"Eres tú"


Summary: Si te dijera que las almas gemelas existen, ¿Me creerías? Seres humanos que forman un corazón completo, eso son Mikaela y Yuuichiro. Muchos lo consideraban una bendición, otros todo lo contrario, ¿tú que piensas de ello?

Advertencias: OoC, lemmon en algunos capítulos, angst y algo de drama, y quizá, solo quizá mpreg. Aun no lo decido, los que lo harán serán ustedes.

Pairing: Mikaela x Yuuichiro

Notas Principales:

¡hola!

Este es mi primer intento de un fanfic en este fandom o- lo hice porque una amiga que es la única que tengo para hablar de cosas gaysh—, me dijo que cuando tuviéramos una OTP en común, le regalara un escrito. Pensé que ese día nunca llegaría hasta que Mika y Yuu hicieron su aparición LOL.

El Mpreg lo puse porque mi amiga es super fan de ello lol, pero no a todas las personas les gusta, así que simplemente lo dejaré a su criterio :3

Pues esta idea surgió viendo The Originals, Scream Audrey bebé yo te amaba, por qué tuviste que ser tú la asesina(¿) y de un escritillo que me encontré en internet, serán alrededor de 15 capítulos :'D

Sin más que nada, espero que les guste.

.

.


Capítulo Uno—

¿Puedes verme? ¿Puedes escucharme?

Mika, acaso no me amas, acaso no oyes el desenfrenado palpitar de mi corazón, tu eres el único causante de todo.

Desde la antigüedad miles de mitos y leyendas han surgido para explicar el origen de lo que los humanos más ansían conseguir en su vida, la pareja predilecta, actualmente lo que se le considera como una alma gemela.

En Grecia se decía que los Dioses por envidia habían partido a cada ser humano en dos mitades, obligándolos a buscarse unos a otros con el fin de conseguir la felicidad perdida. En Japón no era diferente, la bien conocida leyenda del hilo rojo que hacía fantasear a las jovencitas, haciéndoles creer que no importase lo lejos que estuviesen o las cosas que pasasen, el amor verdadero siempre iba a estar conectado de una forma u otra.

En la actualidad era casi lo mismo, después de tantos estudios realizados, los científicos habían comprobado algo, las almas gemelas existían.

Aunque dicho asunto no era tan fácil de tratar como a todos les hicieron creer, las personas destinadas a encontrar a su alma gemela en un mismo universo paralelo, tenían que seguir ciertas reglas si querían consumar su felicidad sin que ninguno de los dos terminase lastimado.

Pero… ¿cómo reconocer a tu alma gemela de toda la gente común que transitaba por el mundo?

Los expertos también listaron una serie de síntomas para que la gente pudiese identificar a sus almas gemelas, antes de que algo terrible ocurriese…

.

.

.


Síntoma #1: A lo largo de la vida no podrás ver un solo color de todos los que hay en el mundo. Cuando te mires al espejo no verás el color real de tus ojos, si no el que posee tu pareja destinada.

168 días fueron los que transcurrieron desde el nacimiento de Mikaela, hasta el nacimiento de Yuuichiro.

Desde el principio sus padres sabían que ambos estaban destinados a amarse, y ellos no podían dejar que la vida les jugase sucio, no iban a permitir que sus hijos conociesen el dolor de amar a su alma gemela.

Porque tanto Mikaela como Yuuichiro eran hijos de corazones completos, de almas gemelas que se habían conocido vagando en el no tan amplio mundo exterior.

Ellos habían experimentado el dolor de necesitar a alguien a punto de querer dar la vida por él, de cometer locuras en nombre de un amor que quizá no valía la pena. No, no querían eso para sus primogénitos, así que la única solución que se les ocurrió en ese momento, era separarlos.

Los padres de Mikaela regresaron a Rusia de donde el señor Shindo era originario, mientras que los padres de Yuuichiro permanecieron en Japón. Rompieron esa amistad de años y con una breve despedida rogaron a todo lo divino que en un futuro no se volvieran a encontrar.

Mikaela, si algún día encuentras a tu alma gemela, no lo dudes y apártale de ti—.

Yuuichiro, promete que si llegas a encontrar al tu alma gemela, lo alejaras, no importa cuánto duela. No caigas en ese abismo de amor, donde no hay salida alguna—.

