Disclaimer: Harry Potter y todos sus personajes no me pertenecen sino a JK Rowling. La trama de la historia está basada en el manga "Kami Nomi Zo Shiru Sekai" de Tamiki Wakaki —el master troll hijo de la Hyuna— derechos reservados.
Summary real:
Arco uno: "Conquistas".
Daphne Greengrass es conocida en la internet como «El Dios de las conquistas» o «Dios caído», irónicamente en su escuela es llamada «La friki de lentes», un sobrenombre despectivo debido a su amor por los videojuegos y por el hecho de usar lentes. Aun así ella les ignora todo el tiempo y se concentra solo en sus juegos. Un día, ella recibe un mensaje a su PFP retándola a conquistar chicas y ella creyendo que es solo un juego más acepta. Su vida cambia a partir de este momento ya que sin querer ha firmado un contrato con el infierno y ahora tendrá que conquistar chicas… ¡reales! Eso, si no quiere perder la cabeza.
Notas:
PFP: Parodia del PSP de Sony.
A veces la narración estará en cursiva, puede ser porque esta narrando algo de los juegos de Daphne o porque es un e-mail.
Capitulo uno.
El mundo se mueve gracias al amor.
Parte I.
Incluso al ver las flores de cerezo revolotear con el viento frente a la entrada de la escuela era nostálgico. Caminar lentamente por los pasillos y sin querer terminar detrás de aquella chica que tanto te gustaba.
Hatori Yuu era el nombre de la chica.
—Así que ella es mi próximo objetivo… —susurro por lo bajo la rubia de lentes.
— ¿Cuál es tu problema?
Pregunta ella algo fastidiada, aferrándose a su libro de texto junto al pecho.
—Resistirse es inútil— dijo por lo bajo la chica rubia con una gran sonrisa.
El sol se posaba en lo alto, era un agradable día de verano y el ir junto a ella a la playa era lo mejor. Su resplandeciente sonrisa te animaba, su risa de felicidad simplemente te llenaba.
— ¡Eres tan estúpido!
Te grita ella tiempo después, cuando ambos van de compras al centro. Si, tal vez has actuado un poco idiota.
El atardecer ahora golpea en el cielo, el chirrido del columpio al balancearse llena el vacio que entre ambos se ha posado. La chica se detiene a los pocos minutos, te mira con tristeza y esperanza.
— ¿Cómo sabias que estaba aquí?
—El destino me trajo hasta aquí.
Ha pasado un tiempo desde aquel día en el parque, la nieve ahora cae sobre ustedes y la sombrilla roja que posa la chica cubre su rostro sonrojado. Su voz tartamudea ante la pena.
—C-creo que me… he enamorado…
Por fin ten mira, su rostro demasiado rojo y la intensidad de su mirada que te contempla.
— ¡De ti!
La chica rubia alza su mano y luego la pasa por su rubio cabello, una sonrisa de satisfacción en su rostro mientras suelta una muy leve risa de aprobación ante las palabras de la chica. A los pocos minutos posa su mano sobre su frente mientras mira fijamente a la chica de la pantalla de su PFP, entrecerrando sus ojos suelta un suspiro de satisfacción ante ese hecho.
—Esto hace un total de mil heroínas conquistadas —murmura por lo bajo llena de satisfacción— ningún simulador de citas puede contra mí. Mi poder es tal que inclusive me tiembla la espalda.
Claro que, Daphne podría haber festejado su victoria contra los juegos de citas si ella hubiera estado en la comodidad de su habitación, en su casa. No en la escuela, en plena clase y con la maestra que al parecer te odia más que el resto.
— ¿Disfrutando tu videojuego, Greengrass? —pregunto la profesora Delacour, apretando el libro de literatura entre sus manos y mirando fijamente a la chica rubia mientras se mantenía de pie junto al asiento de ella.
Las risas de algunas de sus compañeras de clases se escucharon de fondo, otras cuantas la ignoraban o miraban con fastidio por haber interrumpido la clase. Por ejemplo, Fay Dunbar simplemente se moría de aburrimiento en la clase y golpeteaba su lápiz a cada momento contra la libreta que apenas y tenía apuntes sobre la clase.
