Era un silencio profundo, en el frondozo bosque de Konoha, lo único que complementaba esa quietud era el viento moviendo suavemente las ramas de los árboles y los movimientos de una jovén, que tenía ese pacífico lugar de preferencia para realizar sus entrenamientos. Esta era una jovén de cabellos largos negros con luminosidad azul, una piel blanca como la nieve y unos ojos cuales lunas en el firmamento. Ella se llamaba Hinata Hyuuga, perteneciente a una de las familias con más influencia en Konoha.

A pesar de tener un prestigioso apellido, Hinata siempre fué criticada por su familia, a causa de no ser tan fuerte como los demás miembros del clan Hyuuga. Es por eso que siempre tuvo que esforsarse más y más, para cumplir con las expectativas que le imponía su padre. Hinata siempre fue subestimada por todos y nunca pudo alejarse de la etiqueta de "Débil" que le otorgaban. Pero ella quería demostrar, que si estaba a la altura de todo y no necesitaba ser despiadada con las demás personas, ni tener una actitud altanera como daba el ejemplo su padre. Siempre se diferenció de su clan, por ser muy dulce y atenta. La timidez era también uno de sus razgos principales, la blanca y tersa piel de sus mejillas, ante cualquier situación incomoda se llenaban de un color rogizo.

Hinata amaba entrenar en solitario en medio del bosque de Konoha, la paz y quietud le encantaban, allí no había nadie que la observara y le reprochara.

En ese mismo bosque, venía escapando malherido a toda prisa, un apuesto muchacho de cabellos negros y unos ojos profundos como el azabache. Iba derramando sangre debido a una herida en su brazo, vestía una camisa blanca sin abotonar, que dejaba al descubierto su trabajado torzo y unos pantalones azul marinos anchos sujetados con una cuerda en lazo. En su espalda cargaba una espada.

Hinata, en medio del entrenamiento de su kekkei genkai (Razgo Sanguineo), el Byakugan, "ojo blanco que todo lo ve" , divisa a un extraño acercandose a ella, decide esconderse detrás de un gran árbol para no ser encontrada y atacada. No sabía que hacer, hasta que escucha como si algo callera entre los árboles y chocara contra la tierra. Una vez más, utiliza sus ojos para ver a una distancia prudente, y visualiza a un jovén con mucha sangre a su alrededor y con sus ropas manchadas y razgadas. Ella no podía negarse a ofrecerle ayuda en tal condición.

Hinata se acerca rápido hacia aquel extraño muchacho, y nota que se encuentra insconciente. Busca entre su bolso de entrenamiento, unas pomadas medicinales y las áplica sobre la hérida para luego vendarlo.

Apoya la cabeza del joven sobre su bolso y le aplica unos paños húmedos sobre la frente, y aguarda junto a él hasta que recupere la consciencia. No podía evitar mirar su rostro, era tan perfecto y detallado, su piel pálida hacían un perfecto constraste con el oscuro color de su cabello. También observo lo trabajado que estaba el torso de ese extraño jovén, parecía sálido de una fantasía. Luego enfoco su atención en los labios del jóven, estaban relajados. Inconscientemente, hinata se iba acercando lentamente ante su dormido amigo, esos labios la llamaban... Hasta que vió que hizo una mueca de dolor, estaba recuperando el conocimiento. Hinata tomó una prudente distancia de él . Lo observaba mientras intentanba levantarse, pero sin éxito. Entonces el dijo - Sal de ahí, ya se que te encuentras tras ese árbol-. Hinata asomó su cabeza y decidió acercarse a él.

-¿Por qué me vendaste?-. dijo el muchacho

-Etto ... so-solo lo hi-hice po-por que te encon-contre mu-muy malherido- contesto muy nerviosa hinata

-Gracias-. dijo de manera muy seca. -¿Cómo te llamas niña?-

-Me-me llamo Hyuuga Hinata - dijo hinata muy apenada.

-Yo soy Uchiha Sasuke, no tienes por que sonrojarte Hyuuga-san-

Solo logró sonrojar más aún a hinata con ese comentario. Hinata lo ayudo a sentarse y apoyarse sobre un árbol allí. Este muchacho llamado Sasuke comenzó a contarle el porqué de su situación actual mientras que Hinata lo escuchaba con mucha atención.

-Y fué así que logré escapar con vida aún de esos mounstros llamados ninjas-.

-Eres mu-muy fuerte Uchiha-san- se atrevió a decirle Hinata

-Pero no lo suficiente, hubiera muerto de no ser por tu ayuda, seguir dependiendo de los demás, me hace más débil-. contestó el jóven con una mirada profunda que dejaba entrever mucha rigidez y tristeza .

Un silencio se instauró entre los dos, solamente compartían miradas profundas, que decían más que las palabras. Hinata podía comprender lo que sentía Sasuke, lo sentía y lo sufría desde el fondo de su alma. Una cierta tensión rondaba en el aire, él, con su mirada tan fuerte y oscura, y ella con esos ojos que solo podían transmitir dulzura y timidez. El Ying y el Yang , en su punto de encuentro.

Continuará ...