Así que los padres de esos dos niños los separaron sin que les permitieran conocerse. Quizá el encontrarse con tu par destinado traía consigo miles de problemas, sin embargo, lo que sus progenitores se olvidaron de explicarles era que… los besos con tu alma gemela era similar a sentir las olas del océano rompiéndose en tu piel, que los momentos vividos junto a él eran pequeños tesoros demasiado valiosos como para compartirlos. El anhelar a una persona hasta el punto de doler era un sentimiento terrible, pero que aquella persona te correspondiese con la misma intensidad con que le amabas, valía cada rasguño alojado en el corazón.

.

.

.

.

.

Manos pálidas, cabello rubio, ojos sin color.

Yuuichiro se preguntaba por qué no podía distinguir el color azul en su vida cotidiana.

El mar, el cielo, algunas prendas de ropa de ese color, todo lo que veía era un profundo gris. Cuando era pequeño le asustaba ese pequeño detalle con sus ojos, cientos de oftalmólogos lo vieron jurando que sus ojos estaban perfectamente, que no había nada de que preocuparse. Todos eran unos mentirosos, el color azul estaba ahí cuando se miraba al espejo, sus ojos eran azul cristalino, pero… ¿Por qué no podía verlo en las demás cosas?

Había escuchado las leyendas y las notas importantes que pasaban en las noticias, y pese a su carácter olvidadizo y distraído, llegó a una conclusión bastante acertada. Era de los pocos afortunados —si es que se pudiese decir así — en haber nacido con la posibilidad de encontrar a su alma gemela.

¿De qué color son mis ojos? —.

Le preguntaba a sus padres, a sus amigos, a todo aquel desconocido que se llegase a topar por las calles.

Verdes—.

Todos siempre le daban esa misma respuesta.

Entonces, ¿Por qué el espejo le mostraba otra cosa? Seguramente el muy sin vergüenza de su otra mitad tenía ese color de ojos, y maldijo por lo bajo hasta quedarse dormido.

.

—Amane Yuuichiro, ¿podría repetir lo que acabo de decir, por favor? —.

Acechado como cuando el gato acorrala al ratón, así se sintió en esos instantes, sobre todo por las persistentes miradas de sus compañeros, entre las cuales destacaba la fría mirada del nuevo alumno de intercambio.

Mikaela Shindo, un estudiante de Biotecnología que se había transferido para estudiar en Japón su último año. Yuuichiro se preguntaba por qué el rubio lo miraba como si quisiera asesinarlo, en el mes que llevaba conociéndole ni siquiera le había dirigido la palabra como para que lo mirase de esa forma.

Frunció el ceño y elevó sus labios como si quisiera tocarse la nariz.

—Yuuichiro, tu harás equipo con Mikaela—.

¿Qué? Cuando había dicho el profesor algo acerca de hacer equipos, y por qué casualmente lo pusieron con su verdugo personal, aquel rubio extraño. En esos momentos deseaba que nadie lo viese para así poder estrellar con gusto su cabeza en el pizarrón.

—Trabajaran en un proyecto hasta el final del semestre, así que procuren entregar cosas que valgan la pena.

Después de que el profesor terminara la clase y que tocaran la campana para dar el cambio de materia, Yuuichiro volteó a ver a Mikaela, el tipo solo permanecía sentado sin ninguna emoción en su níveo rostro. Si no fuera porque el extranjero tenía unas calificaciones que provocaban envidia en cualquiera, el de ojos verdes aseguraría que el rubio no tenía ninguna intención de trabajar con él.

El viento entró por las ventanas meciendo ese ridículo cabello medio rizado de Mikaela, ese por el cual todas las chicas suspiraban cuando lo veían pasar. Yuuichiro tomó su mochila dispuesto a hablarle al dichoso extranjero para ponerse de acuerdo con el trabajo.

—No planeo hacer amistad contigo —. Exclamó a penas Yuuichiro había dado unos pasos hacía él.

Quizá el rubio lo había mirado antes y notó la mirada de expectación de Amane, el susodicho solo asintió y bajó la mirada un poco apenado.

—He escrito una serie de cosas que quiero que hagas, me he tomado la libertad de elegir el proyecto. Toma—. Le entregó una hoja de cuaderno con bastantes letras en ellas.

