Este fic va dedicado a todas esas personas a las que alguna vez han pillado en plena faena. Tranquilas, algún día os podréis vengar XD

Venga, Adri, anímate. Todo tiene solución. Un besazo, guapísimo.

Disclaimer: Todos los personajes de One Piece pertenecen a Eiichiro Oda.

Connecting people

Entraron en el camarote de los chicos besándose con desesperación, sin fijarse donde pisaban y chocando con los muebles que pudiera haber en medio de su recorrido hacía la cama.

Con rapidez se iban desnudando, sin ni siquiera desabrochar botones. Tal era su necesidad por el otro.

Saliva escurriendo por sus mentones, sonrojos que delataban la pasión y la calentura del momento, ojos cerrados intentado disfrutar al máximo el momento.

Vivir en un barco con más personas hacía muy difícil encuentros como este, por eso debían apresurase para no levantar sospechas entre los demás.

Ya desnudos, los dos cayeron encima de la cama, quejándose Zoro del impacto ya que Sanji había caído encima de él.

El rubio besaba, lamía y mordía cada centímetro de piel del otro según iba bajando por el cuerpo de Zoro, mientras este se dejaba hacer dejando escapar gemidos y jadeos que no podía retener en su garganta ni aunque quisiera. Y al escuchar esos sonidos, Sanji sonreía al ver que no era tan "tío duro" como aparentaba.

Y finalmente llegó al tan esperado premio, el cual engulló como si le fuera la vida en ello. Zoro se mordió el labio con fuerza para no soltar el sonoro grito que amenazaba con escapar de su boca, pudiendo alertar así a los demás.

Demasiado placer en un solo instante. Sanji era demasiado bueno utilizando esa lengua.

Aprovechando que Zoro estaba cegado ante todas esas sensaciones que Sanji le transmitía con su boca, el rubio aprovechó para introducirle dos dedos de golpe, haciendo que el espadachín se arqueara, sin poder discernir si era por el placer o por el dolor. O quizá una mezcla de ambos. Los mantuvo ahí lo suficiente para hacerle saber a Zoro que iba a penetrarle en cualquier momento. En seguida los sacó y se posicionó mejor entre sus piernas.

- ¡Sanji, tengo hambre!

Los dos miraron hacía la puerta. Un estático, y sorprendido, Luffy los veía desde el umbral de la puerta. Ninguno de los tres se movió hasta que el capitán soltó una sonora carcajada que hizo que los demás se reunieran entorno al moreno para saber que pasaba, los cuales se quedaron con la boca abierta al ver el espectáculo que se presentaba ante sus ojos.

Abochornados, ninguno podía apartar la mirada de los dos compañeros que se encontraban encima de la cama como su madre los trajo al mundo y en una postura que no permitía un: "Puedo explicarlo." o " No es lo que parece." Y estos, rojos como tomates maduros que no acertaban a hacer ningún movimiento porque se habían quedado en blanco ante tal interrupción. Maldito Luffy y su agujero negro en el estómago.

Finalmente, las neuronas de Sanji y Zoro hicieron contacto en sus cabezas y, levantándose con rapidez de la cama, corrieron hacía la puerta para cerrarla de un portazo mientras por el camino soltaban improperios y maldiciones dirigidas, principalmente, a su capitán.

Los dos suspiraron y se miraron. De lejos aun podían escuchar las carcajadas de Luffy mientras intentaba comentar con sus amigos lo que había visto.

Zoro se tiró en la cama, dándole la espalda a Sanji. El rubio sonrió con malicia.

- Aun quieres continuar, ¿eh?

- Vete a la mierda, cocinero pervertido.- murmuró mientras se tapaba con las sábanas.

Sanji suspiró decepcionado. Con lo cerca que había estado de mojar su churrito en ese trasero tan bien moldeado...

^C'EST FINI^

Notas finales: Bien, pues todo esto viene de cuando le dije a mi amiga que estaría bien que el hermano de su rollo ocasional los pillara en pleno momento erótico festivo. A ella no le hizo gracia, por supuesto, pero me dijo que podía hacer un fic sobre el tema. Y aquí está. Espero que os haya gustado. Nos leemos. ^_^