—Daphne Greengrass.
Repitió con molestia la profesora francesa al ver que su alumna la ignoraba. Daphne, al escuchar su nombre miro a la profesora algo confundida y sin mucho interés.
— ¿Qué puede ser más divertido que mi clase? —pregunto la profesora con una sonrisa maliciosa que invitaba a disculparte rápidamente.
Daphne, al ver que solamente era la queja de la profesora se reacomodo los lentes antes de contestar.
—Intente comparar sus lecciones con los juegos que conozco —comenzó a decir sin mirar a la profesora— hay cinco mil doce juegos que son más divertidos que sus clases, quince juegos igual de divertidos y solo un juego más aburrido que sus clases.
Para sorpresa de todos los que escucharon lo que Daphne había dicho, la profesora no lo reprendió. Simplemente sonrió mientras entre cerraba los ojos y murmuro por lo bajo.
—Oh, y, ¿Cuál es ese juego?
Pero Daphne ya no le prestaba atención, ella volvía a estar inmersa en su PFP sin importarle que Delacour le hablara.
—Espere por favor, déjeme llegar al punto de guardado…
Claro, ustedes que leen de seguro no esperan que la profesora Fleur Delacour, con suu linda personalidad perdone todo lo que le dice su alumna.
¿Verdad?
El nombre de esta chica que ahora caminaba por los pasillos con un gran chichón en la cabeza mientras seguía jugando con su PFP es Daphne Greengrass, nació un seis de junio a las once y veintinueve con treinta y cinco segundos. Hoy en día tiene diecisiete años de edad.
—"No estoy molestando a nadie mientras juego videojuegos" —eran los pensamientos de la chica mientras caminaba en dirección a las escaleras que la llevarían a la azotea de la escuela— "Entonces, ¿Por qué me ha pegado?"
Daphne mide un metro y setenta y cuatro centímetros, pesa cuarenta y cuatro kilos, saca buenas notas en todas sus clases, especialmente historia, inglés, matemáticas, ciencias sociales y arte. Las cosas que le gustan son las más obvias para una chica de su edad, le gustan los chicos y las chicas. Pero…
— ¡Friki de lentes!
Escucho una voz de una chica que corría hacia ella, se paró en seco al momento miro hacia atrás y vio a una chica que corría hacia ella demasiado rápido la vio caer una vez y volver a levantarse. Corría incluso más rápido ahora después de haber caído. Pero iba tan rápido que cuando llego a donde Daphne no pudo parar a tiempo y término chocando con la chica rubia de lentes.
—Lo siento, lo siento —dijo la chica pelirroja que había chocado con Daphne desde el suelo, le dedicaba una sonrisa mientras reía por lo bajo ante su descuido— creo que he corrido demasiado rápido y no pude usar mis frenos.
Esta chica es Ginevra Molly Weasley, llamada por muchas chicas simplemente como «Ginny». Está en la clase B de segundo año, lo misma que Daphne.
Ahora, recordando que Daphne dijo que le gustaban también las chicas… aunque ella te diga eso solamente le gustan las chicas de los videojuegos.
—Oye, friki de lentes —la voz de Weasley la saco de sus pensamientos— ¿Podrías limpiar la azotea? Te tocaba hacerlo conmigo ¿verdad?
Ginny le sonreía de manera sínica, como si Daphne fuese una pequeña niñata a la que había que explicarle que era lo importante de la vida.
—claro que, a diferencia de ti, yo estoy algo ocupada…
Daphne se giró por un momento mientras trataba de recuperar la compostura pensando que Ginny debería de tener muchas agallas para decir que ella no era alguien "ocupada".
—Estoy muy ocupada con el club de deportes, ¿vez? —seguía Ginny sin prestarle atención a Daphne, la cual pensaba que esta chica pelirroja se burlaba de ella al mismo tiempo que le pedía un favor.
Eso la cabreo un poco.
— ¡No me jodas! —grito Daphne con los dedos en sus lentes al habérselos acomodado y girándose con molestia hacia donde se supone estaba Ginny— ¡No estoy de acuerdo con eso!
Claro que si se hubiera volteado mucho antes podría haberse negado, porque ahora detrás de ella solamente estaba una escoba en el suelo con una nota que decía:
"Te lo dejo a ti".
