¡Hola hola apreciado público lector! Tengo ésta nueva historia que espero puedan leer y si les gusta, me regalen un review, hay todavía otras por ahí que veré si publico más adelante. En tanto, les dejo ésta. Saben bien que se les quiere y que todos sus comentarios son muy bienvenidos como sean… menos las groserías XD.

Gracias a quienes comentaron el último capítulo de Mundos Opuestos y ¡Delincuente por tu culpa! Gracias a mis lectores/as Victoiousnaomi; mafer199 tengo ésta nueva espero que te guste como las otras :-) ; Yoshi; Minecrandres (que me ama mi nuevo amiguito) también te quiero mucho amigo; JORI4EVER; Ouroboros Life (Mi O-Li); Bella Riddle I mi amix; Inodoro que recomendó mi historia a Onazupmac, a ambos gracias por sus padrísimos comentarios tan profundos; mica LA MAGIA DEL AMOR : - ) ; CrushOnCyrus ; - ) ;Mas allá de la realidad por todos tus comentarios GRACIAS; JathanJori98; DK-Sudi; y madameduvergiere que recientemente comentó en DPTC y Te amamos Fantasma Asesino, muchísimas gracias a todos/as.

Les dejo para que lean y si creen que es bueno y debo continuar, me regalen un review y un beso ;-) Ok, nada más el beso pues XD

ÉSTA HISTORIA ES MI REGALO PARA MI TAN APRECIADO AMIGO O-LI, FUE TU CUMPLE QUERIDO, TE DEBÍA MI OBSEQUIO…

Victorious no me pertenece.

MI HERMANASTRA DE LOS OJOS MARRONES

CHAPTER 1.

-¡¿Qué?! No inventes papá, que ni te pase por la cabeza que estaré de acuerdo con eso. No, ¡nunca!

-Jadey, entiende que no hay otra cosa que se pueda hacer por el momento…

-Por supuesto que la hay, ¡hay cientos de miles de cosas que se pueden hacer al respecto. ¡No quiero! ¡Me niego a hacer lo que propones!

-Hija…

-¡¿Qué pasa con nuestra casa padre?! ¡¿Por qué demonios no podemos ir allá?! – Comenzaba a exasperarme… no, estaba exasperada desde hace mucho rato, mi padre me había salido con una de sus tantas sorpresas estúpidas, pero ésta vez, se estaba pasando del límite.

-Ya te lo dije, está en remodelación, podemos mudarnos allá cuando todo esté arreglado; sabes que esa casa es tuya Jade y en cuanto cumplas tu mayoría de edad, puedes ir a vivir ahí si quieres, pero ahora es imposible…

-No puedo creerlo – Comencé a dar vueltas por el espacio de la sala de nuestro excelentemente bien acondicionado departamento - No puedo creerlo ¡No puedo creerlo papá! Primero me jodes la vida trayéndome a vivir acá, luego te comprometes con una señora que ni siquiera conozco, ¡¿y ahora quieres que vaya a vivir con ustedes?! ¡¿En qué has estado pensando?!

-¡En darte una mejor vida! – Yo sabía que mi padre era paciente conmigo, pero cuando realmente conseguía molestarlo, él realmente se enfadaba, y ya estaba molesto - No me gusta dejarlos solos mientras viajo y menos en un país que no es el nuestro, por eso quiero que volvamos a Los Ángeles.

-¿Esa es la verdad?

-Tengo qué volver por motivos de trabajo Jade, tú lo sabes, y no podemos llegar a casa, por eso Holly amablemente ofreció la suya.

-¿Pero qué demonios haré yo en casa de una desconocida? – Mi tono de voz estaba menguando.

-Vas a acostumbrarte – Y como si la idea le resultara bastante buena para mí añadió - Ella tiene dos hijas, - seguramente lo consideró de nuevo - la menor es de tu edad, seguro se hacen buenas amigas.

-Sí claro, como si me gustara tener amigos.

-Vas a volver a ver a Cat.

