Okey, ¡Hola a todos! Aquí vengo con un nuevo fic, no sera muy largo, pero cuenta la historia de Benjamín Grenger mi Oc y su orfanato en Italia
/Ben:... - comiendo chocolates e ignorándolo/
Bueno, veré como agregar a los chicos de Inazuma y el como llega a Japón y blablabla
Disclaimer: La historia esta basada en un culto de un juego llamado Silent Hill, si no lo conocen, búsquenlo y jueguen, se los recomiendo. Los personajes de Inazuma que aun no aparecen pero que saldrán en el próximo capitulo no me pertenecen, solo Ben es de mi propiedad.
/Ben: Benjamín solo le pertenece a Sorato-san/
¿Cuando volverás a ser tu? enserio me estas asustando
Advertencia: Escenas de tortura, algo de sangre y sufrimiento hacia mi Oc.
¡Ahora el prologo!
"Un lugar donde es regido por un culto religioso cuya base de la Fe es la encarnación de su Dios nacido del fuego y el sufrimiento"
Gritos desgarradores se escuchaban todos los pasillos, los sollozos de los niños hacían eco junto aquellos gritos, el sonido de metal rasgando la piel humana se escucha en el fondo, por un pasaje oculto en aquel orfanato, donde un centenar de celdas sucias y en un muy mal estado se encontraban. Los desganados pasos de un chico de cabellos rojizos y cortos apenas eran audibles, sus ojos estaban vacíos, eran como mirar por un precipicio sin encontrarle su final, a pesar de buscar en sus ojos, el azul de uno de ellos estaba completamente apagado, sin brillo y el otro de un color verde parecía estar fijo en la nada.
El chico con heterocromía es jalado por el cuello de la camisa hasta una habitación manchada en sangre, donde en el suelo, el cuerpo desgarrado y ensangrentado de cuatros chicos estaban tirados. La pérdida mirada del peli-rojo se alza hasta el hombre frente a él, cubierto por una capucha roja que ocultaba su rostro, el hombre lo obliga a recostarse boca abajo sobre una enorme mesa de madera, sin mucha objeción por parte del menor termina amarrando sus manos con los gruesos grilletes que la mesa tenia adherida a ella, sus dedos inconscientemente recorren los miles de rasguños que esta poseía, el de la capucha se acerca hasta quedar parado tras de él sosteniendo una gruesa y afilada viga de metal algo oxidada. Con suavidad el chico sierra sus ojos, justo cuando la viga se alzaba sobre él, esperando que su sufrimiento comience, una solitaria lagrima se desliza por su mejilla, justo segundos después el objeto cae sobre su espalda rasgando su ropa junto con su blanca piel, cubriéndola de un hermoso tono carmesí, dando inicio a su tortura.
"Mientras más sufrimiento tenga uno y mayor sea el odio guardado en sus corazones, más cerca están de traer el paraíso que tanto ansían"
"Si no sigues las reglas de este orfanato, serás duramente castigado"
