Era ya casi la una de la mañana, la luna se apreciaba enorme desde aquella ventana del hotel, sin embargo, a pesar de estar hermosa, había algo más que llamaba la atención del youkai en ese momento, era la suave piel azulada de los muslos de el monje, la blanca piel bañada con la luz de la luna apenas cubierta en la parte de arriba con la túnica que solía llevar y que era lo único que llevaba puesto en ese momento.
Sanzo estaba recostado en la cama boca arriba, aunque mantenía su rostro fuera del alcance de los ojos de su acompañante, no quería mostrarse sonrojado o excitado… aunque la parte de abajo de su cuerpo dejaba clara esta última sensación.
El Youkai seguía embebido por el color de la piel del monje, le acariciaba suavemente la entrepierna… y pensó que tal vez Sanzo podría ser virgen.
Finalmente acercó su boca y besó el muslo derecho, el rubio cerró un poco las manos apretando la sábana entre sus dedos, era una sensación que su cuerpo aceptaba con mucho placer. La lengua del Youkai acarició el muslo mientras sus manos se ocupaban de su miembro, de mantenerlo "entretenido".
Cuando la lengua del youkai llegó junto a su mano, a la altura del miembro de Sanzo, éste abrió más las piernas y lanzo un gemido aún más audible que los anteriores. Con una de sus manos agarró el cabello de su compañero y le levantó la cabeza, ambos se miraron unos segundos a los ojos de manera intensa, Sanzo le suplicaba con la mirada que continuara, él le hizo caso.
Le tomó de la cadera con sus manos y lo levantó, lo que hizo que Sanzo cayera de nuevo hacia atrás, estaba sudando mucho y temblaba, aunque no era la primera vez que tendría esa experiencia sí era el primer youkai que entraría en él. Pero eso no importaba, en esos momentos las clases o razas eran lo de menos, solo quería ser penetrado.
En un segundo sintió cómo entraba en él. Estaba caliente y en un primer instante dolió, no era algo a lo que estuviera acostumbrado, aunque realmente hubiera deseado que el Youkai fuese un poco más gentil… ambos estaban en un frenesí que casi rayaba en la locura del placer, el poderoso miembro entraba y salía con furia, Sanzo seguía recostado en la cama, aferrándose de nuevo a la sábana mientras sus caderas eran presas por las poderosas manos… nunca se había fijado que esas manos fueran tan grandes, el simple hecho de sentirse agarrado era placentero, cualquier parte de su cuerpo que fuese tocada sentía placer…
Unos segundos antes de que Sanzo se corriera, el Youkai terminó dentro de él, todos sus sentimientos dieron un vuelco, poco después su seme estaba dormido a su lado, dándole la espalda, él le miraba, la luna los cubría a los dos en ese momento, parecían tan iguales… pero Sanzo no pudo evitar que esa lágrima al final se resbalara por su mejilla… esa lágrima que trató de contener por tanto tiempo.
Si, fue una noche, pero para él estuvo bien… hacía tanto que no se sentía así… al menos la mitad…
Porque ahora estaba seguro que eso fue solo sexo, y el placer estuvo bien… aunque por dentro se sentía vacío.
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"Hey… porqué estás despierto tan tarde" – preguntó Sanzo mientras leía el periódico en el vestíbulo del hotel.
"Solo vine por un vaso de agua"
"¿Te parece bien si… hacemos algo interesante esta noche?"
"Tu proponlo y yo lo haré realidad"
"vamos entonces, solo será un juego"
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"apaga la luz"...
..."o me verás llorar"
