Este es mi primer fanfic. Está basado en la historia que cuenta el manga Sailor Moon de Naoko Takeuchi, con algunos toques del anime, y cuenta la historia un año después del matrimonio entre Serena y Darien. Los personajes tendrán que enfrentarse a la prueba más difícil: la vida normal. Contiene Lemon.

Capítulo 1

Un año después

Mientras Tokio se preparaba para recibir un hermoso verano y siendo las 7 de la mañana, en un apartamento, una rubia de cabellos largos y ojos de in intenso azul celeste, sufre los fuertes dolores de una contracciones que cada vez se dan más seguido. El huésped que ha ocupado su vientre durante 9 meses quiere salir pronto.

- ¡Darien! Te dije que el maletín estaba en el cuarto de Rini, no en el baño... Ahhhhh - otra contracción se hizo presente mientras Serena intentaba guiar a su nervioso esposo para poder salir pronto hacia el hospital.

- Lo siento princesa, aún sabiendo que pasaría hoy, no puedo evitar estar nervioso - dice el moreno llegando a la sala con una pequeña maleta en una mano, y una pañalera rosada con estampado de conejos colgando de sus hombros - estamos listos princesa, vamos.

Darien tomó a su esposa por la cintura para ayudarle a sostenerse, le besó sus cabellos y. La dirigió hacia la puerta.

El camino hacia el parqueadero fue interrumpido por otra fuerte contracción obligando a Serena a sentarse por unos minutos en las escaleras del sótano mientras Darien, entre preocupado y ansioso no encontraba cómo ayudarle.

- No puedo creer que seas médico. Creo que mejor será tomar un taxi, así no puedes conducir - dice Serena con una expresión entre la dulzura y el dolor para intentar aplacar los inevitables nervios que su esposo tenía y de los que nunca había sido testigo.

- Tienes razón, subiré a pedirle al vigilante que llame uno y ya vengo por ti. - dice un afanado Darien subiendo por las escaleras donde se encontraba sentada su embarazadísima esposa.

Un par de minutos después, llegaba Darien acompañado de una risueña Haruka.

- Cabeza de bombón, ¿porqué no me llamaste? Te dije que yo los llevaba al hospital - saluda Haruka a Serena, ayudándole a ponerse en pié.

- No era necesario Haruka - dice un avergonzado Darien mientras ayuda a Serena por el otro lado

- Chiba, ¿ya viste tu estado?, no voy a permitir que arriesgues a la princesa y a la pequeña dama en un auto conducido por un hombre que apenas es consciente de que camina. Fue una fortuna tener a Setsuna en casa y que me enviara a ayudarles.

- G...Gra...Gracias Haruka - contesta Serena intentando contener el dolor de una nueva contracción - yo tampoco pensaba montarme a un auto con mi Darien al volante... Pensé que la nerviosa sería yo - finaliza la rubia mientras sonríe y le envía un beso por el aire Darien que permanecía sosteniendo un costado de su esposo

- Gracias Haruka - se limitó a decir mientras salían del edificio.

- No pienses que lo hago por ti Chiba, lo hago por ellas - responde Haruka con algo de resentimiento que Serena no comprende pero del que se desentiende rápidamente debido a su dolor.

- Lo sé, aun no puedes superarlo, ¿verdad Tenou? - contesta Darien con un aire de superioridad.

Rápidamente se embarcaron en el descapotable amarillo hacia el Hospital de Tokio. Un compañero de trabajo del futuro padre los esperaba en la entrada con una silla de ruedas lista para recibir a Serena.

Los tres descienden del auto. Haruka toma a La rubia por la derecha y Darien por la izquierda mientras llegan hasta la entrada.

- Darien, casi no llegan - saluda el doctor a la distancia - Hola Serena, espero que esta pequeña se esté comportando bien - añade el hombre de cabellos castaños, semblante amable y rasgos americanos, mientras ayuda a Serena a sentarse en la silla y le acaricia el vientre.