De acuerdo, si esperaba un buen motivo porqué darle gusto a mi padre sería ese, Cat Valentine era una entrañable amiga, era mi única amiga de hecho, compartimos bastantes cosas cuando éramos niñas y aunque ella es un poco… aahhh… "inocente", a mí, digamos, que me agrada pasar el rato con ella, siempre tiene algo de bueno, me gustan sus budines.

-Vale, pero no pienses que voy a aceptar a esa señora, no es mi madre.

-No tienes qué hacerlo.

-Está bien, y en cuanto nuestra casa quede lista, me mudaré allá.

-Cuando tengas mayoría.

-Aiish… de algún modo tenías qué volver a joderlo – Me crucé de brazos y abandoné la sala del enorme e iluminado apartamento.

Bien, soy Jade West… si mi madre viviera corregiría eso, ella diría: Tú eres Jadelyn August West, mi consentida. Me gustaba que dijera eso, era irónico porque era su única hija, bueno, la única mujer, tengo un hermano mayor de 21 años llamado idiota… digo, Joshua… eso también lo corregiría mi madre, y uno más pequeño que era el más raro de la dinastía West, decente y normal, Alex (otro nombre idiota) de 13 años.

Así que, al morir mi madre cuando yo tenía ocho, me convertí directamente en la chica de papá, la única chica de papá, y realmente me molestaba que llegaran otras mujeres buscando sus "favores", otras su dinero, como sea, me encargaba de todas, la única que se me había escapado, era esa señora – si se le puede decir así – llamada Holly, Holly Vega, porque vivía a kilómetros a la distancia, atravesando todo el océano pacífico, en Los Ángeles, Estados Unidos, y yo, Jadelyn August West, me había mudado junto con mi padre y Alex a Japón, por lo que su suerte quedó fuera de mis manos, lo cual, por supuesto, me encargaría de arreglar una vez pisado en su ordenada vida…

XXX

-Creo que te pedí un express de vainilla.

-Al principio, pero después cambiaste y me pediste uno clásico.

Alcé los hombros mirando la taza de café humeante – Bueno, ahora quiero el express de vainilla.

Los vuelos no eran precisamente lo mío, había pasado por esto tantas veces que se me hizo costumbre pasar el rato molestando a las aeromozas.

-Si no tuvieras esos lindos ojos – Dijo la rubia del café y yo le mostré mi dentadura perfecta, estaba coqueteando conmigo como muchas chicas solían hacerlo, y yo lo sabía, ¿qué quieren que diga? No puedo mentir, no soy nada fea, nada.

El hecho es, que estaba más aburrida que otras veces – Psst, psst – Llamé a mi hermano que leía el periódico en los asientos contiguos – Se te va a exprimir el cerebro.

-Creo que es lo contrario – Respondió él y como la niña que a veces soy le mostré la lengua; aunque fuera raro y decente, como mi padre, yo le tenía mucho aprecio a ese niño, era el que más se parecía a mi madre. Apartó la vista del periódico para mirarme de nuevo y ambos sonreímos.

-Aquí tienes tu expreso de vainilla – La aeromoza había regresado y se interpuso entre mi hermanito y yo. La miré coquetamente y tomé la taza entre mis manos sujetando las de ella, la muchacha se estremeció. Era bonita, no como yo, pero no estaba mal, rubia, cabello largo y lacio, alta, delgada, parecía una barbie; no hizo el intento de liberarse así que acaricié su contrapalma con mis dedos y se puso tan nerviosa que casi la sentía vibrar, entonces la solté.

-Cualquier cosa que necesites – Dijo aclarándose la voz y alisándose la pegadísima mini falda – Con permiso… - Se retiró y yo la seguí con la vista hasta que desapareció tras la cortina tinta. Me encantaba divertirme con las mujeres que me coqueteaban.

-Jade – Habló mi padre a mi lado sin dejar de hacer anotaciones en su agenda – Deja de molestar a los empleados.

Yo volví mi rostro desganada hacia él – Prométeme que será el último viaje de mudanzas que realizaremos – Me miró por unos segundos sin responder – Prométemelo papá… estoy cansada de viajar, ¿no podemos… asentarnos en un solo sitio? – El hombre seguía sin responderme, se acomodó los espejuelos y continuó anotando con su bolígrafo bañado en oro – No es bueno para Alex.

