Bella P.O.V
Mi nombre es Isabella Swan, soy de España, pero debido a mis calificaciones pude transferirme a Inglaterra para continuar mis estudios superiores, en la universidad de Cambridge. Bien este es mi primer día en la universidad, conocí a dos chicas a Jade y a Jessica.
- ¿Listas chicas?
- Si Jade.
-Vamos.
Como era de esperarse debía de pasarme algo y así fue, estaba en el baño cuando, escuché que alguien andaba caminando, cuando quise salir, paso esto: me dejaron encerrada, y comencé a pedir ayuda..
- ¡Abran! ¡no me dejen aquí!
-¿Escuchas Emmet?
- Si, al parecer ese sonido viene del baño.
- Iré a ver, ¿me acompañas?
- Por supuesto.
- Abran!, por favor...
- Ve a buscar a la señorita Kate, Emmet.
- Vuelvo en un momento.
- ¿Quién está allí afuera?
- No te preocupes pronto saldrás de ahí.
- Gracias creí que no me vendrían a ayudar, pues es muy tarde.
- Para tu suerte mi amigo y yo nos quedamos entrenando.
- Permítame, joven Edward, por cierto lo esperan.
- Gracias señorita, Jasper vamos, adiós...
- Esperen... quiero conocerlos...
- Puede salir.
- ¿Se fueron?
- Si, los estaban esperando.
- Muchas gracias, debo irme.
Para mi suerte dos chicos me escucharon y vinieron al rescate, por como hablaban al parecer el chico que se quedo hablando conmigo es tierno, espero conocerlo para poder agradecerle su ayuda.
El siguiente día Jade me estaba esperando en el lugar donde me había sentado y me hablo... esta chica me agradaba, aunque era un poco extraña...
- Perdón por lo de ayer, pero así recibimos a los nuevos.
- Comprendo.
- Jóvenes presten atención.
- ¿Ves a la chica que está con Jade?
- Si, ¿ella es...?
- La chica de los baños.
- Claro...
- Caballeros, Emmet y Edward, ¿tienen algo que agregar?
- Si, yo opino que en realidad no es ese el factor de mayor incidencia.
- Yo opino lo mismo.
- Caballero Edward, ya que usted y el caballero Emmet piensan similar, trabajará con la señorita Isabella,
así podrá compartir sus conocimientos con ella.
- Pero Emmet y yo siempre...
- Joven Edward, por favor.
- Como guste.
- Damas y caballeros los veré mañana.
Al parecer ellos son los chicos ricos populares, detestable, por lo que vi mi compañero de trabajo es un egocéntrico, será un reto trabajar con él..., aún no sé quiénes fueron los que me ayudaron a salir..
- Conocerás a la chica nueva, así que si se hacen amigos háblale de mi..
- Primero debo desaprobarla para luego dejártela.
- Suerte, bueno, no..
- Te veo en el salón de música.
- Ahí te espero.
- Hola, ¿eres Edward?
- Hola, así es..
- Yo soy Isabella.
- Ok, dime ¿qué propones?
- M... nada en concreto, la señorita Kate dio únicamente las indicaciones.
- Ah... eres de las que esperan que los hombres hagan el trabajo mientras tu haces algo más...
- No..., no digas eso tu no me conoces, además, creo que tú eres el que espera que los demás hagan todo
por ti, razón por la cual no te separas de tu amigo.
- Jajajaja...! ¿así que eso piensas?
-Si.
- Perfecto, ya que tú me has dicho lo que piensas de mi, yo te diré lo que pienso de ti; eres una egocéntrica, malcriada, desagradecida y ligeramente interesante...
- Mira, si trabajaremos juntos es mejor que no seamos tan sinceros, así que comportémonos.
- Yo me sé comportar, ¿y tú?
-Claro...
- Eso espero, entonces... ¿cómo haremos?
-Nos vemos después de clases en la biblioteca.
-Bien, nos vemos luego.
- Por mala suerte.
- Eso dices, pero la mala suerte fue para mi cuando te conocí en los baños.
-¡¿Qué tú eres?!
- Adiós...
¡¿Qué?! ¡él es el chico que me ayudo!, no puedo creerlo, es tan... diferente... no me está mintiendo, aunque tiene el mismo tono de voz...
- A Edward parece interesarle..
- ¡Calla Ros! te equivocas o tal vez es interés porque es la nueva.
- No.. eso lo dudo..
- Mejor ve a traerme agua.
- Hola Isa.
-Hola Jade, ¿qué tanto sabes de Edward?
- M...¿él te interesa?
- No!, es sólo que debo trabajar con él y me gustaría saber quién es.
- Él es hijo único del señor Carlisle, es uno de los presidentes administrativos de Birt, Ed es agradable, tierno, gentil y... bueno.
- Gracias por la información.
- Lo conozco de toda mi vida.
- ¿Por eso lo amas?
- No.. es sólo un amigo..
- Si eso dices..
- Oye! ¿te parece si comemos juntas?
- Es una muy buena idea.
- Vamos, sé que la primera impresión que d te di es que soy una chica pesada...