- John... - dice Sena haciéndole señas al joven doctor para que se agache y la escuche de cerca - Esta jovencita me está matando, póngame algo para el dolor, no quiero asustar más a Darien y no creo poder mantener más la calma - pide la rubia en un susurro casi inaudible pero ante el cual el doctor asiente una sola vez - y déle algo a Darien también que me está poniendo nerviosa con tanta ansiedad.

- Como quieras Serena - responde John con una sonrisa - Darien, tu y la señorita pueden esperar en la estancia hasta que Serena esté acomodada en una habitación - dice el doctor mirando a los dos y señalándoles una sala amplia y empujando la silla de ruedas por un pasillo.

- Chiba, tranquilízate - sentencia Haruka mientras entra y se sienta en un sofá.

- Eso intento, pero no lo logro - contesta cortante Darien mientras permanece de pie con la mirada en el pasillo por el que desapareció su esposa. - Haruka, hagamos una tregua.

La rubia se sorprende ante la petición y la seria expresión de Darien.

- La tregua la haremos cuando terminemos nuestros pendientes - contesta bastante molesta.

- Hazlo por ellas, no quiero que Serena se entere de lo que hacemos, y no podré seguir ayudándote por un tiempo - finalmente mira a Haruka a los ojos y suplicante sigue hablando - disfruto ayudarte y tus enojos me divierten, pero ahora podemos bajarle la intensidad, ¿hacemos una tregua de paz?

- Chiba, lo haré por ellas, pero después de un par de mese, lo retomaremos, no puedo estar quieto mucho tiempo - dice frustrada Haruka, recordando lo que ha pasado en los últimos 10 meses.

...Flash Back...

- Darien hola, no digas que soy yo - saluda Haruka apenas siente la voz del pelinegro al otro lado del teléfono - espero que su luna de miel haya sido buena, pero debo pedirte un favor.

Sorprendido, Darien sale al balcón de su apartamento para o despertar a Serena que duerme después de un agotador viaje.

- Gracias, fue un viaje muy bueno, pero dime qué necesitas.

- Lo siento, pero no me acostumbro a tanta paz, se que las demás, incluida Michiru intentan seguir sus vidas normales, pero no puedo oxidarme y en mi opinión, tú tampoco... - Haruka toma aire y suelta su petición sin rodeos - quiero que me ayudes a entrenar con la espada.

Darien queda en silencio por un minuto. Se extraña por la petición, pero él mismo ya había considerado iniciar un entrenamiento clandestino para no perder la forma y poder seguir protegiendo a Serena.

- Está bien, de lunes a viernes nos veremos en el cuartel general, no creo que a Andrew le moleste.

- Gracias Chiba.

... Fin del Flash Back...

- Desde ese entonces no puedo ganarle, tiene todo el potencial necesario para ser nuestro futuro rey... Pero no me voy a rendir - Piensa Haruka antes de seguir hablando - iré a llamar a las chicas y a los Tsukino para que sepan que Serena está acá - se levanta y sale del hospital dejando a Darien solo y pensativo.

El tiempo parece haberse detenido para el moreno, quien no aparta la mirada del extenso pasillo en frente.

Por su mente empiezan a pasar recuerdos de todo lo que ha vivido al lado de su esposa. Sabe muy bien que no tiene porqué estar tan nervioso, pero la idea de ser padre lo ha cambiado bastante. Ahora es mucho más sensible y atento. Ama a su princesa por sobre cualquier otra cosa, pero aún así siente temor. No recuerda a su padre, no sabe cómo serlo sin haber tenido un ejemplo y eso es lo que generó en él tanta ansiedad.

Nunca se atrevió a confesarlo a Serena, pensando que nueve meses serían suficiente para aprender y aceptar la idea, pero con la realidad a solo unos minutos, se dio cuenta que nueve meses no fueron lo justo.

- Darien, puedes pasar - la voz de su compañero lo saca de sus meditaciones - ¿quieres que te de algún calmante? - pregunta John al ver la palidez de su amigo.