Al fin conseguí que me mirara, se quitó los anteojos y dejó el bolígrafo a un lado – Sabes que tampoco lo disfruto demasiado, lo hacemos por…

-Motivos del trabajo – Completé – Lo sé, lo dices cada vez que cambiamos de residencia pero ya estoy harta de esto, apenas hago vida en un lado y ya nos estamos mudando a otro.

-Bueno, puedes presumir que a tus 17 años has conocido medio mundo.

-No jodas papá… - Y posé la vista al frente – Quiero ir a una escuela – Dije suspirando – No quiero más tutores ni correspondencia académica, quiero ir a una escuela normal. Además, cuando nuestra casa quede lista y yo tenga 18, Alex puede quedarse conmigo, yo lo cuidaré y así no tendrá que mudarse a cada rato.

-No te puedo dejar la responsabilidad de Alex – Respondió ensimismado nuevamente en sus apuntes – Quiero que vivas bien.

-Alex es más responsable que yo, si lo piensas él será quien cuide de mí.

-Jade, te conozco – Bufé y crucé los brazos clavando mi vista hacia el otro lado - Hija, tienes un carácter complicado – Agregó, sin ánimo de pelear conmigo - y te gusta hacer lo que te viene en gana, si por ti fuera, hace mucho tiempo que vivirías lejos de nosotros como Joshua, pero te tocó que aún eres menor de edad y estás condicionada bajo mis reglas.

-¡No me lo recuerdes!

-¿Ves…? Además – Dijo mirándome de esa manera que tiene para darme una buena noticia – Tú dijiste que querías estudiar ¿no es así?

-Sí – Asentí extrañada – Pero no quiero ser como tú – Me apresuré a agregar.

-Lo sé, así que para hacerte feliz, te matriculé en una escuela – Y tomó el bolígrafo una vez más.

Yo sentí que mi corazón se aceleraba, desde que mamá murió no volví a asistir a una escuela normal, los estudios tanto Alex como yo, los llevábamos por correspondencia o con tutores, y estaba hastiada de eso.

-¿Qué clase de escuela?

-Es una sorpresa, ya lo verás.

De saber qué tipo de escuela era, primero no lo hubiese creído y después, hubiera besado a mi padre, pero es mi padre y él y yo tenemos personalidades tan frías que simplemente chocamos y las muestras de cariño no resultaban muy propias entre nosotros.

XXX

-¿Qué pasa con Joshua? – Pregunté cuando el auto se estacionó frente a una casa más o menos grande en un barrio un tanto decente - ¿Por qué no puedes obligarlo a él a vivir con nosotros?

-Porque tu hermano ya es adulto y tiene su vida aparte.

-No es justo.

Las cosas en el resto del vuelo marcharon bien, sin embargo, una vez que puse un pie en suelo norteamericano tuve ganas de retroceder.

-¿Y si nos volvemos a Japón? – Le dije a mi padre en cuanto ví al tumulto de gente andar por las salas del aeropuerto – Por lo menos allá tengo amigos cercanos.

-Pensé que querías ver a Cat – Sería lo único, dije para mí.

-Sí quiero – Mencioné dándoles alcance – Pero, a ver, dime padre, ¿qué tal si tu "futura esposa" Holly resulta una señora huraña que nos hará la vida pesada a mí y a Alex? ¿Qué tal y si es como la madrastra de Blanca Nieves y sus hijas como las hermanastras? ¿Y si me obligan a comer una manzana envenenada? ¿Ya pensaste en eso papá? Seguramente que envidiarán mi belleza, deben ser un par de aprendices de brujas.

-Calla Jade, no me gusta que te expreses así de las personas. Trina y Tori son muchachas muy decentes y estoy seguro que no tendrás ningún problema con ellas – Y luego se volvió completamente a mí con un gesto muy serio – A menos que seas quien las provoque.

-Somos adolescentes, los adolescentes y más las mujeres solemos llevarnos mal, pelearemos por todo, ellas querrán usar mi ropa y mis accesorios y te juro que si veo a una de las brujas con una de mis blusas favoritas la cortaré en mil pedazos con mis tijeras menos filosas.