Un tiempo más tarde cuando Daphne estaba limpiando en solitario la azotea, simplemente pensaba en lo irracionales que eran las chicas reales. Quizá deberían de aprender de las chicas de los juegos. Esas sensibles y hermosas existencias.
—Las únicas que me gustan son las mujeres de los videojuegos las mujeres reales son pura basura.
Murmuro para si la chica rubia de lentes. Una vez terminada la limpieza e la azotea se sentó en una banca cercana y abrió el navegador de su PFP para actualizar el estado de su blog. Tenía ochocientos trece mensajes sin leer.
—Así que estas son las suplicas de mis ovejas perdidas…—murmuro para sí mientras habría el primer mensaje.
¡Ayuda! Mi nombre es D. el otro día me diste un concejo y ahora estoy atascado en otro juego. No puedo ver cómo ganar a Shiori Shoriko de Aki-Iro, espero que puedas ayudarme nuevamente. Muchas gracias.
M. D.
Daphne contestaba a todos los mensajes pidiendo ayuda. Todos eran como el anterior visto, el mundo para ella era realmente negligente.
— ¡El verdadero «yo» que es conocido por todos en el mundo de los videojuegos! —murmuraba con emoción la chica— este mundo real es tan irracional y absurdo… no tengo porque formar parte de él.
Su sonrisa era algo rara, podríamos decir que era malvada. Daphne Greengrass no era una chica normal y eso era seguro.
Quizá es porque ella era considerada en todo internet como «El Dios de las conquistas».
Encantado de conocerte, soy el Dios de las conquistas. El juego que me mencionas es "Ghost, Ghost, Panic" ¿verdad? ¡al parecer todos tienen problemas con ese!
…
Contestar tantos mensajes era agotador, sin duda. Pero ahora solo le quedaba un mensaje.
— ¿Hmm? —el rostro de Daphne se llenó de confusión al leer.
Para el Dios de las capturas.
He oído la historia de que puedes hacer que cualquier chica se enamore de ti. Al principio creí que era imposible, pero si de verdad puedes… necesito tu ayuda con unas chicas. Si de verdad te crees capaz de hacerlo por favor presiona el botón que aparecerá a continuación con la palabra «Responder».
RESPONDER.
PD: Si se te es imposible, ¡No se te ocurra presionarlo!
Atte. Deruko Skull.
— ¿Qué? —Exclamo al terminar de leer la chica rubia— ¿Qué es este correo tan provocador? ¡¿Quién te crees que soy?!
Claro que Daphne presiono el botón de responder sin dudarlo.
— ¡"El" «Dios» nunca huye! —exclamo enojada mientras lo hacía.
Claro que, justo después de haber presionado el botón unas nubes que indicaban tormenta aparecieron de la nada en el cielo. Un fuerte estruendo seguido de un rayo que cayó en aquella azotea a unos cuantos metros de Daphne hicieron que todo se volviera demasiado raro. Claro que proteger el PFP era más importante para la chica rubia que la conmoción del momento.
Pero entonces una chica cayó del cielo.
— ¡Gracias por aceptar el contrato, Dios!
La voz de esa chica era entusiasta. Su cabello castaño y ojos verdes parecidos a los de Daphne eran muy lindos, su rostro era adornado por una inusual sonrisa de inocencia y miraba a Daphne como si fuera la persona más poderosa en el mundo. Había de admitir que la chica era muy hermosa. Lo único raro es que tenía una escoba con ella.
—Ahora vámonos, tenemos que recolectar algunos espíritus prófugos —dijo con emoción mientras apuntaba con su escoba al cielo.
Daphne no salía de su asombro, la miraba sin saber que decir o hacer. Acaba de ver a una chica cayendo del cielo y ahora esta junto a ella, ilesa y con una radiante sonrisa que sería capaz de darle diabetes. La chica castaña se acercó a ella y le tomo de la mano y antes de que se diera cuenta ambas estaban volando por el cielo.
