Hola a todos!
Les traigo aquí mis más reciente creación (?). Bah, en realidad, ni siquiera es tan reciente, lo empecé hace unos meses en el descanso del trabajo, pero estuvo detenido por los exámenes. En fin, está dedicado a mi pareja favorita KisexKasamatsu. Espero les guste :)
Los personajes de Kuroko no basket no me pertenecen. Los mismos son propiedad de Tadatoshi Fujimaki.
La primera vez que los vio juntos fue cuando estaba en clase de historia. Debido a que la misma le resultaba totalmente aburrida y, de hecho, toda actividad escolar que no estuviese relacionada con el deporte le resultaba tediosa, intentaba distraerse mirando a la ventana, encontrando a muchos de sus senpai teniendo clase de educación física. No tardó en encontrar a Moriyama y Kobori, pero le extrañó no ver al capitán del equipo de basquetball con ellos. Lo buscó con la mirada, notando su presencia un poco más alejada del grupo, hablando con una chica. En realidad, era la chica que hablaba con él. La poca habilidad de Kasamatsu con el sexo opuesto era bien conocida por los cinco abridores del club de baloncesto de Kaijou. La situación le resultó un poco cómica. No podía escucharlos, pero no lo necesitaba. Sabía leer las acciones y expresiones de la gente. La chica buscaba llamar su atención y el mayor sólo quería salir de esa situación, no porque la chica le disgustase, sino porque tenía un problema mayor de timidez con las mujeres.
-Gambare senpai...- murmuró mientras una sonrisa se dibujó en su rostro.
Cuando las semanas pasaron, la situación ya no le pareció tan cómica. La joven seguía aprovechando las clases de educación física para entablar conversación con el pelinegro y éste, con el tiempo, se había acostumbrado a su presencia, por lo que empezaba a corresponderle. Incluso los había visto conversar fuera del aula de la chica durante la semana. Por lo general, Kise jamás tenía que preocuparse si alguna mujer se acercaba a Kasamatsu, la vergüenza innata de éste se encargaba de alejarlas a los pocos días, pero este caso era diferente. Era la primera vez que el modelo sentía cierta inseguridad, la cual no quería catalogar de "celos", aunque muy en el fondo sabía que de eso trataba. Cuando Moriyama-senpai le contó, poco después, que la chica se le había declarado a su senpai, esa inseguridad creció y terminó por convertirse en una fea y extraña sensación sobre su pecho.
Ese día recibió constantes réplicas de su entrenador e incluso de sus compañeros, por la falta de concentración que tenía durante el entrenamiento. Fallaba tiros, perdía pases, incluso a veces cuando botaba el balón escapaba de sus manos. No parecía ser ese mismo as que tantas victorias le había dado a Kaijou. Por supuesto, tampoco faltaron los golpes de su capitán.
Al final del entrenamiento, regresó a su casa junto a Kasamatsu-senpai, como siempre hacía, ya que ambos vivían para el mismo lado. Por extraño que fuese, especialmente con alguien tan escandaloso como Kise, el silencio reinó en esos momentos.
-¿Y bien? ¿Vas a decirme que te ocurre, Kise?
El modelo parpadeó
-¿Por qué Kasamatsu-senpai piensa que me ocurre algo?
-No me vengas con eso-frunció el entrecejo- Has estado muy extraño hoy. Si vuelves a estar así de distraído durante los entrenamientos te patearé.
-¡Pero si ya me has pateado todo el día de hoy, senpai!- y en respuesta a ello recibió un pequeña patada en sus piernas, no lo suficientemente agresiva para hacerlo trastabillar, pero si lo suficiente para quejarse un poco- No ocurre nada, sólo estoy un poco cansado.
-Deberías descansar un poco. Te he dicho que no deberías trabajar tanto, aún estás en el instituto y…- pero antes de poder terminar fue interrumpido por el modelo.
-No es eso. No he tenido demasiadas sesiones de fotos en este mes.
-¿Entonces qué es?
El silencio reinó nuevamente, pero pronto fue interrumpido por el mayor.
-No fue sólo en el entrenamiento. Vienes todos los días a la hora del almuerzo a molestar y comer conmigo, hoy ni siquiera apareciste y ahora estás más callado que de costumbre.
-Pensé que comerías con Tachibana-senpai- soltó rápidamente sorprendiéndose por la tonalidad despectiva en que lo había dicho. No planeaba hacerlo así.
-¡¿Ah?! ¿Qué tiene que ver ella? De todas maneras, ¿Por qué pensaste que almorzaría con ella?
-Se te ha declarado ¿no?
-¡¿Ah?! ¿Cómo lo has…- se interrumpió a su mismo, siendo la respuesta a ello muy obvia- ¡Ese Moriyama es un boca floja! Pero no entiendo ¿Por qué estás enfadado?
-No estoy enfadado, senpai- se encoje de hombros intentando restarle importancia al asunto
Pero a Kasamatsu no le había convencido del todo esa respuesta. Sin embargo no pudo ahondar más en el tema debido a que, para la suerte de Kise, ya habían llegado al punto del recorrido donde separaban sus caminos. El pelinegro le dio un último golpe a su kohai y luego se despidió.
