Amiga Mía
(Alejandro Sanz)
Ryoga miraba hacia el cuarto de Akane, la chica a la cual nunca había
podido conquistar, deseando poder decirle los secretos que guardaba de su
amigo y rival, pero solo podía pensar...
Amiga mía, lo sé. Solo vives por él que lo sabe también.
Pero él no te ve como yo suplicarle a mi boca que diga
que me ha confesado entre copas
que es con tu piel con quien sueña de noche
y que enloquece con cada botón que
te desabrochas pensando en sus manos...
Akane: ¿Ryoga? - mirándolo suplicante - ¿lograste saber algo?
Ryoga: bueno, yo... - pensado - ¿qué hago? Si se lo digo... ¡MALDICIÓN!
Él no te ha visto temblar esperando
Una palabra, algún gesto, un abrazo.
Él no te ve como yo suspirando,
con los ojitos abiertos de par en par,
Escucharme nombrarle.
Ay amiga mía lo sé y él también...
Akane: ¿Qué pasa? ¿Acaso él...?
Ryoga: bueno... tú sabes que él tiene 2 compromisos más y... eso no lo deja
decir las cosas con libertad...
Amiga mía, no sé que decir ni que hacer para verte feliz.
Ojalá pudiera mandar en el alma
una libertad que es lo que a él le hace falta.
Llenarte los bolsillos de guerras ganadas.
De sueños, de ilusiones renovadas.
Yo quiero regalarte una poesía,
tú piensas que estoy dando las noticias...
Akane: ¡No me digas cosas que ya sé! Sé que él no puede decir lo que siente
por temor a la reacción de las demás, pero... tú eres su amigo... algo debe
haberte dicho...
Ryoga: Pero, Akane, entiéndeme...
Akane: ¿qué te entienda? Te he escuchado miles de veces decirle a Ranma que
sufro por él... ¿acaso no merezco saber qué esperar?
Ryoga: bueno, él... digo... tú mereces saber, lo sé... no es que yo haya
querido decirle lo que sentías, es solo que yo sufría al verte así... eres
mi amiga y lo sabes.
Amiga mía, ojalá algún día, escuchando mi canción de pronto entiendas
que lo que nunca quise fue contar tu historia
Porque pudiera resultar conmovedora.
Pero perdona, amiga mía,
No es inteligencia ni sabiduría.
Esta es mi manera de decir las cosas.
No es que sea mi trabajo ni es mi idioma...
Akane: lo sé, Ryoga, pero yo necesito tener mi corazón tranquilo, necesito
saber... si... lo que siento no es en vano...
Ryoga: Akane, tú sabes que soy tu amigo y que haré lo que me pidas...
Amiga mía, princesa de un cuento infinito,
Amiga mía, Tan solo pretendo que cuentes conmigo,
Amiga mía, A ver si uno de estos días
por fin aprendo a hablar sin tener que dar tantos rodeos
que toda esta historia me importa porque eres mi amiga...
Akane: ¿Lo harías? ¿Me ayudarás?
Ryoga: (suspirando) Lo haré, te ayudaré...
Akane: Entonces... dime ese secreto...
Ryoga: él... (apretando los puños) él te ama...
Akane sonrió dichosa, sus ojos brillaban y su corazón saltaba de alegría...
Akane: (abrazándolo) ¡Gracias, Ryoga, gracias! Eres mi mejor amigo...
Ryoga: Sí, Akane, soy tu amigo... ahora, me voy, debo comenzar un nuevo
viaje... adiós, Akane, nos vemos...
La dulce chica, vio alejarse una vez más a su amigo... esta vez sin perder
el rumbo, parecí como si quisiera escapar... mientras observaba como
desaparecía el joven en el horizonte, un par de manos tocaron sus hombros
con dulzura...
Akane: ¡Ranma!
Ranma: Hola, Akane...
La pareja tan solo se miró a los ojos, mientras las primeras estrellas
comenzaban a brillar... en la oscuridad de la noche abrieron sus corazones
y se prometieron amor eterno, entregándose el uno al otro en una noche sin
fin... ya no estarían más separados...
