo en ella, gemía, jadeaba y se removía abajo los labios y la lengua de su esposo, hasta que exploto tan fuertemente que sintió que por poco y se desmayaba.

—Ahhh Viktor —grito de placer arqueándose

Toda ida, la castaña sintió como Viktor se acomodo entre sus piernas, mientras le acariciaba la cara. Al sentir como su firme masculinidad se iba abriendo paso atraves de ella, se abrazo a él.

Lentamente el fue ingresando y de repente un dolor agudo la atravesó, lo escucho gruñir y quedarse quieto, hasta que instantes después aquel dolor mermo y ella abrió los ojos, notando como él tenía la mandíbula tensada.

Hermione sonrió llevando sus manos a su rostro para empezó a darle suaves y cortos besitos en el rostro.

El azabache sonrió sintiendo los besos de la castaña, mientras separaba poco a poco los parpados, al constatar que no había ningún gesto de dolor en su fisionomía, le sonrió dulcemente y la beso. Antes de iniciar movimientos suaves y profundos

—Uhmm… ah —gemía bajito la castaña, Viktor intentaba controlarse, pero viéndola así apenas y podía hacerlo

Lo movientos al principio serenos, de manera progresiva se fueron haciendo cada vez más fuertes y más rápidos, el pelinegro le acaricio las piernas y los pechos, besándola en la boca, hundiendo su lengua que enredo con la de ella.

—Oh oh mi amor oh por-por favor mas…más rápido—suplico ella desesperada

Él la complació comenzando a moverse más rápido, la tomo por la cintura acomodase para quedar sentado con ella sobre él, mientras le acariciaba la espalda y devoraba con premura su cuello — Ah ah sí, si… as-así — ella comenzó a moverse también echándola la cabeza atrás

De repente Hermione sintió alcanzar la cima de placer —¡Oh si! —grito —uhmmm… ahhhh —su mundo exploto en miles de pedacitos.

Pero Viktor siguió moviéndose dentro de ella, hasta que el placer volvió, haciéndola gritar excitada, subió sus piernas anclándola en su espaldas cuando sintió que su clímax se acercaba, lo escucho gemir como un animal herido.

El punto culminante llego y un conjunto sensaciones multicolores explotaron en el interior de ambos. El éxtasis que ardió dentro de ellos, los abrazo en una explosiva oleada de placer.

….

—¿Te gusto? —le pregunto Viktor besándola dulcemente, minutos después de darles tiempo a sus cuerpos para que se recuperaran.

—Ha sido increíble… —le dijo con timidez escondiendo la cara en su pecho

—Si lo fue —le manifestó él dándole un beso en la frente

—¿Estas cansada? —pregunto

—No… ¿por qué?—

—¿No te gustaría hacerlo otra vez? — sugirió antes de besarla con una pasión arrolladora que encendieron las ganas de nuevo en ella

….

….

….

Horas más tarde, Viktor dormía abrazado a su recién estrenada esposa, con la cara enterrada entre los rizados cabellos alborotados. Pero el estruendoso ruido de un teléfono celular, rompió el silencio de aquella habitación.

—¿Quién te llama en nuestra noche de bodas…?—balbuceo Viktor en un tono de voz adormilado, al notar que su esposa se despertaba también por el ruidito familiar de su teléfono celular

—Un loco desconsiderado—dijo ella acomodándose la sabana contra su pecho para ir a contestar

Él en gesto de atrevimiento, intento jalarle la sabana, la castaña sonrojada y con una risita le dio un suave golpe en la mano como amonestándolo y, se volvió rápido para contestar el celular

—Bueno —

El búlgaro se sentó en la cama viéndola contestar, mientras llevaba la mano a su boca para tapar un bostezo

—¿Ron?—

Frunció el entrecejo con extrañeza al saber que el amigo raro y pelirrojo de su Hermione la llamaba — ¿Cómo conseguiste contactarme? ¿Si te acuerdas que esta es mi noche de bo… Ron cálmate explícate bien que no estoy entendiendo—La vio ponerse de pie, al tiempo que apretaba el agarre en la tela que la envolvía

—¡Que! ¡¿Cómo que Harry hizo eso?! —

Viktor bufo internamente al escuchar el nombre del otro amigo de su mujer, aunque estaba prestando atención, no entendía nada de la conversación que Hermione mantenía por teléfono

—¡Porque no lo detuviste Ronald! Si yo entiendo, pero él no debió… si tienes razón, no podemos dejarlo solo, pero yo. Está bien estoy allá en unos momentos está bien, espérame.—

Esa última parte no le gusto para nada al azabache, y menos cuando vio que la castaña, como si tratara de un rayo, se ponía la ropa que recogía el piso.

—¿Qué paso? —pregunto cuándo noto que Hermione no le diría nada

—Viktor, amor ha surgido un imprevisto, yo tengo que irme, a Harry, él... Sucedió algo grave y tengo que estar ahí —le dijo ella de forma apresurada subiéndose el cierre del vestido rosado que anteriormente él le había quitado.

