No puedo regresar a casa, no puedo arrepentirme.
Si, extrañare Shinagawa, extrañare a Nabiki y sus locuras, la dulce sonrisa de mi hermana Kasumi, y sobre todo a Tofu. Pero Kasumi y Tofu se casaron y debo marcharme, no es que me hayan echado de casa pero creo que merecen estar a solas disfrutando de su matrimonio y presisamente no cuidando de mí.
Es por eso que me mudare a Nerima con mi padre, y eso es algo bueno, eso creo.
En realidad no podría decir mucho de él, solo que es un gran maestro de las artes marciales, en casa teníamos un Dojo y cuando pequeña él me enseñaba sus técnicas, me entrenaba….
Hasta que mi madre falleció, mi Papa cayó en una profunda depresión lo que imposibilito nuestro cuidado, la hermana de mi mama se hiso cargo de nosotras tres y nos llevó con ella a Shinagawa a vivir con su marido, debo haber tenido unos 6 años cuando nos fuimos con ella y su esposo, lamentablemente ellos fallecieron en un extraño accidente un par de años después.
-Tienes el cabello largo- Él es mi padre Soun Tendo, ha llegado al aeropuerto a buscarme, debe estar tan incómodo, igual que yo, hace años que no nos veíamos.
- eeh sip-
-Te pareces mucho a tu madre. - bajo la vista, no me gusta pensar en mi madre y no quiero que mi papa la recuerde, se lo mal que le hace.
No recuerdo mucho de Nerima, hace más de 10 años que no venía, no recuerdo mi casa, no recuerdo a las personas de allí, no recuerdo nada, OH! Dios esto será más difícil de lo que pensaba.
Hemos llegado a casa, había olvidado lo enorme que era. Una entrada de madera gigante que lleva al cobertizo, un enorme jardín con árboles y plantas por doquier y en el jardín trasero un estanque hermoso con pequeños peces.
-¡Akane!-
-¿Si, papa? ¿Ocurre algo?-
-Nada cariño, solo quiero enseñarte tu habitación.
Subimos al segundo piso, avanzamos por un pasillo donde se hay un cuarto vacío, nada indica que alguien se haya hospedado aquí últimamente, al girar hacia la derecha entramos por otro pasillo donde veo tres puertas, cada puerta tiene un letrero colgado… Eso sí lo recuerdo! Los letreros tienen nuestros nombres! El mío y el de mis hermanas, corro hacia cada una de las entradas.
Kasumi… Nabiki… Akane…. este debe ser mi habitación, abro lentamente la puerta, pues por alguna extraña razón me siento muy nerviosa, como si algo me esperara detrás de esta, debo estar delirando…
La habitación no tiene nada del otro mundo, una cama, un pequeño escritorio a su lado, un armario, todo muy sencillo, me dirijo a la ventana es una vista bastante buena al frente se encuentra un árbol de cerezos hermoso, y abajo está el estanque.
-espero que te guste- dice mi papa llamando mi atención -no sé cuáles son tu gustos ahora pero la vendedora dijo que a las adolescentes les gustaban.- Se muestra nervioso.
Sonrió,- No te preocupes papa, de verdad, está muy lindo mi cuarto-
-Bueno, te dejo para que te pongas cómoda y descanses- dice mientras camina hacia la salida -Akane- gira para verme de frente –Me alegra mucho que este aquí- me abraza y me besa la frente.
He terminado de ordenar mi nuevo cuarto, decido que ya es hora de bajar pues tengo un hambre de muerte, pero por más que busco no encuentro a mi papa, ¿A dónde habrá ido? Y tampoco me atrevo a entrar a la cocina, pues corro el riesgo de quemarla, de verdad, no exagero soy un peligro si de cocinar se trata.
Buscando a mi padre me encuentro con el antiguo Dojo Tendo, digo antiguo porque desde que murió mi madre, papa ha dejado de dar clases, pero lo más extraño es que dentro del Dojo escucho ruidos, lentamente abro los corredores de entrada, estoy preparada para cualquier situación, a pesar de que mi padre dejo de entrenarme soy una mujer muy fuerte y he entrenado todo estos años yo sola, así que en caso de que adentro se encuentre un maldito ladrón se cómo debo actuar y como defenderme.
