Iba corriendo por las calles de Tokio a todo lo que sus largas piernas daban , esquivando los postes y arboles de la acera y empujando a todo el que se le atravesara pronunciando un rápido ''Lo siento'' como disculpa e ignorando los insultos y quejas que la gente le lanzaba, ¡Bien! Sabia que era su culpa el que fuera a llegar tarde al instituto, desde un principio tenia claro que levantarse por su propia cuenta era una mala idea… ¡Pero ella ya tenia dieciséis años! No podía dejar que su madre la siguiera despertando como si fuera una niña, hacia ya dos mese que se había convertido en una estudiante de preparatoria y quisiera o no tenía que volverse un poco más responsable con sus cosas y ella había decidido empezar por ese pequeño detalle.

– ¡Dos cuadras mas! – susurro la azabache para si misma sin detener la carrera ni bajar la velocidad que llevaba, cruzo por una esquina en donde alcanzo a visualizar la gran entrada del instituto Seiyo y a la portera que con una gran sonrisa en la cara estaba a punto de cerrar la puerta… solo una calle la distanciaba de la entrada y hacer inexistente esa distancia era lo mas importante en esos momentos y sin prestar atención a su alrededor se dispuso a cruzar la calle sin darse cuenta que un auto se dirigía a ella a gran velocidad…

El sonido de un carro frenando, los gritos de la gente que por allí pasaba y el estrepitoso sonido de un cuerpo al caer al suelo, fue lo que en esos momentos se escucho y minutos despues las sirenas de una ambulancia.


Brrrrrr Brrrrrr Brrrrrr

¡Halo! ¿Señora Higurashi?

¡si, soy yo! ¿Sango?

si señora, perdone por la molestia pero me gustaría saber ¿Porque Kagome no vino al colegio?

¿no fue al colegio? ¿Estas segura Sango?, pero si ella salió del templo hace unos minutos, aunque iba un poco retardada.

¡Entonces debe ser que llego tarde y la dejaron fuera!

si, eso debe ser, pero aun así me preocupa

¡Bien! Si se algo de ella le aviso ¡que tenga buen día!

¡Hasta luego Sango!

Fin de la llamada


Estaba despierta, pero aun así el sueño le impedía poder abrir los ojos, corrió su mano izquierda para ponerla encima de su mesita de noche pero lo único que había era y mas cama, apretó la sabana que se encontraba en sus manos y se dio cuenta de lo suave que era seguro y era de seda, pero algo estaba mal en todo eso, giro su cuerpo quedando de costado y sorprendiéndose de lo amplia que en esos momentos era su cama, si, definitivamente algo estaba mal y de repente las dudas invadieron su cabeza… ¿Qué hacia ella ahí?, ¿Cuándo su cama se había vuelto tan extremadamente grande? Y lo mas importante ¿Ella tenia sabanas de seda?... lo ultimo que recordaba era haber estado corriendo hacia el instituto y despues, nada.

Abrió sus ojos lentamente teniendo una visión bastante borrosa del rosto de una persona muy cerca del suyo, parpadeo repetidas veces para aclarar la vista y se dio cuenta que el rosto de esa persona estaba mas cerca del suyo de lo que pensaba y era el rostro de un muchacho, que la miraba expectante con sus grandes orbes dorados que denotaban cierta preocupación y su flequillo de color plateado adornando su cara ¿Quién era el? Se le hacia bastante familiar.

– ¿Estas bien? – pregunto dudoso el oji-dorado en un susurro haciendo que su aliento golpeara el rostro de la azabache.

– ¡HAAAAAA! ¡APARTATE! – Grito empujándolo y haciéndolo caer al suelo sobre su trasero mientras que ella se ponía de pie sobre la cama.

– ¡Oye! ¿Qué te pasa? – Pregunto bastante molesto y le levantándose sintiendo un agudo dolor en la parte golpeada.

– ¡NO TE ACERQUES A MI! – Le grito mientras cogía una almohada y la tenia lista para lanzársela.

– ¿Y que vas a hacer? ¿Torturarme con la almohada? – pregunto levantando una ceja, no sabia porque pero el rostro de ese oji-dorado se le hacia bastante familiar.

– ¡LARGATE! –Le grito enfurecida y tirándole la almohada.

– ¡Oye! ¿Quién te crees para decirme que me largue de mi propia casa?... Feh! Sabía que era mejor dejarte en el hospital – exclamo esquivando la almohada.

– ¿En tu casa?, ¿Hospital? – Y fue en ese momento cuando se dio cuenta que el muchacho que tenia enfrente no era ni más ni menos que INUYASHA, el escritor de novelas más joven y famoso de todo Japón, y también la persona a la que había empujado y había tirado una almohada – ¡Ho! ¡Por Kami!

CONTINUARA…


HOLA! Este es mi nuevo fic! Espero que les guste y x favor comenten plis! Y x cierto el instituto SEIYO es el mismo de shugo chara XD.