Los personajes pertenecen a J. K. Rowling

Este fic participa del reto "Amor a través de los tiempos" del foro "La Sala de los Menesteres".


Solterita número tres

(Caspar Crouch y Charis Black)

Sus padres ya le han dado la buena nueva relativa. El matrimonio que le habían concertado desde que casi antes de que entrara a Hogwarts es viable y en breve meses se llevará a cabo. Charis Black, que lleva toda su vida preparándose para el enlace, no es capaz de creerse que vaya a casarse con Caspar Crouch.

Le saca seis años, cuando ella estaba en primero, él se estaba morreando con otras mujeres por los pasillos de la escuela y Merlín sabe qué cosas más hacía con ellas. Cuando tenía quince años, él ya era un miembro reputado en el Ministerio que estaba algo más centrado por que al parecer, ya su prometida había dejado de ser una cría.

Cuando se graduó de Hogwarts, Caspar le regaló algo de lo que nunca se olvidaría. Le robó su primer beso a traición cuando le estaba colocando aquel collar, que era una excusa para poder acercarse a ella y besarla, como le aseguró más tarde.

Se ha pasado aquel último año intentando acostarse con ella cada vez que podía, creyendo que ella era como esas mujeres que se llevaba a la Sala de los Menesteres en Hogwarts, le ha levantado la falda y le ha robado más besos de los que Charis puede contar en su vida.

Es un Crouch, sí, pero cómo le diría cuando ella se lo echa en cara, también un hombre. Un hombre que sabe lo que quiere y que no parará hasta que lo consiga. Como buen Crouch.

Charis Black está a punto de cumplir diecinueve años y sabe que no llegará a esa edad soltera. Camina por la casa de los Black. Es la última hija que les queda a Arcturus Black y a Lysandra Yaxley por casar, la pequeña de sus hermanas.

Su padre está reunido en el despacho y, según ha escuchado a los elfos domésticos, es con Caspar Crouch. No es que a Charis le interese que Caspar esté en su casa, aunque no puede negar que cuando ha pasado por el despacho de su padre y ha encontrado la puerta entreabierta no ha podido evitar echar un ojo al interior.

Su padre le da la espalda a la puerta, frente a él, Caspar. Alto, moreno, ojos azules. No es capaz de escuchar de escuchar de qué hablan, y tampoco le interesa. No sabe cuánto tiempo se queda mirando a su prometido, pero finalmente éste acaba dándose cuenta cuando alza la cabeza, y por un instante le sonríe, sólo a ella. Antes de retomar la conversación con Arcturus.

Sonrojada y furiosa por estarlo, Charis cierra la puerta despacio y sale disparada lejos de aquel sitio. Posiblemente a su habitación. Y entonces lo piensa. Caspar nunca ha entrado a su habitación y la sola idea le da cosquilleos fuertes en el estómago. Sin embargo, recapacita pronto. Prefiere ser tratada como un elfo doméstico en manos de su antepasada Elladora Black que pensar por un momento que Caspar Crouch le pueda llegar a gustar.