FIN
(Alejandro Sanz)
Ryoga miraba hacia el cuarto de Akane, la chica a la cual nunca había
podido conquistar, deseando poder decirle los secretos que guardaba de su
amigo y rival, pero solo podía pensar...
Amiga mía, lo sé. Solo vives por él que lo sabe también.
Pero él no te ve como yo suplicarle a mi boca que diga
que me ha confesado entre copas
que es con tu piel con quien sueña de noche
y que enloquece con cada botón que
te desabrochas pensando en sus manos...
Akane: ¿Ryoga? - mirándolo suplicante - ¿lograste saber algo?
Ryoga: bueno, yo... - pensado - ¿qué hago? Si se lo digo... ¡MALDICIÓN!
Él no te ha visto temblar esperando
Una palabra, algún gesto, un abrazo.
Él no te ve como yo suspirando,
con los ojitos abiertos de par en par,
Escucharme nombrarle.
Ay amiga mía lo sé y él también...
Akane: ¿Qué pasa? ¿Acaso él...?
Ryoga: bueno... tú sabes que él tiene 2 compromisos más y... eso no lo deja
decir las cosas con libertad...
Amiga mía, no sé que decir ni que hacer para verte feliz.
Ojalá pudiera mandar en el alma
una libertad que es lo que a él le hace falta.
Llenarte los bolsillos de guerras ganadas.
De sueños, de ilusiones renovadas.
Yo quiero regalarte una poesía,
tú piensas que estoy dando las noticias...
Akane: ¡No me digas cosas que ya sé! Sé que él no puede decir lo que siente
por temor a la reacción de las demás, pero... tú eres su amigo... algo debe
haberte dicho...
Ryoga: Pero, Akane, entiéndeme...
Akane: ¿qué te entienda? Te he escuchado miles de veces decirle a Ranma que
sufro por él... ¿acaso no merezco saber qué esperar?
Ryoga: bueno, él... digo... tú mereces saber, lo sé... no es que yo haya
querido decirle lo que sentías, es solo que yo sufría al verte así... eres
mi amiga y lo sabes.
Amiga mía, ojalá algún día, escuchando mi canción de pronto entiendas
que lo que nunca quise fue contar tu historia
Porque pudiera resultar conmovedora.
Pero perdona, amiga mía,
No es inteligencia ni sabiduría.
Esta es mi manera de decir las cosas.
No es que sea mi trabajo ni es mi idioma...
Akane: lo sé, Ryoga, pero yo necesito tener mi corazón tranquilo, necesito
saber... si... lo que siento no es en vano...
Ryoga: Akane, tú sabes que soy tu amigo y que haré lo que me pidas...
Amiga mía, princesa de un cuento infinito,
Amiga mía, Tan solo pretendo que cuentes conmigo,
Amiga mía, A ver si uno de estos días
por fin aprendo a hablar sin tener que dar tantos rodeos
que toda esta historia me importa porque eres mi amiga...
Akane: ¿Lo harías? ¿Me ayudarás?
Ryoga: (suspirando) Lo haré, te ayudaré...
Akane: Entonces... dime ese secreto...
Ryoga: él... (apretando los puños) él te ama...
Akane sonrió dichosa, sus ojos brillaban y su corazón saltaba de alegría...
Akane: (abrazándolo) ¡Gracias, Ryoga, gracias! Eres mi mejor amigo...
Ryoga: Sí, Akane, soy tu amigo... ahora, me voy, debo comenzar un nuevo
viaje... adiós, Akane, nos vemos...
La dulce chica, vio alejarse una vez más a su amigo... esta vez sin perder
el rumbo, parecí como si quisiera escapar... mientras observaba como
desaparecía el joven en el horizonte, un par de manos tocaron sus hombros
con dulzura...
Akane: ¡Ranma!
Ranma: Hola, Akane...
La pareja tan solo se miró a los ojos, mientras las primeras estrellas
comenzaban a brillar... en la oscuridad de la noche abrieron sus corazones
y se prometieron amor eterno, entregándose el uno al otro en una noche sin
fin... ya no estarían más separados...
FIN