Por primera vez aquel chico le había dirigido la palabra, su voz era una dulce caricia que se colaba por sus oídos. Yuuichiro se estremeció al oírle y solo quiso congelar ese instante y seguir oyendo la voz de Mikaela durante el resto del día.

—Te veré el viernes para checar los avances—.

Sus ojos se conectaron por breves segundos, chispas de electricidad recorrieron la espalda de Yuuichiro, los ojos de Mikaela eran azules.

.

.

.

.

.

Todo lo que quedó del día, Yuuichiro se la pasó repasando mentalmente el por qué había podido ver el invisible color azul en los ojos de aquel rubio, ese incidente no era algo normal para él, algo estaba cambiando y ese cambio le asustaba en cierta forma.

Quizá la posibilidad de que su alma gemela hubiese aparecido y que estuviera cerca de él, era una probabilidad lo bastante grande como para empezar a tomar medidas adicionales.

Yuuichiro, no te enamores, te lo ruego—.

Eso le había dicho su madre la noche antes de abandonarle, su padre había muerto en un repentino accidente y su madre simplemente no pudo soportarlo, decía que cada acción por parte de él le recordaba a su progenitor y eso rompía en pedazos el alma de su madre.

Lo habían dejado a cargo a cargo del idiota de Guren y de Shinya, otra pareja de almas gemelas, que para la sorpresa de Yuuichiro parecían congeniar perfectamente, no como la relación muerta que tenían sus padres.

El saber que lo habían abandonado a causa de un amor no bien establecido le hacían perder todos los estribos, él no quería encontrar a su alma gemela y acabar de esa manera, no quería sufrir, no por alguien que quizá no valiese la pena.

.

.

.

.

.

El viernes como habían acordado se iba a encontrar con Mikaela. Había estudiado un montón y leído cientos de artículos, porque por primera vez en la vida, quería hacer algo bien. No era un secreto que lo suyo no era para nada el estudio, ciertamente a veces se preguntaba cómo había llegado a sexto semestre de la Universidad, pero bueno, ese ya era otro tema.

El día lucia nublado, normalmente todos los días lucían así, y no porque estuviese deprimido o alguna cosa de esas, sino porque no podía distinguir el jodido color azul. ¿Por qué su alma gemela no podía tener otro color de ojos? Otro color que se usara en minoría como el gris o el negro, pero de nada le servía quejarse, al final siempre tenía una suerte peor que la de un cachorro abandonado.

Al caminar no había nada interesante, ni nada que mirar, salvo la interesante manera en que estaba sentado Mikaela, era demasiado seductor que lastimaba la vista. Yuuichiro casi se le lanza encima, aunque dos motivos que le martillaron la cabeza se lo impidieron. El primero era que el rubio lo repudiaba, podía ver las ranuras en su espalda a causa de la fiera mirada de Mikaela, y el segundo motivo, en realidad no existía, con el primero le bastaba a Yuu para quererse mantener alejado del rubio por lo menos unos dos kilómetros.

—Siéntate—.

¡Oh, carajo! Pero la tentación de lanzársele a los brazos era algo innegable, qué era lo que tenía Mikaela Shindo que lo hacía diferente de todos los demás idiotas que había tenido la desgracia de conocer.

Modales, quizá, y también unos preciosos ojos azules.

Por primera vez desde que tenía conciencia, Yuuichiro volteó a ver al cielo con la esperanza de encontrar algo diferente. No había nubes, ni indicio de que hoy llovería, sólo un claro azul que resplandecía con el calor del sol.

Yuuichiro fijó su mirada en los ojos de Mikaela, azul era lo único que reflejaban también. Ese azul cielo que jugaba a hacerle competencia a esa mullida capa de espesos mechones rubios, tan dorados como la arena del mar.

Tal vez solo estaba soñando despierto o quizá era una alucinación causada por sus más recientes desvelos, pero en su corazón tenía la sensación de haber conocido antes a Mikaela.

Yuuichiro se quedó contemplando el azul del cielo por algunos minutos sin decir palabra alguna, alma gemela, él quizá ya había encontrado a la suya.

.

.


Notas finales:

¿Qué les pareció? Es un poco corto, ¿nop?

Tengo una severa manía de iniciar e iniciar fanfics XDDDD Pero no sé preocupen todos los actualizaré a su debido tiempo :'D

Espero que les haya gustado, Besos y abrazos.

Nos leemos en la próxima actualización.