El grito de horror que soltó Daphne sin duda fue épico…
Unos minutos más tarde ambas se encontraban en el aula vacía de clases en la que estudiaba Daphne. Esta última más blanca que un fantasma y tratando de recuperar la respiración debido al susto de poder haberse caído después de volar por el cielo. La chica castaña miraba por la ventana mientras el adorno de una calavera comenzaba a realizar un sonido pequeño de alerta y esta buscaba con la mirada la causa de esto.
—E-estábamos… volando —murmuro por lo bajo una todavía shockeada Daphne.
—Detecte algo al activar la búsqueda a gran escala… —murmuraba por lo bajo la chica castaña— así que creo que debería mejorar la precisión… búsqueda individual, ¿verdad?
La chica se hablaba a si misma mientras miraba hacia la cancha de atletismo, en cambio, Daphne tomaba su PFP entre sus aun tambaleantes manos.
—Recuerda el proceso.. —murmuraba por lo bajo— lo primero que debo hacer es «salvar» la partida… ahora debo pensar en algo coherente.
Unos minutos después, totalmente recuperada se levantó de su sitio y se acercó a la pizarra de clases. Con su expresión seria tomo un gis lista para escribir lo que la chica castaña dijera.
—Vamos a organizarnos, primero que nada, ¿Quién eres?
La chica la miro con una sonrisa antes de responder.
—Mi nombre es Astarotte de Green Irma, pero todos me llaman Astoria. Soy un demonio enviado del infierno como parte de las fuerzas recolectoras de almas.
Su respuesta fue mucho más entusiasta de lo que Daphne esperaba.
—"¿Qué es todo esto?" —pensó Daphne sin lograr escribir nada en la pizarra— Bueno, hoy es jueves… quizás debería ir a comprar un juego.
La conclusión que saco al final es que quizá no debería acercarse mucho a esa chica.
Camino con calma hacia la puerta de salida, pero justo antes de posar un pie fuera sintió como las manos de Astoria la tomaban por el pliegue de su blusa escolar.
— ¡Por favor espera! —dijo esta— deberías tener cuidado… —esas últimas palabras hicieron que Daphne se girara a verla— Podrías perder la cabeza.
Decir que el rostro que puso la chica castaña al decir eso asusto a Daphne es decir poco.
— ¿Cabeza? —repitió la chica e instintivamente toco su cuello y noto algo que no estaba ahí antes, ahora había un collar— ¿Q-qué es este collar?
—Dios —dijo Astoria sacando a Daphne de sus pensamientos— tú has hecho un contrato con los demonios, los papeles del contrato te fueron enviados, ¿no es así? —prosiguió volviendo a sonreír la chica— fueron enviadas por mi jefa, Deruko.
Y entonces el mundo de Daphne se detuvo un momento. Recordó aquel mensaje provocador que llegó a su PFP y maldijo a su vida por mucho rato.
—Los demonios son muy estrictos con sus contratos —prosiguió Astoria volviendo a su semblante serio— si tu no cumples el contrato, o decides abandonarlo sin "permiso"… ese collar se activara y se llevaran tu cabeza.
Fue en este momento en que Daphne se dijo que el asunto era serio, pero Astoria empezó a hiperventilar como si estuviera recordando algo sumamente horrible y se llevó las manos a su cabeza mientras negaba.
—Y después… ¡No quiero recordarlo!
— ¡No me jodas! ¡Quítamelo! —dijo Daphne furiosa mientras pensaba en las posibles maneras de quitarse ese collar.
Aunque al parecer Astoria le quito importancia y volvió a sonreir como al parecer, hacia siempre.
—Todo estará bien, Dios —dijo volviendo su mirada nuevamente a la ventana— te lo quitaran si me ayudas a recolectar espíritus prófugos.
— ¿Espíritus prófugos? —repitió en pregunta Daphne comenzando a fastidiarse— yo no sé qué es eso para empezar.
Aunque su réplica no tuvo efecto porque justo en ese momento la calavera que usaba Asotoria como adorno de cabello comenzó a sonar fuertemente.
— ¡En el campo! —grito Astoria de repente— ¡Ahí abajo hay un espíritu!
En la pista de carreras a la que apuntaba Astoria, se encontraba el club de atletismo haciendo calentamientos. Decir que Daphne no veía nada parecido a un «espíritu» era decir poco, digamos que estaba algo fastidiada con toda esta situación.