-Si mañana sigues actuando así de extraño, te daré más de esos
Kise rió levemente. El mayor hablaba enserio. Tendría varios moretones de seguir así y para la vida de un modelo, aquello no era muy conveniente. Pero no podía ignorar del todo esa sensación que invadía su pecho y que le causaba un gran pesar.
Los siguientes días transcurrieron con naturalidad. Kise había logrado disfrazar toda sensación negativa tras una amplia sonrisa. Nadie notó la mentira tras su escandaloso entusiasmo que simulaba su usual felicidad. Probablemente el hecho de tener la mente ocupada en los exámenes de la escuela y a que nadie, incluso Moriyama quien era el que traía los chismes de los miembros del club, mencionó nada más respecto a la chica que se había declarado al pelinegro, lo ayudaron a mantener su mentira.
Sin embargo, toda mentira tiene patas cortas y la suya terminó cuando a la semana siguiente los resultados de los exámenes llegaron.
-¡Idiota! ¡¿Cómo vas a reprobar historia?!
El modelo recibió un golpe de su capitán a modo de castigo mientras los demás miembros se reunían a su alrededor.
-Será un problema si Kise no puede jugar en los siguientes partidos.- comentó Moriyama llevándose una mano al mentón- Mira que sacar peor nota que Hayakawa es todo un logro.
-¡Debe(s) poner (m)ás en(t)usiamo!
-No quiero escuchar eso de alguien como tú, Hayakawa-senpai Uu
-Pero, aún puede hacer el recuperatorio ¿verdad?- recordó Kobori- Si lo aprueba debería estar bien.
-¡A(s)í es, aú(n) puedes (t)omar el rebo(t)e!
-¡No compares esto con el baloncesto, idiota! –el número 4 de Kaijou miró al rubio con el seño fruncido- ¿y bien? ¿Cómo estás preparándote para eso?
-Bueno…-se rascó la nuca-… la verdad es que no tomé muchos apuntes en clase, así que es difícil prepararse.
Recibió otro golpe por parte del mayor.
-¡¿Qué rayos hacías durante la clase?!
Lo primero que pasó por la mente de Kise ante ese interrogante fue algo que no pudo decir en voz alta. Aunque probablemente si Kasamatsu supiese que la razón de su mala calificación era él y su constantes encuentros con Tachibana-senpai en clase de educación física, la situación sería algo diferente. Eso sí, los golpes de su capitán hacia él seguirían estando.
-Esto no parece llevarnos a ningún lado. Por cierto, Kasamatsu, tú eras bastante bueno en historia de primer año ¿verdad?
Kobori asintió apoyando las palabras de Moriyama.
-Algo así- respondió cruzándose de brazos. Ya se imaginaba a lo que su compañero quería llegar.
-Entonces ¿Por qué no le ayudas?
El capitán chasqueó la lengua con algo de molestia y luego miró al rubio. Suspiró con resignación. Era evidente que no tenía otra opción.
¿Cómo se suponía que se concentraría? Era domingo, el día de descanso del Instituto, pero pese a que acostumbraba a hacer cosas divertidas, ese día fue diferente. Tenía que estudiar para el próximo examen y su capitán se estaba asegurado de que lo hiciese. Había ido hasta su casa para enseñarle con paciencia y a veces no tanta paciencia. Pero, siendo sincero, estando ambos, solos en su habitación, concentrarse en la historia japonesa le resultaba algo difícil.
-Oi! No he venido hasta aquí sólo para que me andes ignorando. Al menos préstame atención
-Lo siento, senpai. Me distraje un poco.
El pelinegro suspiró con resignación. Había escuchado que los modelos podían ser cabezas huecas, pero nunca pensó que realmente fuese así.
-¿Qué es lo último que has escuchado?
-Algo de un cuco
El rubio recibió un fuerte golpe en su cabeza mientras el mayor frunció el seño y comenzó a gritarle.
-¡¿Desde hace cuanto que estás ignorándome?! ¡Se supone que ya íbamos por Sekigahara! ¡¿Sabes que si no apruebas no podrás jugar en los siguientes partidos, verdad?!
-L-lo siento…
En esos momentos la puerta de su habitación fue abierta, dejando ver una figura femenina de cabello rubio, largo y ondulado y ojos avellanas, de apariencia similar a la del modelo, pero con rasgos más adultos.
-Tadaima Ryou-chan~ ¡Ara! Pero si es Kasamatsu-kun~
-Okaeri onee-san
-Buenas tardes Kise-san-Kasamatsu hizo una leve reverencia con su cabeza, mostrándose ligeramente incómodo.
No era la primera vez que veía a la hermana mayor de Kise, pero aún así no podía evitar sentirse algo incómodo con su presencia. Era una mujer demasiado entusiasta y extrovertida, algo que para su timidez innata no era conveniente enfrentar.
