Hola de nuevo, si soy yo, con una nueva locura o debería decir ¿delirio? Bueno, para este caso da lo mismo XD, aquí les traigo una nueva historia, que espero sea de su agrado, sin más que decir, los dejo con el primer capítulo de Una dolorosa mentira

Un engaño doloroso

Pasaron tres años desde que Mai ingreso a trabajar a SPR, siempre estuvo enamorada de Naru, nunca lo negó, y para sorpresa de unos y enojo de otros, al cabo de dos años juntos, al final de un caso, Naru le propuso formalmente ser pareja, la felicidad desbordaba a la muchacha, tal vez Naru no era el novio mas cariñoso del mundo, pero tenía sus momentos, esos que Mai atesoraba. Sin embargo, como dicen por ahí, nada es eterno, y Mai lo aprendería, de la peor manera.

Una mañana llego a la oficina, risueña como siempre, sin embargo, su sonrisa despareció, al encontrar la oficina vacía, no podía creer lo que veía, entro desesperada al lugar, no podía ser verdad, Naru… Naru no se iría sin despedirse… entro a lo que antes fue el despacho del muchacho, y encontró una carta, una en la que se despedía secamente, sin excusas, sin decir a donde iba, simplemente era un adiós, un frio y devastador adiós, cayó de rodillas en el suelo, preguntándose si había hecho algo malo, para que Naru la dejara así, lagrimas surcaban su abatido rostro, oyó el sonido producido por una puerta al abrirse, corrió hacia el lugar, con la esperanza de que fuera "el", grande fue su decepción al encontrarse con la mirada sorprendida de sus amigos, que al igual que ellos, no esperaban encontrarse con la oficina vacía, Mai rompió en llanto nuevamente, siendo abrazada por bou-san, quien al verla en ese estado, solo atino a realizar dicha acción, aun sin saber, o mejor dicho, sospechando lo que había sucedido.

-Entonces lo que dijo Masako… -dijo la miko rompiendo el silencio producido en la desierta habitación-

-Es verdad –culmino la frase el rubio sacerdote-

Fue en ese momento, que Mai se percato de la ausencia de la chica, una duda asalto su aturdido cerebro, acaso el había… no! –se dijo a sí misma- el nunca lo haría, el… no se iría con Masako o sí?

-Qu-que fue lo que dijo… -cuestiono Mai con temor a la respuesta que le darían mientras se separaba del monje-

-Ella dijo que… -trato de responder bou-san-

-Que! –exclamo Mai, necesitaba una respuesta, aun si eso significara mucho dolor para ella-

-Masako dijo que se iría con Naru –respondió Ayako con la mirada gacha-

El mundo se le vino encima, se negaba a creer lo que oía, pero… ¿Qué otra explicación había?, Masako no estaba, y Naru se fue sin decirle nada, sin una adiós siquiera, sin darle la cara, seco sus lagrimas, el no las merecía, fue lo que afirmo antes de salir del lugar, rompiendo en pedazos el trozo de papel, siendo seguida por bou-san, que con el tiempo se convertiría en su soporte, el único que la apoyaría en el duro momento que estaba por venir.

Los días pasaron, se transformaron en meses, y pronto una año había transcurrido desde que él se fue, ahora con 20 años, Mai viva en una casa un poco más amplia que la que tenia, tenía un trabajo común, y una buena paga, ese día estaba de descanso, preparando unos bocadillos en la cocina, para luego sentarse a ver una película, el día era lluvioso, una razón más por la que decidió quedarse en casa, además de que ahora no podía salir con mucha frecuencia, de pronto el timbre de la puerta sonó, dejando su labor, se dirijo a la entrada del recinto y sus ojos se abrieron de par en par debido a la sorpresa, el que estaba parado, bajo el umbral de su puerta, mojándose con las gotas que caían del cielo, como las lagrimas que ella derramo antes, era el… Naru había vuelto…

-Hola Mai –hablo Naru, tratando de romper el incomodo silencio que se había formado- a pasado tiempo…

-Que quieres Naru –dijo de forma cortante, recuperándose de la sorpresa- no tienes nada que hacer aquí?

–Puedo pasar? -cuestiono el muchacho aun bajo la lluvia- necesito hablar contigo

-Aquella vez lo dejaste muy claro Naru –replico con resentimiento- no tenemos nada de qué hablar

-Dame un minuto –pidió con necesidad, algo muy raro en el- por favor

-Eso debiste decirlo hace un año Naru –respondió- ahora ya no tiene caso, tengo algo importante que hacer –agrego mientras cerraba la puerta- así que adiós

-Espera! –Exclamo sujetándola de la muñeca, evitando que entrara a la casa- escucha lo que tengo que decir!

-No vengas a gritar en mi casa! –Replico la muchacha mientras se zafaba de su agarre- ya no eres mi jefe!, no eres nada mío!

-Sabes que no es verdad! –Refuto alzando la voz nuevamente- lo que hubo entre nosotros no…

-Nosotros? –cuestiono la chica con ironía- nunca hubo nosotros!

-No te engañes Mai –hablo mientras se acercaba peligrosamente a su rostro- me necesitas tanto como yo, aun me amas

-Te amé, es verdad, pero eso fue hace tiempo –respondió sin inmutarse por la cercanía de ambos- tú, mataste mis sentimientos por ti

-Mai... –trato de decir, pero la frialdad que vio en su mirada, lo dejo consternado, sin palabras-

-Si no tienes nada más que decir –contesto sacándolo de sus pensamientos, y alejándose de él- vete de mi casa

-He vuelto por ti – dijo de repente abrazando a Mai- aquella vez…

-Ya no creeré en tus palabras Naru –dijo alejándose de él- aunque quisiera… ya no puedo, es demasiado tarde

-Sé que me fui sin darte explicación alguna, pero…

-Adiós –dijo Mai interrumpiendo a un sorprendido Naru-

-Mai…

-Vete, vete y olvídame… como yo lo hice

-Es mentira! –Exclamo sorprendiendo un poco a Mai por la agresividad con la que tomo su muñeca nuevamente- No pudiste olvidarme!

- Suéltame! –Reclamó mientras trataba de zafarse del agarre de Naru- el mundo no gira entrono a ti! -agrego mientras lograba separase de el-Vuelve con Masako, que aquí ya no hay lugar para ti

-Estas diciendo que hay alguien más? –Cuestiono con ironía- es imposible

-Naru…-dijo con una sonrisa cansada- hay alguien en casa que me espera, vete por favor

-Deja de mentir! –Exclamo nuevamente- no hay nadie allí den…

-Pasa algo Mai? –Cuestiono Un hombre de cabellera larga con algo en los brazos- Naru… -agrego al verlo-

-No pasa nada Houshou –respondió mientras cogía lo que el monje tenía en brazos- Naru ya se iba

Naru se quedo sin palabras, lo que Mai tenía en brazos era…era… un bebe, la lluvia, que no había cesado, callo con más intensidad, mientras Mai entraba en su nueva casa, acompañada por otro hombre que no era él, y con un bebe en brazos, uno que pudo ser suyo, y que por idiota, había perdido…

Notas de la autora

Y así llegamos al final de este capítulo, un poco corto es vedad, pero eso se arreglara en los siguientes episodios, que por cierto serán pocos, todo depende de sus comentarios, sin más que decir me despido, esperando que hayan disfrutado de la lectura.

Hasta la próxima, si dios y sus comentarios lo permiten ^_^ Sayonara!