AU
Disclaimer: "Harry Potter" y sus personajes son propiedad de J.K Rowling.
¿Empezar de nuevo?
Capítulo 1
-De acuerdo, dime una vez más ¿por qué no te cotizas un poquito? ¿A caso no te quieres? –le decía una bella chica pelirroja a un joven ojiverde con pelo más rebelde que el de un niño pequeño, que se encontraba en la cocina sirviendo un poco de café para ambos.
-Ginny, el que me quiera o no, no tiene que ver con que me cotice…y así estoy bien, además el trabajo y…-
-Sí, si ya me sé esa cantaleta Harry, pero recuerda que tú también debes ser feliz y no sólo a las "luciérnagas" que alumbran tu camino- decía esto mientras le acariciaba la mejilla- no te olvides de ti amigo. Y no soy la única que piensa esto.-
-Lo sé, aún recuerdo ese complot en contra de este pobre inocente,- se señalaba así mismo- no puedo creer que tú mamá estuviera de acuerdo con la mía- decía muy risueño.
-Oye, ni tan inocente, porque te aseguro que a pesar de saber lo que iba a suceder, tú decidiste continuar con el "complot".- decía su amiga más como reclamo, cosa que provocó la risa del ojiverde.
-Bueno, si…tal vez pude huir, pero les agradezco su "complot", así pude darme cuenta de lo que en verdad quiero.- sonreía ampliamente, provocando un manotazo por parte de su amiga.
-Lo sabía, esa cita no fue tan descabellada-
-Bueno Ginny cambiemos de tema, tengo que hablar con Fred y George sobre sus "artículos de prueba"-
-¿Otra vez hicieron de las suyas?- decía divertida al observar la cara de resignación que ponía Harry.
-Sí, esta vez Capitán sufrió las consecuencias.-
-¡Hola, hola!- decía un pelirrojo que portaba un enorme paraguas verde y un portafolio quien llegaba directo a la cocina y tomaba una manzana del frutero-
-¿Acaso no te piensas lavar las manos hermano?- decía su hermana viéndolo con el ceño fruncido.
-Mi hambre es más importante que lavarme las manos además a Rosie no le importa, -¡Hola Harry!- decía mientas hacía una especie de saludo con su amigo de años.
-¡Hola Ron! ¿Quién es Rosie?-
-¡Oh es su novia Harry! –decía Fred quien iba entrando a la cocina con una caja de cartón vacía que depositaba en el suelo, cerca de la puerta de servicio.
-¡Ron, no puedo creer que tengas novia y no me digas nada! ¿Me tengo que enterar por tu hermano? Mínimo un whatsapp Ron- decía Harry aparentando estar molesto por recibir esa noticia de esa manera, pero el evitar reírse era misión imposible-
-No tengo novia, Harry. Si así fuera tú lo sabrías de inmediato.
-¿Entonces quién es Rosie?- preguntaba su hermana con una curiosidad muy notoria-
-Es mi solitaria, de seguro tengo una ya que mamá dice que como demasiado, y no me he querido desparasitar desde hace 5 meses- decía de lo más tranquilo, mientras seguía con un pedazo de pastel -
-Son siete meses Ronald que has huido de una simple pastilla, pero ya verás que te desparasito, porque te desparasito- decía una señora bajita con un montón de bolsas que iba entrando a la cocina depositando las bolsas en la barra, provocando las risas de los presentes excepto del aludido que se puso más rojo que un jitomate.
-¡Hola mamá! ¿Cómo te fue hoy?-
-¡Oh no hijito, ni me cambies el tema! Y deja ese pastel o no cenarás - decía con tono serio-
-Ron, yo en tu lugar tomaría la pastilla- decía Arthur, el padre de la familia Wesley-
-Papá, no estoy enfermo de nada, y si me tomo esa pastilla, Rosie puede sufrir consecuencias muy graves y .- decía con cara suplicante pero no surtió efecto-
-¡Pero nada Ronald! Te vas a desparasitar, y punto final, ninguno de mis hijos va andar campante por la vida con una lombriz en la panza - le decía su madre.
Después de preparar la cena y comer en familia, y que Harry hablara con los gemelos sobre sus bromas, se retiró a casa de sus padres, tenía que platicar con ellos sobre algunos asuntos y un encargo que había dejado ahí.
-ooOOoo- -ooOOoo- -ooOOoo-ooOOoo-
Mientras tanto en Wembley, cerca de Londres, una familia se disponía a limpiar el comedor…-Hija, deberías irte a casa nosotros terminamos aquí- decía una señora con cabello castaño recogido con una mariposa, mientras acomodaba la vajilla en un lado de la mesa, ayudada por un señor un poco más alto que ella, portaba lentes y tenía un semblante duro.
-Tú madre tiene razón hija, además ya es tarde y mañana tienes que ir a trabajar y …-
-Lo sé, está bien.- interrumpió su hija- Pero para la siguiente si ayudaremos a limpiar- decía sonriendo a sus padres que gustosos ayudaron a su hija a preparar algunas cosas que traía consigo.
-Niños, despídanse de los abuelos, ya nos vamos- decía aquella castaña sonriendo, muy parecida a su madre.
-ooOOoo- -ooOOoo- -ooOOoo-ooOOoo-
Bajo de su automóvil, y abrió la reja de aquella casa, camino por aquel jardín tan bien cuidado, con rosas a los costados, observó un par de bicicletas, un scooter, 3 pelotas de diferentes colores y unos patines. Sonrió y negaba con la cabeza.
De su bolsillo saco las llaves de la puerta principal suspiró y abrió.
-¡Papi, llegaste!-