—¡Esa chica de ahí! —grito de repente— la pelirroja con pecas tiene un espíritu prófugo.
—Esa chica… —dijo sin mucho ánimo Daphne— ella está en mi clase, si no me equivoco se llama Ginevra Molly Weasley, creo que le dicen Ginny.
Y mientras decía todo eso empezó a darse cuenta que alrededor de Ginny había una especie de humo azulado que no era nada bonito.
— ¡Puedo ver claramente su presencia! —exclamo sorprendida— ¿Qué son estos espíritus que recolectas, Astoria?
—Estos «espíritus» de los que hablamos son las almas de personas malas que escaparon del infierno —decía Astoria con calma— ¡Aunque mueran, siguen siendo malos! Ellos han traspasado las barreras del infierno para esparcir su mal a la superficie —Astoria se quedó pensativa un momento antes de continuar— Estos espíritus son extremadamente difíciles de atrapar, luego de investigar un tiempo me di cuenta que se esconden en un único lugar. ¡En las profundidades de corazón de las chicas! ¡Ahí es donde se esconden!
— ¿Las profundidades del corazón? —repitió Daphne sin entender— ¿No hay algún modo de capturar algo así?
Por dentro Daphne se retorcía de la vergüenza al darse cuenta que se estaba creyendo toda la historia que Astoria le estaba diciendo.
—Bueno, en esa cosa llamada corazón que tienen los humanos es donde se esconden los espíritus prófugos —seguía Astoria con su explicación volviendo a tener la sonrisa de siempre— Si puedes atrapar el corazón, ¡el espíritu ya no tendrá donde esconderse!
Decir que Daphne no tenía la más mínima idea de cómo iba a sacar un espíritu del corazón de Ginny Weasley no era el principal problema, claro que no.
—Así que, Dios, ¡el mejor modo para llenar el corazón de alguien es el amor! ¡con el poder del «Dios de las capturas» por favor enamora a esa chica!
Daphne se sonrojo y comenzó a hiperventilar casi al instante— P-por favor, espera… ¡Espera! —Aunque la sorpresa fue sustituida por el enojo rápidamente— ¡Me estás diciendo que conquiste a una chica verdadera! —se acercó a Astoria rápidamente y la tomo por los hombros comenzando a zarandearla— Tonta, ¡estas cometiendo un grave error! Yo no siquiera… ¡He tomado la mano de una chica real!
Ese exclamo le dolió incluso a los chicos vírgenes.
—De todos modos… —comenzó a decir la rubia un poco más calmada mientras reacomodaba sus lentes— Ella ni siquiera querría eso… las chicas reales me llaman así: «La friki de lentes», además de que todas son heterosexuales, igual que yo. Solo me gustan las chicas de los juegos.
Y el silencio incomodo se posó entre Astoria y Daphne.
Claro que, a los pocos segundos Astoria comenzó a sollozar— Eso es cruel, eso es cruel Dios… y pensar que eras el Dios de los juegos.
— ¡¿Quién es el cruel ahora?! —exclamo la rubia ofendida.
Pero aun así Astoria seguía privada en su llanto, lamentándose su mala suerte — ¡Quien habría pensado que era así? Soy mala en todo lo que hago…
— ¡Al final fue un mal entendido, así que deshaz el contrato! —dijo una desesperada Daphne.
— ¡Lo siento, lo siento, lo siento! —decía aun entre sollozos Astoria— también tengo un contrato equivalente para mí. Si el que acepta el contrato muere, la cabeza del demonio encargada también será cortada… al menos moriré contigo.
Daphne se sonrojo un poco ante la expresión de tristeza que hizo Astoria al final, y con un suspiro de resignación decidió que no tenia de otra más que dejar su heterosexualidad de lado e ir a enamorar a Ginny.
Notas de autor.
Hace tanto que quiero adaptar el manga de Kami Nomi Zo Shiru Sekai a esta historia :v asi que hoy por fin lo hice, tengo que irme a escribir otra adaptación así que aquí me despido (?) nos veremos en el siguiente capítulo :v
Agradecería mucho sus reviews c:
Kisus~