-No empieces con eso hija – Y luego se acercó hasta mí para tocar mis mejillas dejando el equipaje en el suelo – Si tú pones de tu parte, te aseguro que no habrá ningún problema entre ustedes. ¿Puedes hacer eso Jade?

-Yo no soy problemática.

-Te conozco, sé lo que tengo en casa – Y palmeó mi mejilla suavemente arrugando la nariz – Pórtate bien y todo irá de maravilla

-No quiero.

-Tendrás qué hacerlo.

-No quiero.

-Lo siento mucho.

-¡Que no papá!

-Hija, pon de tu parte por favor – Y así fue como llegamos en auto hasta esa casa en acabados rosados típicas de la zona, parecía patética. Papá le pidió a Alex que se adelantara a bajar el equipaje en lo que él y yo teníamos una plática breve, un par de mujeres estaba saliendo y caminaba por el pasto del más o menos bonito jardín.

-Jade, sé que esto es muy difícil para ti cariño pero, por lo pronto, es lo que tenemos a la mano.

-Podríamos alquilar un apartamento, como el de Japón. ¿Porqué rayos no podemos alquilar un apartamento padre?

-Sí, podemos, el caso es que no quiero que Alex y tú se queden sólos en un departamento.

-Yo cuido de Alex, siempre lo he hecho, te he demostrado que soy responsable.

-Lo sé, pero ésta vez tú irás a una escuela y Alex también, y tienen horarios distintos y Alex pasaría un par de horas sólo en casa antes de que aparezcas ahí, ¿sabes los riesgos que todo eso implica?

-Alex también sabe cuidarse sólo papá… - Y guardamos silencio un instante - ¿Sabes? Creo que más bien esto se debe a que tú quieres mudarte… - Hice una pausa buscando una manera de dirigirme a ella tan grosera sólo para molestar a mi padre - con ésta mujer…

-Holly…

-Con ésta mujer – Recalqué – Y no confías en tus hijos a pesar que te hemos demostrado que somos responsables.

-No quiero que estén sólos Jade ¡es la última vez que te lo digo! – Alzó la voz, como pocas veces hacía conmigo – Entiende… - Dijo después con un tono más apagado – Desde que perdí a tu madre ustedes son lo único que me ha quedado de ella… no quiero perderlos tampoco… trato de ser el mejor padre que puedo Jade… no es tan sencillo…

-Permítenos ayudarte – Él me miró ésta vez enfadado.

-Ya te lo dije, podrás vivir aparte en cuanto cumplas tu mayoría de edad, mientras tanto – Habló con su usual tono de voz frío, el mismo que yo heredara – haces lo que te ordeno.

Por eso no me gustaba ser buena chica, cuando una mujer doblega su carácter ante los demás, se vuelve de dominio fácil, creí que portándome bien durante el viaje y no mostrar mi verdadera y simpática personalidad me valdría para obtener confianza y salirme con la mía, como muchas veces pasaba, pero parecía que ésta vez mi padre hablaba muy en serio. Crucé los brazos y me quedé dentro del coche en lo que veía cómo papá saludaba a las dos mujeres que habían salido de la casa y presentaba a Alex.

-Jade, dice papá que vengas ahora mismo – Reaccioné.

Fruncí las cejas aún mirando al frente, haciendo caso omiso del llamado, pero entonces ví que todos caminaban hacia el coche así que antes de que empezaran a fastidiar decidí salir del auto pero no avancé mucho, ellos terminaron por llegar a mí.

-Jadelyn… - Habló mi padre un poco nervioso – Quiero presentarte a Holly, la mujer a la que haré mi esposa – Sabía bien lo que hacía, estaba siendo determinante para que no se me ocurriera soltar una grosería – Y ésta es su hija mayor, Trina.

-Hola Jade – Saludó la mujer menos joven del par delante, su amabilidad me causaba náuseas – Eres bienvenida aquí, me da mucho gusto conocerte a ti y a Alex; espero que tu estancia aquí te resulte agradable.

"Seguramente", pensé.

-Mi hija menor tiene tu misma edad así que espero que logren llevarse bien y puedan… no sé. Ser amigas.