- Eh.. m.. no, no lo creo.
- Cuéntame de ti.
- Yo.. no tengo mucho que contar, soy una típica chica.
-Dime ¿de dónde vienes?
- Soy de España.
- España...
Jade y yo estuvimos hablando... ella quería saber todo sobre mi, pero claro no le dije todo, solamente le hable de mi familia... ella no me hablo tanto de la suya y cuando lo me hablo un poco parecía incomoda... ella me parecía interesante..
- Isabella... qué piensas Edward.
- Linda melodía...
- Gracias disculpe mi retraso.
- No hay problema, usted no necesita que le enseñe más.
- Eso es cierto, esta es mi pasión.. es lo que amo...
- Continúe deleitándonos...
- De acuerdo.
Edward y yo teníamos que reunirnos para planear cómo haríamos el trabajo, yo llevaba treinta minutos esperándolo en la cafetería, pero él no aparecía, pasaron diez minutos y... llego, exactamente cuando yo me estaba quejando...
- Hombres... siempre llegan tarde...
- Llegue...
- Lo sé.
- Podemos iniciar.
- Tú haz esto y yo haré esto...
- ¿Quieres algo? iré a traer bebidas.
- No gracias, prefiero terminar esto.
- Regreso en un momento.
- Llega tarde y se vuelve a ir... ¡hola madre!
- Hola cariño, ¿cómo estás?
- Bien, y ¿ustedes están bien?
- Bien hijita, te debes estar adaptando bien supongo.
- Si madre, discúlpame, pero estoy ocupada, te hablo después te amo...
- Si hija, yo también.. cuídate.
- Toma, no sé si te gusta, pero como no dijiste lo que querías, te traje esto.
- Gracias, pero...
- Ah... y no acepto un no.
- Lo acepto, porque no soy mal educada.
- Admiro sus modales.
- Y yo los suyos.
Bueno, Edward y yo nos habíamos puesto de acuerdo con el trabajo cada uno haría su parte, al siguiente día debíamos entregarlo y lo hicimos...
- Caballero su trabajo por favor.
- Aquí tiene.
- ¿Trabajo con usted señorita Isabella?
- Así es.
- ¿Desconfía de mi?
- Un poco.
- Qué concepto más...
- Pueden retirarse.
A Jade parecía interesarle Edward creo que por ese motivo deseaba obtener información sobre mi..
- Hola Ed.
- Hola Jade.
- ¿Asistirás al banquete?
- Si, ¿y tú?
- También, te veré allá entonces.
- Claro.
- Jade...! oh disculpen.
- No te preocupes Bella, adiós Jade.
- Adiós Ed.
- Discúlpame Jade, no podré acompañarte esta noche, debo hacer algo.
- Está bien, déjame llevarte a tu casa.
- Vamos.
- Es aquí Jade, gracias.
-Adiós Isa.
- Adiós.
Legué al apartamento mi amiga Alice me esperaba para salir teníamos que hacer nuestro trabajo...
- Creo que tengo tiempo para cambiarme...
- Apresúrate, que pronto vendrán por nosotras.
- Ven y ayúdame Alice, ¿ha hablado mi mamá?
- M... no, es ella, ¡bajamos en un momento!
- ¿A dónde iremos ahora?
- Parece que a un banquete.
- Listo, bajemos.
- Jade...
- Señor Cullen, Edward.
- Hola Jade.
- Discúlpenme iré a hablar con ellos.
- Claro señor, ¿vienes sólo?
- Si, ¿y tú?
- Si..., pero ¿por qué tan sólo Edward...?
- Así, soy un hombre solitario.
- Mm... por esta noche no lo eres, yo soy tu compañía.
- Debo advertirte que soy mala compañía.
- Pues yo igual.
Cuando me dirigía a repartir las bebidas vi a Edward, por lo que le pedí a Alice que las llevara ella..
- ¡Oh no!
- ¿Qué sucede?
- Lo conozco, llévalo tú, yo iré hacia allá.
- De acuerdo.
- Caballeros, ¿gustan una bebida?
- Nos gustaría tenerte...
- Bien, me retiro.
Estos hombres son de los que piensan que porque tienen dinero pueden tener lo que ellos desean, para evitar problemas comencé a retirarme... pero uno de ellos me tomó del brazo...
- Espera... no, nos temas...
- Suélteme...
- Estás para complacer a los presentes, así que...
- Si no les guastan las bebidas no puedo...
- Pero tú si...
No sabía cómo salir de esto sin hacer escandalo para mi suerte llegaría alguien a mi rescate...
-Espérame aquí Jade.
- Pero Ed...
- ¡Déjeme!
Al decir eso, Edward llegó a mi rescate...
- Suelta a la dama, ella sólo ofrece bebidas.
- ¿Qué eres defensor de la servidumbre?
- Señorita, retirese.
- Gracias caballero.
- Ah.. y, si lo soy.
- Esta me la debes Cullen.
- Cuando guste te pago, James.
-¿Podemos irnos?
- Si, pero ¿qué te pasó?
- Esos hombres son unos patanes, pero por suerte no paso nada.
- Vamos, es noche.