Tremenda sorpresa fue la que me lleve cuando entre al Dojo a enfrentar al supuesto ladron, pues lo que estaba adentro no es un ladrón exactamente, es un chico muy guapo.
-¿eres Akane? -Me pregunta.
El muchacho tiene unos hermosos ojos azules, cabellos largos amarrados en una coleta, un cuerpo que cualquier chico de su edad desearía, debe tener unos 16 o 17 años, me mira con una sonrisa tímida. Debo haberme quedado callada un buen tiempo pues el chico vuelve a repetirme la misma pregunta.
-¿Tu eres Akane?
-Emmm si… ¿Quién rayos eres tú? Y que haces en el Dojo de mi Padre…
-Eh, Akane te he estado buscando por todas partes- de pronto aparece mi padre mi lado, -Que bueno que ya se conocieron muchachos, Akane, ven, quiero enseñarte a alguien-
Junto al joven desconocido y mi padre nos dirigimos a la salida del Dojo, allí se encontraba un extraño anciano, sujetando un bastón y con una larga barba blanca, me mira y sonríe dulcemente.
-¿Lo recuerdas? Es el abuelo.
-Hola abuelo- saludo cortésmente.
-Que tal Akane, tu padre no ha dejado de hablar de ti desde que lo llamaste, está muy contento de que regresaras.
-Para, abuelo no me pongas en vergüenza frente a mi hija- Dice mi papa lanzándole un golpe en la cabeza, pronto los dos adultos se enfrascan en una inocente pelea, y juego muy común al arecer para ellos dos.
-¿Me recuerdas? Soy Shinosuke, solíamos jugar en el bosque cuando pequeños.
-jajajaajaja, claro ahora lo recuerdo, si mas no me equivoco también andabas con otro niño para todos lados.
-ajajajaj si, él ahora está en la aldea.
- y estos dos- dije mirando a mi padrea y al anciano que todavía jugueteaban como niños pequeños -¿siempre se comportan asi?
-jejejeej, si son como dos nenes, con la edad se ponen peor.
-Y… Algún chico guapo?
-Nabiki!... llegue hace menos de 24 horas, como voy a conocer a alguien tan pronto- inmediatamente se me vino a la mente la imagen de Shinosuke.
-Akane eres una chica muy guapa, deberías aprovechar que eres joven y disfrutar de la vida, ya no vale la pena que sufras, tu sabes a lo que me refiero-
-Claro que lo sé, pero es tan difícil quitarlo de mi cabeza- Siento como las lágrimas se asoman por mis ojos y no puedo evitarlo, todavía duele.
- Ya no te tortures, hay miles de peces en el mar- Asi es mi hermana Nabiki, tan fría, tan calculadora, en la antigua escuela a la que asistíamos la llamaban "la reina de hielo" se aprovechó de cuantos hombres pudo, gano dinero a costa mia, les vendía fotos, o información que ellos consideraban importante.
-Aun no entiendo cómo es que preferiste mudarte con papa que conmigo, debes estar completamente loca, mi casa es grande y tú no serias ni una molestia para nosotros, a Kio le encantaría tenerte acá, eres como la hermana que nunca tuvo.
-Si yo también quiero a mi cuñadito, pero supongo que por ahora quiero tranquilidad-
-Está bien, pero apenas ocurra algo me avisas, salúdame al viejo, tengo que cortar Akane mi jefe viene a cenar y tengo que prepararme.
-Está bien saludos a Kio.
Me acuesto en mi cama mirando hacia el techo, no puedo evitar pensar en Shinosuke, él vive en una aldea dentro del bosque con su abuelo, cuando pequeños solíamos jugar allí con otro chiquillo, los tres éramos inseparables. Una sonrisa de nostalgia aparece en mi rostro. Debo descansar mañana comienza mi primer día de clases.
Hola este es mi primer fic, esta inspirada en una película que se que mas de alguna la habrá visto, pero no será exactamente igual a ella.
Espero ke les haya gustado, al principio es un poco lenta pero ya verán que con el avanzar de los capítulos se tornara mas interesante.