—Algo grrave, déjame vestirrme y te acompaño —

—¡No!—casi le grito cuando vio el se ya se ponía el pantalón—no puedes. No, no…no hay tiempo—señaló recogiéndose el cabello—Harry, yo tengo que estar con él, tu quédate aquí —

—Tienes que estarr loca para pensarr que yo me quedarre aquí… —

—No Viktor, esto tengo que hacerlo sola, bueno con Ron. Harry él…—

—Harry, Harry, Harry, siemprre es lo mismo. Te das cuenta que piensas irrte con él en nuestrra noche de bodas —

Ella negó con la cabeza —Es muy difícil, tú no entenderías… —

—Entenderr ¿entenderr qué? Que desde que nos conocimos siemprre me has dejado rrelegado por ese chico, yo te necesito—

—No es así mi amor, el es mi amigo y ahora él me necesita más. Yo tengo que estar con él—

—Y yo soy tu marido, tu deberr es estarr conmigo esta noche, no con él—le dijo con la voz más gruesa que de costumbre, estaba comenzando a ponerse molesto

—Viktor yo tengo que irme, es urgente — expresó dándose la vuelta

Pero el rápidamente la tomo por la muñeca haciendo que se girara y en un susurro peligroso le dictó; —Te prrohíbo terrminantemente que te vayas detrrás de ese hombre—

Ella frunció el seño y los labios antes de soltarse de forma brusca—Tú no me prohíbes nada—

Viktor desesperado sin ningún argumento en su cabeza le amenazo—Escúchame bien Herrmione; si tu sales por esa puerrta te olvidas de mi parra siemprre—

En un gesto que parecía ser impotencia y azoramiento la vio apretar los ojos, un suspiro de frustración se escapo de sus labios rosados y se dio la vuelta.

—Si te vas no te molestes en regrresarr, porrque yo ya no estarré aquí cuando vuelvas —estaba jugando su última carta, ella se detuvo un momento, se fijo en como apretaba los puños y luego en como abrió la puerta para salir.

….

….

Hermione salió de la habitación con gruesas lágrimas saliendo de sus ojos, que podía hacer ella, decirle a su marido de origen muggle con arraigadas creencias religiosas:

"—Sabes amor soy una bruja y el mundo mágico de donde igualmente vengo está en peligro, tengo ir y ayudar a mi mejor amigo, porque sabes, también hay una profecía que dice que él es el único que puede salvarlo—"

No, ella no podría decirle eso, Viktor la tacharía de desequilibrada y, si se lo demostrara capaz y pensaría que estaba poseída por un demonio

«Si te vas no te molestes en regrresarr, porrque yo ya no estarré aquí cuando vuelvas—»

Recordó las palabras de él con desconsuelo, por un lado Viktor tenía razón, ella lo había relegado varia veces para ir con Harry, pero no los motivos que él creía. El mundo mágico estaba en guerra y si ella podía aportar un poco para acabar con esto lo haría. Su amigo la necesitaba no podía dejar que se enfrentara solo al peligro y menos en esa situación donde los mortifagos habían secuestrado a Luna, tenía que desplazarlo esa noche de la misma manera—con explicaciones baratas y disemias sin sentidoaunque eso le costara su matrimonio.

Limpiándose las mejillas miro hacia los lados, al ver los pasillos vacios de aquel hotel de lujo en Curaçao desapareció.

….

Viktor se quedo mirando la puerta por donde había salido la mujer de su vida, apretó su mandíbula sintiendo las retinas escocerle junto a un ardor en el pecho. Tomo lo primero que estuvo a su mano—un jarrón de porcelana— y lo arrojó rompiéndolo en pequeños pedacitos, no dándose cuenta que ahora las lágrimas corrían furiosas por su rostro.

Por más que él se hubiera esforzado, al final Hermione había escogido a Potter por encima de él, aunque se hubieran casado horas atrás. Bueno pues no permitiría que ambos jugaran con él, como seguramente habían hecho todo ese tiempo, se termino de vestir y estando con sus maletas en la recepción luego de pagar todo, marco un número en su celular.

—Bueno—escucho del otro lado

— Aló, almirante Karkrov, soy Viktor—

Viktor, pensé que estabas con tu esposa esta noche

—Así era pero surgió un…imprevisto—sonrió con ironía al usar la misma palabra que Hermione— almirante le llamo para saber si sigue en pie esa oferta que me hizo—

—Pero por supuesto que si Viktor, pero recuerda que son cuatro años. No se supone que te acabas de casar—

—Como dije surgió un improvisto, yo estaré mañana a primera hora allá en Bulgaria—

—¡Perfecto! —por su voz parecía complacido, el azabache prefirió no hacer caso de esto—estoy seguro que durante este tiempo escalaras y pasaras de ser un subteniente a ser un Alférez de navío o Capitán de Fragata—

—Hmp sí—

A él eso no le importaba, solo emprendía esa navegación, de cuatro años, en un buque por el mundo, para intentar olvidar el fracaso de matrimonio que tenia, matrimonio que ni siquiera había empezado. Pensó con amargura.

Notas finales:

¡Wow! ¿Qué les parece? Como ven Viktor es muggle y también es militar de la marina. ¿Qué opinan de esa profesión para nuestro Bombón búlgaro? Porque a mí me encanta.

Por cierto Krasiva, es búlgaro significa Hermosa

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Un besito a todos ;3