- ¡Ni se te ocurra! - responde alarmado - perdóname, pero creo que podré soportarlo, o al menos haré el intento - agrega Darien mientras sigue al doctor hacia la habitación de Serena.

- Como quieras. Cambiando de tema, Serena está casi lista, ya rompió fuente y le quedan dos centímetros más de dilatación, así que muy pronto serás papá - le explica con confianza John mientras se detiene frente a una habitación - los dejaré solos un rato - y se marcha por un iluminado pasillo.

Respirando profundamente, Darien toma el pomo de la puerta y lo gira. Despacio abre la puerta para encontrarse una escena conmovedora.

- Pequeña Rini, yo se que cuando viniste hace un tiempo no nos llevábamos muy bien, pero quiero que sepas que te amo, y haré todo lo posible por ser la mejor madre del mundo. Ahora quiero que estés juiciosa y ayuda a tu madre a... - Serena interrumpe el diálogo que sostenía con su vientre al ver que la puerta se abre.

- ¿A qué debe ayudar este bebe a mi princesa? - pregunta Darien acercándose y acariciando el vientre de Serena mientras le da un tierno beso en los labios.

- A nada mi príncipe - contesta la rubia sonrojada al verse descubierta hablándole a su barriga - ¿estás más tranquilo amor?

- Si princesa - contesta Darien sentándose en la cama de serena y atrayéndola hacia él para recostarla en su pecho - serás una estupenda madre y yo daré mi vida por cuidarlas.

- Darien...

- Princesa, - dice el moreno cambiando su posición para quedar en frente a ella mientras rosa suavemente sus mejillas con la mano - Había olvidado algo importante hoy y creo que este es el momento perfecto - dice Darien sacando de su bolsillo una cajita rectangular de terciopelo y abriéndola frente a Serena - Sabes que te amo, que eres mi sueño hecho realidad y que me haces el hombre más feliz del universo... - toma la pulsera plateada y se la pone en la muñeca izquierda - esta pulsera no es solo mi regalo por tu cumpleaños, simboliza nuestras vidas y lo que empezaremos a construir de hoy en adelante - dice señalando los dijes de luna, la tierra, un corazón con un diamante, una rosa y un pequeño cascabel.

Serena mira el regalo en su mano. El plateado resalta sobre su blanca piel. Mira los intensos ojos azul zafiro de su esposo intentando sostener una lágrima ante la declaración que él acaba de darle.

- Gracias amor, es hermosa... - dice Serena dejando escapar un par de gotas de sus ojos.

- Gracias a ti princesa - contesta un conmovido Darien mientras acerca el rostro de su esposa para darle un beso.

Mientras eso sucedía en la habitación, en la sala de espera se encontraba un extenso grupo de personas cargados con regalos. Haruka y Michiru sostenían un pequeño arreglo de rosas rojas, blancas y rosadas. Hotaru y Setsuna, muy cerca de ellas, sostenían dos bolsas cargadas de ropa para bebe. En el otro lado de la habitación Lita protegía una bandeja de galletas de Mina, quien llevaba en sus manos un juego de globos rosa. Rey y Amy estaban sentadas mirando la discusión entre Mina y Lita, Mientras sostenían un enorme pastel de cumpleaños.

Los señores Tsukino y Sammy se encontraban sentados, mirando a todas las amigas de Serena y manteniendo una ligera conversación acerca de los estudios de Sammy. El joven adolescente ya estaba en preparatoria y buscaba conseguir una beca en el exterior para estudiar sistemas.

De regso en la habitación, Darien y serena esperaban impacientes el momento de tener a su hija en brazos. Las contracciones eran cada vez más seguidas. Darien le ayudaba indicándole la respiración correcta haciendo desaparecer todos sus nervios.

