Disclaimer: Los personajes son de S.M, la historia es mía, y cualquier parecido con otra es mera coincidencia. Esta historia está registrada en SaveCreative, absténganse de plagios.
Summary: -¿Qué quieres, Cullen? -Saber -contestó como si fuese obvio. -¿Saber qué? -le seguí el juego al final. -Cómo es que Nerdbella Swan tiene tanto genio y no lo había presenciado hasta ahora. /Porque si algo no era Bella Swan, era ser una niña buena./ AU TH
Introducción.
-Pretend to be. Linkin Park-
oOo
Is it something I can do, to make myself finally say this, NO, You take it next to far, exposing who you are, Forgot to say you're not the one that so pretend to be...
Paré la canción y saqué los auriculares de mis orejas cuando el timbre sonó. Había sido mala idea encenderlo, aunque había conseguido sacarme del aburrimiento, la letra sólo me había deprimido.
Bajé del monovolumen y mantuve la cabeza gacha mientras me metía entre el montón de adolescentes que se dirigían a la entrada del instituto. Como siempre, permaneciendo invisible. Por algo era Nerdbella, ¿no?
Algún capullo del equipo de fútbol chocó contra mí, y sin tan siquiera disculparse siguió su camino. Por supuesto, sumando mi falta de coordinación y la fuerza del impacto, el resultado era el de mi culo besando el suelo. Bonita forma de empezar el día, pensé con sarcasmo. Me levanté, cogí mis cosas y con la poca dignidad que me quedaba seguí mi camino. En mi cabeza, asesinando a quienquiera con el que hubiese chocado.
Huh. Era una cosa extraña el que yo, Bella 'Imparable' Swan no le hubiese dejado un ojo morado al estúpido del equipo de fútbol, y también el que llevase ropa que cubría cada parte posible de mi cuerpo, llevase lentes y pasase desapercibida, algunas veces incluso siendo objeto de burlas.
Se preguntaran: ¿Por qué? La respuesta era simple, dos palabras. No Universidad. Hola Libertad. Ajá, son cuatro palabras, pero van ligadas unas a otras, y las matemáticas nunca fueron mi fuerte.
Estúpido trato. Ese era el primer pensamiento que tenía por la mañana, y el último al acostarme. Cuando llegué a Forks hace casi dos años, le prometí a Charlie, mi padre, que sería una niña buena, que no daría problemas, sacaría sobresalientes, etc, etc. Por ahora iba bien, y sólo quedaban dos semanas fingiendo ser algo que no era, para al fin alcanzar mi ansiada libertad.
Porque si algo no era Bella Swan, era ser una niña buena.