-Ni lo piense – Solté, mientras que la chica con cara de boba me barría de los pies a la cabeza, seguramente aturdida por mi, ya saben, innegable belleza.

-Jade…

-Estoy aquí por MOTIVOS – Alcé la voz caminando hacia dentro – DE LOS NEGOCIOS DE MI PADRE, no duraré mucho si esa es mi suerte, en cuanto MI CASA quede lista, me largaré de aquí, ¿de acuerdo…? No vine a hacer amigos – Bufé al final, devolviéndole las descaradas miradas a la boba que no dejaba de barrerme – Quiero ver mi habitación porque me será el refugio donde resguardaré mi estancia en Los Ángeles.

La tal Holly miró a papá.

-Discúlpala, advertí que era difícil.

-No importa – Respondió ella tomándolo de las manos – Será sólo al principio, después nos llevaremos bien – Lo calmó.

Entré a la casa y deposité la chaqueta café de cuero sobre el largo sofá rojo y me dejé caer de bruces sobre él.

-No es cómodo – Dije levantándome de nuevo.

-Deberías tener más cuidado – Habló la boba de las ridículas botas violetas – Ese sillón es de carísimo diseñador de salas.

Me volví a ella – No me importa. Me he sentado en mejores sofás.

-¿Dónde está Tori? – Preguntó papá al entrar al recinto.

-Llegará en un momento, tiene trabajo escolar.

-Quiero ver mi habitación – Exigí, sí, esa era yo, la verdadera yo, la que nunca pide, exige.

-Te llevaré a ella… Trina, muéstrale a Alex la que hemos acondicionado para él – Y luego se dirigió a mí - Jade, la tuya la hemos decorado de una manera pero tienes la libertad de cambiar todo lo que quieras.

De acuerdo, eso sí me sorprendió, pero no esperaba menos, de hecho, era lo normal, estaba forzada a vivir no sé cuánto tiempo en una casa ajena y lo mejor que podían hacer era darme mi espacio, soy celosa de mi espacio. No respondí. Subimos las escaleras, atravesamos un largo pasillo y al final había dos habitaciones encontradas puerta con puerta.

-Ésta es la habitación de Tori – Señaló tocando la puerta púrpura – Y ésta de enfrente, es la tuya – Vaya, por lo menos la puerta era obscura.

-Víktor me dijo que te gustaba el negro, así que hemos puesto detalles obscuros acá… Sólo hay un problema – Oh, oh, era demasiado bello para ser todo verdad, la miré casi fulminándola, cuál sería el problemita – Como éste era el estudio de la casa y lo hemos equipado apenas para una habitación, pues… aún no queda terminado el baño – Mi mirada se hizo más dura – Las tuberías están conectadas con las del cuarto de Tori así que el de ella tampoco funciona pero, hay un baño libre al fondo a la derecha que sólo ustedes dos compartirán.

Miré a mi padre al inicio del pasillo y deseé tener unas tijeras a la mano, odiaba tener qué compartir algo con alguien.

-Seguro que no hay ningún problema ¿verdad Jade?

Si las miradas mataran, se hubiera dado una masacre, pero por el amor de DIOS, tenía 17 y era muy bella como para ir a la cárcel.

-No importa – Respondí apretando los dientes y fingiendo una sonrisa – Me encantará compartir el baño con… Toro.

-Tori.

-Tori – Corregí sin dejar de sonreír falsamente.

-Bien, entonces, todos contentos – Dijo la mujer abandonando el pasillo, yo quise seguirla para matarla pero mi padre me detuvo.

-Pórtate bien hija – Me solté de su agarre.

Mientras acomodaba mis cosas mi mente voló hacia la tal Tori, si la mayor era insoportable sólo de verla, ya me imagino cómo sería la menor. Por suerte, sé cómo tratarla, a lo mejor se arma una letrina en el patio trasero de la casa para no volver a toparse conmigo en MI baño.