- Serena, Darien ¿Están listos? - entra el John ya listo para llevar a Serena a sala de partos - Darien, ve a prepararte, te esperamos en la sala, no tardes - y comienza a arrastrar la cama de Serena hacia el pasillo. Unos minutos después, estaban el doctor encargado, Darien, Serena y un par de enfermeras listos para proceder.

- Serena cuando sientas una contracción vas a pujar, ¿ok?

- Si John, pero terminemos con esto rápido que ya estoy cansada - contesta Serena entre la desesperación, el cansancio y la ansiedad.

Darien toma la mano de su esposa y la mira con ternura mientras llega la contracción que rompe el pequeño instante.

- aaaaaaaaaaaah!

- Princesa puja...

Veinte minutos después, John ponía en brazos de Serena a una pequeña de tez blanca y cabello rosa.

- Serena, feliz cumpleaños, la niña es reciosa y está completa,ente sana - dice el doctor con una gran sonrisa - ¿cómo se va a llamar?

- Serena - contesta Darien sin dejar de mirar a su esposa e hija - igual que su hermosa madre.

- Está bien, los dejaré solos mientras preparo la habitación para estas dos princesas - dice John recordando la forma empleada por su amigo para llamarle a la rubia.

- Gracias John - dice Darien mientras abraza a serena por el costado y acaricia las pequeñas manos de su hija.

- Darien... Gracias por este regalo - dice Serena quitando por primera vez s ojos de su hija y mirando directamente los de su esposo - te amo.

- Y yo te amo a ti princesa... - se limita a decir Darien sin poder expresar la alegría que siente.

No hacían falta palabras, la atmósfera del lugar estaba inundada de amor. Los dos amantes se miraban mientras sostenían a su pequeña y solo con eso bastaba para que entendieran cada uno, que el otro se sentía feliz.

De repente el lugar se iluminó, el tiempo se detuvo para los aparatos que controlaban los signos vitales de Serena, y una figura femenina se presentó ante los nuevos padres.

- Serenity, Endimion, he venido hasta acá para felicitarlos - la voz de la reina de la luna se escuchaba alegre pero débil al tiempo - esta será la última vez que me verán, ya por fin podré descansar

Serena y Darien se quedaron inmóviles ante la presencia.

- ¿Puedo cargar a mi nieta? - pidió la reina acercándose a la camilla.

- Claro que si majestad - dijo de forma solemne Darien saliendo de su letargo y tomando a la bebe en brazos para acercársela

- Endimion, ya no soy más la soberana, el trono les pertenece a ustedes - respondió jovial mientras recibía a la bebe - ahora debo pedirte que cuides mis ellas. El amor que ustedes se han tenido siempre por fin dio su fruto y esa es la señal que me dice que mi decisión de enviarlos a esta época fue buena.

- Mamá... - logra susurrar Serena antes de ser interrumpida por Darien

- Prometo cuidar de ellas con mi vida - dice mientras se inclina en el suelo- y agradezco su decisión.

- Levántate Endimion, ahora, debo hacer algo antes de partir a cumplir con mi último designio - dijo la reina antes de extender una mano en dirección a la pareja. - esta niña es hija de la Tierra y de la Luna, por eso, los cristales dorado y de planta deberán ahora, generar uno nuevo que acompañe la vida de esta bebe.

Terminado de decir esto, aparecen frente a ellos los dos cristales, fusionándose por un segundo y generando un nuevo cristal rosado. Los tres cristales regresan a cada uno y la reina vuelve a intervenir.

- Hija, pronto será mi despedida para dejarte el trono - empezó a de ir la reina mientras devolvía a Rini a los brazos de su padre - hasta pronto príncipes - se dijo finalmente.

El resplandor de luz desapareció, los aparatos volvieron a funcionar como antes y Darien y Serena se miraban, ambos con lágrimas en los ojos.

En la sala de espera las chicas interrumpen sus diálogos y se miran cómplices y sonrientes. Todas sintieron la presencia de la reina y el nacimiento del nuevo cristal. Todas saben que la pequeña Rini por fin nació.