Holangas, people~

Como siempre, aquí está Taylor con un premio tardío :DDD

Este es para Kurayami Sora, tercer lugar en el reto Cuando uno más uno no hacen dos.

Dude, espero que lo disfrutes :DD


Tamborilea los dedos, constantemente. Ya no puede esperar más, la necesita. Quiere volver a intoxicarse en ella. Duele, y sufre y llora y grita y suplica por más. Porque ella era lo único que necesitaba.

Está acostado en su cama, en su apartamento. Sus ojos, completamente abiertos, ya están rojos del tiempo que llevan abiertos. Él no duerme, hace días que no lo hace. En su cama, arropado, está sudando; muere de calor a pesar de la baja temperatura. Se retuerce constantemente y respira rápidamente por la boca tratando de dormir.

No quiere estar en abstinencia de ella, la quiere ahora. Quiere sentirla sobre él, en su cuello. Robándole un poco más de alma, como en cada visita, y dejándolo cada vez más vacío y solo. Él nunca hace nada, solo se queda quieto mientras ella toma todo lo que quiere o necesita. Mientras que con cada caricia fugaz le arranca más el corazón.

Ella era la peor droga, la más dolorosa, destructiva y placentera. Él ya no tiene vida por culpa de ella. Pasa todo el día dentro de su casa, esperando impacientemente el momento en que ella vuelva, una visita corta de quince, tal vez veinte minutos, pero que se pasaban como si fueran milésimas de segundo.

Él no recuerda la primera vez que la vio. No sabe decir si fue hace un mes o un año, ni tampoco recuerda como fue muy bien el primer encuentro. Solo sabe que desde ese día, ya no dejó de pensar en ella. Al principio fue algo muy sutil, ella actuaba amigable. Un día, repentinamente, lo besó. Luego, lo besaba todo el tiempo.

Había algo raro en sus besos, pero no sabía qué era. Él solo lo disfrutaba. A veces estaba solo en su casa, ella aparecía y al día siguiente despertaba en otro lugar. Ahí se dio cuenta de que algo malo estaba pasando. Y habló con ella, le dijo que quería dejar todo.

Ella se rio en su cara. Pero que tardaría en volver si él la llamaba de nuevo. Él solo frunció el ceño; que ego más grande tiene, pensó.

La primera semana fue genial, podía hacer lo que quisiera sin que ella lo presionara. La segunda semana se sintió muy cansado. La tercera, aunque suene raro, no logra recordarla. Es como si todo fuera negro.

Pero un día, en la cuarta semana, despertó y la llamó. A gritos, por todo el apartamento. Ella no respondía, su castigo.

A todas horas la esperaba, siempre susurraba su nombre, pero nunca recibía respuesta. Le comenzaron a dar ataques de pánico. Su vida se desmoronaba, ya no sabía qué hacer.

Y ella no respondía.

Ya no podía ni quería vivir con esa aflicción en su pecho.

No lo hagas, no es el momento.

A sus pies se tiró en cuanto la vio. Le pidió perdón, le dio la razón, le pidió que nunca lo dejara solo. Que solo quería intoxicarse en ella, que le arrancara el corazón si hacía falta.

Y entonces ella lo miró a los ojos, los ojos marrones de él con los rojos de ella.

―Era hora, Black ―le sonrió, mostrando sus colmillos blancos.

Y los clavó en su cuello, saciándose ella y dándole una sensación de dolor, placer y alegría a él.

―Gracias… Presidenta.


Espero que lo hayan disfrutado y me lo digan con un review :3

Chaito~


A favor de reviews sin discriminar; si me decís qué está mal, lo puedo arreglar.