XXX

Estábamos ensimismados en medio de una cena aburrida, la boba no paraba de mirarse en un espejo como si el espejo tuviese ganas de mirarla a ella; Alex siendo tan patéticamente modesto en la mesa como su costumbre; la tal Holly tratando de averiguar hasta de qué color uso el cepillo de dientes y mi padre atento a mis respuestas. Quería salir de ahí, todo lo que deseaba era encerrarme en lo que tenía como habitación y dormir hasta el año dos mil quinientos.

Pero entonces la poca atención que daba al momento fue interrumpido abruptamente por una persona que entró ruidosamente a la casa.

-Aff, no sabrán lo que me pasó durante toooodo éste día. Primero, tuvimos la mala fortuna de trabajar en la casa de mi amiga la pelirroja, y ya se imaginarán – Dijo hablando sin que me diera cuenta si quiera que respiraba – su hermano estaba ahí y la niña no paraba de contar todas sus "anécdotas" personales. Luego la abuela de André llegó y se lo llevó porque escuchaba al perico hablar, quedamos Beck y yo, los más sensatos pensarán – tomó un vaso con agua y se lo bebió todo en un segundo para continuar hablando, nadie le perdía la vista – pues no – continuó tomando aire – No, porque entonces su celular comenzó a sonar cada treinta segundos y luego las de Northdrige comenzaron a tocar el claxon afuera y tuvo qué salir a callarlas pero entonces – hablaba sentándose en la silla vacía al lado mío sin percatarse de la presencia de los extraños en su mesa – no volvió, ¡así como lo oyen! él ya no regresó y yo, la pobre de Tori, tuvo qué terminar el trabajo sola ¡Yo sola! ¿Pueden creerlo? – Y entonces pareció caer en la cuenta que había más personas en el comedor – Hola – Dijo con una sonrisa, una sonrisa que de algún modo me hizo asomar una a mí que me encargué en borrar de inmediato.

-… Tori – Habló la tal Holly dudando sobre si la esbelta morena habría terminado su casi fantasiosa narración – Ellos son los hijos de Víktor, Alex – señaló a mi hermanito y ella y él se regalaron sonrisas – y ésta linda joven es Jade.

Ví el marrón del iris de sus ojos y no sé si fue producto de mi imaginación pero noté un ligero destello de luz en el par de los mismos, y mis sentidos también parecieron detenerse una fracción de segundo cuando mi mirada se cruzó con la de ella. No saludé, cogí el tenedor y volví mi vista al platillo que tenía delante tratando de ignorar ese latido extraño que percaté de repente.

-Hola Jade – Sentí la mirada de ella intensa sobre mí y me giré para asentir rápidamente antes de llevarme un trozo de ternera a la boca.

-Eres muy bonita – Escuché la voz de Alex dirigiéndose a ella y sentí que había cenado lo suficiente. Me levanté de la mesa de la manera más grosera que pude, es decir, no debes levantarte de la mesa hasta que todos los comensales hayan terminado su comida.

-¿A dónde vas?

-Me retiro. Estoy cansada y sólo quiero dormir. Con permiso y disfruten la cena – No se pueden quejar, eso fue muy educado de mi parte, falso, pero educado.

Subí los escalones uno a uno teniendo la percepción de unos ojos siguiéndome, bah, podrían ser los de mi padre o los de la tal Holly. Llegué a mi habitación a preparar mi rutina nocturna, con enormes ganas de tocar el piano que la familia Vega tuvo el buen gusto de colocar en la sala, imaginando que desde ser instalado ahí jamás se había tocado antes y yo, era una pianista graduada con honores en Austria, hace años cuando mi padre nos llevó en nuestro primer viaje a aquél frío y estupendo país.

Organicé las cosas que según yo ocuparía al otro día cuando me presentara en esa escuela a la que mi padre me había matriculado.

-¿Libros…? No – Descartaba – Seguramente me darán otros ahí… ¿Cuántos bolígrafos…? ¿Tres serán suficientes? Llevaré cuatro por si acaso – Mi actividad favorita se remontó al atuendo de ese día, pantalones de mezclilla ligera ajustados… negros, blusa sin mangas negra, botas altas de suela baja negras… con dorado y, una linda blusa de cuadros rojos… y negros que mi padre me obsequió recientemente, mis respectivos collares, pulseras y el cabello suelto como tanto le gustaba a mi madre. Sonreí antes de dirigirme hacia el baño luego de quitarme los zapatos.

