Disclaimer: Pokémon no me pertenece.

Advertencias: OoC, AU.

Pareja: RammingSteelShipping [Riley/Jun].

Nota: Participante del reto: Las Tablas de Silver, del foro: Gotta Catch 'Em All!


Flor de Loto


—¿Entonces te mudaras? —indaga con un obvio tono de preocupación ya que en definitiva no sabía que haría si el otro llegase a mudarse a una ciudad demasiado lejos; o sea, podría tomar un tren para ir a visitarlo pero le gustaba estar cerca de su novio. Usualmente iba a su apartamento todas las tardes así que cambiar esa rutina sería algo difícil aunque por un momento llega a preocuparse, sonaba a que el otro le llegaría a dejar por la distancia, Muerde su labio inferior ya que no quería que eso pasará, se ha apegado demasiado a Riley en definitiva como para preocuparse tanto por una separación.

El de cabellos negros asiente ya que hace unos días su tía había decidido mudarse a otro país así que le dejo su casa, no podía negarse a algo como eso considerando el hecho de que usualmente la paga que obtiene de ser criador e investigador no da mucho; además si dejase de pagar renta podría consentir de más formas a su novio. Sabe que el dinero no es tan importante pero le gustaría poder darle las cosas que le gustan a su chico—. Descuida no queda tan lejos, si quieres podemos reunirnos en el parque y así ir juntos.

El rubio sonríe al escuchar eso y se siente bien por ello ya que en serio por un momento se asustó imaginando cosas que no venían al caso—. Te ayudaré a empacar tus cosas en ese caso, así que ponte listo, ¡quien empaque menos deberá pagar una multa! —exclama volviendo a su animado ser, procede rápidamente a buscar cajas en la casa del mayor para así empezar a poner cosas al azar dentro de ella. Riley sólo suspira y espera que el menor no acabe rompiendo nada aunque tampoco es como si le importará mucho, al menos ya está animado ya que al contarle de la mudanza lo noto decaído. Procede a dejar de estar sentado en el sofá para poder ayudar al otro a meter unas cosas en cajas pese a que se mudaría hasta la otra semana.


Cuando el camión se detiene frente a la casa que está en el área cercana al bosque, Jun no puede evitar ver por la ventana maravillado por la vista que presenta—. Vaya, tu tía tiene mucho dinero en definitiva —indica sin pensarlo mucho ya que si bien era una casa pequeña la notaba bastante hermosa en aquel lugar al igual que el resto que hay en esa calle, será divertido poder ir ahí, no sólo por su novio sino que también el ambiente. Siempre le han gustado ese tipo de lugares, Kouki siempre se ha quejado y más cuando le obligo a acampar; al menos Hikari se divertía saliendo con él a esos lugares.

Riley no pone mucha atención al comentario del menor ya que no decía nada inapropiado, además del hecho que tiene razón—. En parte me alegra que prácticamente me regalará su casa pero siento que no debió hacerlo —explica ya que a su parecer fue algo apurado de la mujer.

—Ah, no pienses eso, es tu familia. Seguro quería que tuvieras al menos un buen lugar y una buena vida, además ya habías dicho que ella es como una madre para ti, no me sorprende si tú eres como un hijo para ella —sonríe antes de desabrochar su cinturón—. Vamos deberíamos ir a explorar tu nueva casa y ordenarla. Aunque yo no haré mucho, después de todo no me has pagado tu multa por ser un mal empacador de mudanzas —indica como si nada antes de abrir la puerta y bajarse del camión e ir a explorar el patio frontal del lugar, le recordaba a un jardín zen y sólo sabía que ese estilo era porque Hikari alguna vez le llevo a un jardín botánico, fue bastante aburrido a decir verdad ya que no le interesan mucho los jardines sin flores. Aunque al ver un pequeño estanque lleno de unas flores que no reconoce se acerca para observarlo.

Mientras Jun se mantiene observando, Riley ha empezado a bajar las cajas con sus pertenencias, en definitiva se siente nervioso, sigue sin saber la razón. Teniendo en brazos la caja con algunos adornos que tenía de visitas a otros lugares o regalos ve que su novio está jugando con los lirios. Aunque al acercarse nota que son flores de loto y el menor parecía querer tocarlas pero no se atrevía, a sabiendas lo curioso que llega a ser este le sorprende que no lo haya hecho ya—. ¿Pasa algo? —pregunta dejando la caja de lado y agachándose para quedar a su altura.

—Se ven frágiles, ¿qué flores son? —indaga queriendo tomar una como lo hace con las demás flores que se topa la mayoría del tiempo, a veces cuando cruza por el parque toma algún girasol o una rosa para dársela al otro. Y pese a querer hacer lo mismo con aquella flor roja no podía evitar no querer tocarla.

—Flores de loto y si son bastante frágiles —indica antes de tomar una para depositarla en las manos del menor—. No sabía que mi tía tuviese de estas, pero bueno, pese a verse frágiles crecen sin el mayor cuidado, además que simbolizan algo bonito —explica mientras ve que el rubio acaricia los pétalos de aquella flor antes de devolverla al agua—. Ahora sigamos a dejar las cajas, debo devolverle el camión a Byron en unas horas.

Frunce el ceño ya que el otro no le ha dicho que significan aquellas flores—. Recuerdas que tienes una multa, ¿no?, pues debes pagar diciéndome que significa.

Voltea a ver al menor y no puede evitar besar sus rubios cabellos antes de hablar—. Significa pureza y amor, tal como tú; ¿ahora si puedes ayudarme con las cosas? —indaga con una voz suave porque es obvio lo que le ha dicho y porque se la dio.

—¿Cómo puedes decir cosas tan dulces y luego preocuparte por la mudanza? —cuestiona antes de ir de mala gana a ayudarlo, y pese a eso sus mejillas estaban teñidas de un color carmín además de que su corazón latía bastante rápido—. ¿Podemos ver una película luego de arreglar todo? —pregunta ya más calmo.

—Quizás aunque ahora tu eres quien tiene una multa; así que debes pagar antes de que responda —explica con calma haciendo que el otro no entienda a que se refiere.

—¡Pero no he hecho nada! ¡Apuesto que sólo dices eso para besarme! —indica y al ver el rostro del hombre sabe que le ha dado al blanco—, bien, sólo uno —explica antes de acortar la distancia que les separaba y darle un suave beso, puro y lleno de amor como las flores que había tocado hace rato.