-Ya te he dicho que no tienes que ser tan formal. Puedes llamarme por mi nombre- vuelve su mirada a los apuntes de ambos- ¿Están estudiando? Oka-san dijo que reprobaste historia Ryou-chan. Debes esforzarte más.
-Kasamatsu-senpai me está enseñando.
-Ya veo ¡Ah! ¡Pero no le has servido nada! ¿Qué clase de anfitrión eres Ryou-chan?- regañó la mujer- Enseguida les traeré algo de comer y tomar. Perdona al distraído de Ryou-chan, Kasamatsu-kun.
-Está bien, no hace falta que… -antes de poder terminar su frase, la mujer ya había salido de la habitación. Suspiró nuevamente y tomó sus viejos apuntes- Volvamos a Nobunaga.
-Hai
La lección continuó, pero pocos minutos después fueron interrumpidos nuevamente por la hermana mayor de Kise. Al final, ambos decidieron tomarse un pequeño descanso.
Poco después de probar el primer bocado de las galletas que la hermana del rubio había traído, Kasamatsu suspiró. Realmente le estaba costando enseñarle a Kise, era como si jamás hubiese asistido a clase. Después de horas de estar allí, todavía seguían en el período Sengoku.
-Enserio ¿Qué es lo que hacías en clase de historia? Realmente no habías anotado nada, ni siquiera recuerdas lo que se dio en la clase ¿verdad?
Hubo un momento de silencio hasta que el modelo decidió responder a la pregunta.
-Es porque en clase de historia siempre veía a Kasamatsu-senpai hablar con Tachibana-senpai.- respondió con una sinceridad sorprendente.
-¡¿Ah?! ¿Y por qué siempre nos veías?- una idea vino a su mente y finalmente lo comprendió. La razón por la que Kise se estaba comportando tan raro con él últimamente- Kise ¿A ti te gusta Tachibana?
El modelo lo miró incrédulo. ¿Gustarle ella? No, eso definitivamente no era. Lo miró fijamente, el mayor lo miraba con seriedad. Fue, entonces, cuando Kise notó una pequeña miga cerca de la boca ajena. Sonrió con algo de resignación. Si ya había llegado hasta ahí, no estaba bien echarse para atrás ¿verdad? Se acercó a su capitán, invadiendo completamente su espacio personal, y lamió su piel, para quitar aquella molesta miga.
-No me gusta Tachibana-senpai. Me gusta Kasamatsu-senpai.
El silencio y la quietud de ambos cuerpos duró unos pocos minutos. El mayor tardó, pero finalmente reaccionó, empujado a su kohai, a modo de alejarlo de él, con el rostro completamente rojo y el seño fruncido, llevándose una mano a la boca, se levantó de su lugar.
-Q-quedate con mis apuntes
-Senpai… está bien- sonrió de manera algo dolida frente al rechazo mientras el pelinegro salía prácticamente corriendo del lugar.
La puerta de la habitación se abrió nuevamente, mostrándose una vez más la figura de su hermana.
-Ryou-chan ¿Pasó algo? Kasamatsu-kun se fue muy rápido ¿Pelearon?
Pese a que su hermana le hablaba, él no la escuchó. Sólo se maldecía a si mismo por lo que acababa de hacer. ¿Por qué le dijo eso? Eso podría arruinar su amistad y afectar su relación como compañeros de equipo. Tenía que arreglarlo de alguna manera. Se levantó rápidamente del lugar y salió corriendo de su casa, obviando todo lo que su hermana le decía, sólo para alcanzar a quien acababa de irse, pero no tuvo suerte con ello… él ya se había ido lejos.
-¿Oh? ¿Tu no eres Kise-kun?
No pudo reconocer la voz femenina detrás suyo, así que decidió voltear, encontrándose con un rostro familiar. ¿Qué tanta mala suerte podía tener en un día?
Bueno, obviamente no termina aquí. Sigue en el capítulo 2 que ya lo tengo escrito, pero porque soy malvada lo subiré después muajajajaja (?).
Antes que nada, quiero hacer algunas aclaraciones. Para lo que se preguntan que es eso del cuco que menciona Kise y que tiene que ver la historia japonesa con ello, les comento que hay una poesía japonesa que es usada para explicar las distintas personalidades de los tres unificadores de Japon que aparecieron durante el período sengoku. La misma es la siguiente:
Si el cuco no canta, mátalo (Oda Nobunaga)
Si el cuco no canta, convéncelo (Hideyoshi Toyotomi)
Si el cuco no canta, espera (Tokugawa Ieyasu)
La batalla de Sekigahara marca el inicio del período Edo y el fin de la guerra interna en Japón, siendo posterior a la aparición de los unificadores y permitiendo que el último de éstos, Tokugawa Ieyasu, llegar al poder. Por eso Kasamatsu se enoja al ver que Kise sólo lo ha escuchado hasta la aparición de los unificadores cuando él ya iba explicando Sekigahara.
Bueno, después de la mini clase de historia japonesa, me despido de ustedes. Si les ha gustado dejen review, please :)
Matta ne!
