Notas.
(SasuHina)
1:
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Y entonces fue cuando los ingleses ingresaron a la guerra...
Medio dormida, miré mi cuaderno para leer mis inexistentes apuntes. Claro, no podía esperar que justo hoy, día de revisión, la concentración estuviera de mi lado. Historia nunca se me ha dado, es más, en general las ciencias sociales nunca han sido mi... fuerte. Miré nuevamente mi, aún vacío, cuarderno. Más que no se me dieran, siempre me han aburrido de sobremanera, me es imposible seguirle el ritmo a la lección. No quería imaginar como me iria en los exámenes.
Padre me va a querer desheredar si repruebo.
Tambien eso, ¿Qué haré con padre? Se va a enojar tanto...
Me paré un momento ¿Y si me deshereda y ya?
Nunca lo había siquiera considerado. Claro, me daría mucha pena tener que alejarme de mi familia, pero por otro lado, sería libre.
Wow.
Libre.
No tendría que hacerme cargo de una empresa que no me interesa, podría casarme con quien yo quisiera, no tendría que competir con mi hermana menor, podría tener una convesación decente con Neji sin que algún viejo nos mirara desaprovatoriamente, podría trabajar en lo que yo quisiera. Podría ser una escritora. Podría...
Me detuve y sacudí mi cabeza. Claro, como si eso fuera posible, como si tuviera el coraje para revelarme contra padre. Le respeto (mejor dicho temo) mucho como para hacerlo. Mejor no hacerme ilusiones.
Suspiré. Traté de dejar esos pensamientos a un lado y concentrarme nuevamente en la clase, la segunda guerra mundial, los apuntes, los exámenes...
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¡Paf! Y eso, fue un libro cayendo en mi escritorio, junto a mi cabeza.
– Señorita Hyuuga. Detención después de clases. Y procure no dormirse otra vez durante mi clase.
Mierda.
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Inspiré profundamente. Lo puedo hacer, yo sé que sí. No me van a comer, es sólo detención.
Abrí lentamente la puerta y al instante, la atención de los presentes se fijó en mi. El maestro, momento atrás dormido, me miró anonadado.
–Y bien... Una Hyuuga –dijo sin disimular su sorpresa–. Toma asiento –prosiguió repentinamente aburrido.
Miré los asientos disponibles y un escalofrío bajó por mi espalda. Sólo habían cinco asientos disponibles (supongo que los castigos son más fáciles de conseguir de lo que esperaba) y aún no sé cual de todos era peor.
Para empezar, los asientos eran de a pares. El primero, en un extremo delantero del salón, estaba ocupado por un tipo que creo, iba en mi clase de inglés; usaba un gorro negro y tenía la cara pintada con morado, ademàs, estaba jugando con unas marionetas. No, gracias. Después, al otro extremo, había un chico que más bien parecía chica. Lo peor es que como chica era muy linda, como chico, era raro. Estaba jugando con arcilla y decidí que no era tan malo. Hasta que hizo explotar la arcilla.
– Deidara –dijo en tono de advertencia el profesor–. Sin quemar los escritorios.
De acuerdo, mala opción.
Los otros dos puestos estaban uno al lado del otro y ocupados por dos chicas que se fulminaban con la mirada entre ellas. Una teñida de rojo y con gafas y la otra de rosado. Sentarme con cualquiera de ellas sería como suicidio... o eso creí.
Al final, el último pupitre, estaba ocupado por un chico, un poco tenebroso y de aspecto punk que se encontraba aparentemente dormido. Decidí que de todas, esa era la mejor opción que tenía. Al fin y al cabo, estaba dormido.
En el momento en que me senté tuve un Dejà vú. Todos me miraron –esta vez con aún más sorprensa. Me cuestioné esa de que si no me iban a comer. Las dos chicas –la de pelo rojo y la de rosado– en especial parecían querer matarme en ese mismo instante.
– ¡Kakashi-sensei! –Exclamó la de pelo rosado –¿¡Cómo es que ella se puede sentar al lado de Sasuke-kun!?
