Antes de que la Luz y la Oscuridad existieran.

Antes de que el Bien y el Mal pudieran diferenciarse.

Antes de que el Principio y el Fin se estableciera.

Antes de que Todo y Nada se pensara.

Antes de que los Dioses consideraran el Orden natural de las cosas;

Existía Caos.

Caos era la Naturaleza,

Caos era la Ley,

Caos era la Verdad,

Caos era el Poder Absoluto.

Cuando Caos pensó en el Orden,

el Poder Absoluto no podía comprenderse,

¿Cómo podía existir un Poder Absoluto cuando no había un Todo que lo sintiese?

¿Cómo podía existir una Verdad cuando no había una Mentira que lo enfrentara?

¿Cómo podía existir el mismo Caos cuando no había un Orden que destruir?

Y fue así como Caos comprendió un Fin y creó el Principio, dividiendo todo el conocimiento de la Nada y del Todo

Por todo el Universo.

Prólogo.

"Pokémon, criaturas misteriosas que habitan este mundo. Criaturas que habitan en un mundo lleno de recursos y lleno de misterios. Los Pokémon han aprendido a convivir con los humanos que habitan el planeta, algunas veces aceptan ser sus mascotas, otras veces prefieren vivir en libertad. Los humanos de este mundo los utilizan, también para las batallas, surgiendo así el concepto del Entrenador Pokémon, la élite de este sistema. Pero de ésta elite surge un individuo al que se le llama Maestro Pokémon, el único que tiene la capacidad de vencer a cualquier retados, y el único digno de ser el campeón de todo"

-¿Y entre estos entrenadores existe algún individuo capaz de oponerse a nuestro plan?- Toda la habitación estaba en casi la oscuridad, sino fuera por una enorme pantalla verde que describía el concepto de Pokémon.

-"Aunque existen individuos capaces de mostrar una formidable resistencia…"- La computadora despliega una cantidad de fotos de aquellos "entrenadores pokémon" que eran considerados los mejores del mundo, algunos era líderes de gimnasio y otros eran entrenadores experimentados. –"Ninguno de ellos tiene la capacidad como para oponerse a su plan"- debajo de las computadoras se podían ver unas sombras moviéndose de un lado a otro, eran los que asimilaban los datos de que la computadora mostrada.

-Si sus datos son correctos...- De todas las sombras que podían apreciarse, había una que parecía estar sentado en un trono, no se podía distinguir los rasgos físicos de este individuo, su voz parecía ser distorsionada cada vez que hablaba. –Entonces no tendremos problema alguno para encontrarla fácilmente, ¿no es así?-

Debajo de él había otras 8 sombras que parecían estar hincadas frente a él, no se podía distinguir bien quienes eran, pero por las siluetas parecían ser la mayoría del género masculino. Una de las sombras se levanta y hace una referencia. –Mi señor, como soy la nueva adquisición de su ejército, solicito su permiso para ir a ese lugar.- La sombra que se levantaba podía percibirse como una mujer adolescente, pero no se podía ver ninguna característica física, salvo por unos ojos con pupilas amarillas. –Entiendo que en mi primera misión de reconocimiento fracasé en no encontrarla, pero solicito una nueva oportunidad para buscarla.-

La sombra superior no contesta, sólo se podía escuchar el gemido de estar meditando en el asunto. Las demás sombras parecían estar atentas a lo que este individuo podría decir; por alguna razón se percibía una sensación de miedo más que de respeto. La sombra se levanta del trono y baja por unas escaleras, que se encontraban detrás de la silla, no se podía percibir ni su estatura ni su complexión física, solo podía verse la silueta de una capa. La silueta caminaba a lo que parecía ser una puerta, pues un punto rojo tintineaba en el techo, cada vez más fuerte cuando este se acercaba. – ¿Los cálculos que me dieron son correctos?-

Una de las sombras que estaban cerca de la pantalla gigante, responde. –Sí, mi señor. Nuestros cálculos son más que precisos.-

-Soy tolerante a los fracasos.- Este gira su mirada hacia las sombras. Lo único que podía ver la sombra de los ojos amarillos era las pupilas negras de lo que parecía ser el líder de todo ese grupo. –Tolero dos fallas, y tú ya las has cometido.- La puerta se abre, la luz enceguecedora vuelve a ocultar la presencia de este individuo, solo podía distinguirse una enorme capa, además iba acompañado por una criatura de mediano tamaño. –Si fallas, no te sorprendas por el castigo que te esperará, ¿entiendes?-

-Sí, mi señor.- sólo respondía con una reverencia.

-Tómate tu tiempo.- este individuo sale de la habitación dejando a todas las sombras estáticas, no se podía describir bien todo lo que ocurría salvo algo, una sensación de miedo y temor; salvo las 8 sombras que estaban hincadas hace unos segundos, quienes se levantaron para hacer una reverencia, todos los demás temblaban de miedo cada vez que su líder hablaba. –Al final, el tiempo es sólo un instrumento para calcular la vida del Caos.- la puerta se cierra, lo único que se mostraba del otro lado de esa habitación era la sonrisa de emoción de este individuo. – Cosa que no importa, Caos siempre existirá.-