Sabía bien que me encontraba en un lugar ajeno, pero todo, a excepción del estruendoso volumen de la música horrible que salía del cuarto de Vega la boba, todo estaba en calma. Me miré al espejo y volví a sonreír admirando mi cada vez más apreciable belleza, entonces recordé tener algo dentro de mi pantaleta, a línea de la cintura, esa tarjeta blanca con el número de teléfono de la sobrecargo del avión. Antes del aterrizaje pasé a lavarme la cara al baño con la media oculta intención de provocarla de nuevo, y al salir, obtuve lo que intentaba, me detuvo en la puerta, mirándome seductoramente y me mostró la tarjeta a la altura de mis ojos, depositó un beso marcado con labial rojo en ella y la metió dentro de mi pantaleta sujetándola con el resorte de la misma, "llámame" susurró sensualmente con los labios semi-cerrados. Pendiente y nerviosa por el aterrizaje en Los Ángeles olvidé sacarme la tarjeta, entonces la puse sobre el grifo en lo que lavaba mis dientes, no la llamaría por supuesto, sólo me gustaba provocar.

Mi ritual de lavado de dientes fue interrumpido ahora por el sonido de la puerta abriéndose y cerrándose de nuevo.

-Ay lo siento, no sabía que estabas aquí… Jade – La miré con el cepillo en la boca y continué mi actividad tratando de ignorarla, pero por más esfuerzos que hacía, su figura delgaducha llamaba en gran manera mi atención y quería darme de topes porque no tenía una razón lógica para explicarlo.

Tomó la pasta dental del lavabo y la señaló a mi vista por el espejo - ¿Puedo?

Mi mirada le respondió y entonces ella imitó mi actividad de higiene, echándome miradas relámpago a través del espejo en lo que yo me perdía en su figura, que apenas cubría un pequeño short´s holgado y una blusa de tirantes, entonces noté que yo estaba en las mismas condiciones, ambas con los pies descalzos. Alcé la vista para mirarla a la cara y capté la suya en… no tenía el sujetador puesto y mis pezones se notaban claramente rígidos por debajo de la blusa negra. Escupí la pasta de dientes agachándome para simular que me lavaba la cara cuando en realidad lo que tenía era otra cosa, ¿pena tal vez? No lo sé, nunca me había pasado, era la chica que coqueteaba con las mujeres que coqueteaban conmigo. Toro… no, Tori, no estaba coqueteando conmigo… ¿o sí? No lo creo, pero de repente me invadió una sensación extraña al estar delante de ella en esa condición. La miré anunciándole que la había captado in fraganti y noté el color rojizo en sus mejillas, bajé mi vista al pecho de ella que por cierto, no había mucho qué ver comparado al mío pero… creo que la niña estaba algo excitada. Desvió la mirada al espejo y bajó la cabeza dándose cuenta de lo que estaba pasando.

El agua corría por mi rostro y me dí cuenta que no llevaba mi toalla para secarme, su delgada mano se extendió para ofrecerme la suya. La tomé y la usé lo más rápido que pude para devolvérsela cuanto antes y salir de ahí inmediatamente.

-La dejaré aquí – Anunció cuando vio que me retiraba – Por si alguna vez la necesitas de nuevo.

Giré el picaporte y salí de ese lugar, si les cuento algo, el espejo del baño se estaba empañando, posiblemente por los calores emitidos en cuestión de unos cuantos segundos. Si eso ocurría cada vez que estuviéramos dentro… ¿cómo demonios iba a poder compartirlo con ella? Creo que las cosas no iban a ser tan fáciles en esa casa… y con esa hermanastra tan… caliente a la que me provocaba coquetear con más intenciones de ser correspondida…

Gracias por leer mi estimado público lector… ¿merece un review para continuar? ¿o no les interesa saber qué pasaría de ser Tori y Jade hermanastras…? Tenkiu, trataré de actualizar como hace ABlaker, cada tanto de días, sólo que no sé ese tanto de días XD. Se les quiere.