El profesor se masajeó las sienes, y me pareció escuchar un, no muy tranquilizador, 'En la que se ha metido'.
–Ella no está peleando con alguien por el lugar, Sakura.
– ¿Viste lo que hiciste, zorra? –Ahora se dirigía a la de pelo rojo– Si desde el principio te hubieras jodido y alejado de mi Sasuke-kun, ésa –hizo un gesto con la cabeza para señalarme–, no estaría sentada con él ahora.
–Yo sólo estaba protegiendo lo que es mío –Le respondió la susodicha–. Si tú te hubieras ubicado desde el principio, perra, nada de esto habría pasado.
–Sakura, Karin –Interrumpió kakashi-sensei–. Cuiden el vocabulario. Otra tarde de detención –Extrañamente, aquello no pereció molestarles en absoluto–...Cuando no esté el señor Uchiha.
Aquello sí las hizo reaccionar.
Gruñí, apoyando mi cabeza en el escritorio. Yo y mis estúpidas deciciones. Estaba condenada, mentalmente hice toda la predicción: Ellas y yo en el patio trasero, alguien saldría herido y no serían presisamente ellas. Todo por un... ¿Punk? ¿Emo? Lo que fuera ese tipo.
– Tonto c-cabeza de gallina –Murmuré para mi misma. Normalmente no soy una parsona impulsiva o de tendencia a enfadarse, pero ese día me estaba sobrepasando, estaba frustada y cuando llegara a casa todo sería peor.
Voltié a ver a mi compañero de escritorio, al hacerlo, todo el color se fue a mi cara y mis piernas comenzaron a tiritar. Me estaba mirando... me estaba mirando con una perfecta ceja levantada y expresión de molestia. Me quedé helada observándolo.
Oh, por si pensaron que fue por su apariencia que me quedé mirando, acertaron ¡Era aterrador! ¿Qué le veían?
– Aléjate –fue todo lo que me dijo antes de girar su cuerpo hacia la dirección contraria.
"Con gusto" pensé. Mas al pararme de mi asiento, el sensei de turno me miró con cara de advertencia.
Quería llorar ¿Por qué, Kami, por qué?
Volví a sentarme, recibiendo más miradas asesinas por parte de la población femenina en la sala. Quería decirles qe yo no quería estar ahí, que no era mi culpa, pero probablemente no me escucharían o bien me ganaría otro castigo por hablar cuando no debía. Simplemente adorable, estaba entre la espada y la pared otra vez.
A mi lado, el tenebroso punk seguía mirándome molesto.
Cuando creí que no podía ser peor, llegaron dos notas a mi puesto.
"Sasuke-kun te amo hoy y por siempre. ¿Tu, yo, después de esto en mi casa? 1313 (!)"
Involuntariamente me sonrrojé. No podía creer que la gente se lanzara así como así hacia alguien como él sólo por lujuria.
– E-Etto... e-esto es tuyo –le pasé la nota sin mirarlo a los ojos.
La segunda nota decía así:
"Más vale que le hables bien de mí si no quieres problemas. Y no se te ocurra acercártele más de la cuenta"
¡Pero si yo ni la conocía! Es más, hasta hace cinco minutos sólo la conocia como 'la-chica-que-le-gusta-a-Naruto' y no como Sakura ¿Qué le iba a contar?
La mirada que recibí de ella entonces me aconsejó que mejor se me ocurriera algo, que fuera bueno y pronto.
Abrí la boca para decir –tartamudear– algo, cuando el punk-pelo-de-gallina me interrumpió.
– Ni se te ocurra –gruñó.
– ¿Algún problema, señor Uchiha? –preguntó Kakashi-sense. El aludido sólo gruñó como respuesta.
¿Había dicho Uchiha?
Mi cuerpo se llenó de repentina rabia, claro, un Uchiha, eso explicaa todo. Absolutamente todo.
Para mejorar mi ánimo –y nótese el sarcasmo–, el punk a mi lado me mandó una nota diciéndome –demandándome– que me marchase de su lado.
Eso fue más de lo que pueda aguantar, en un acto bastante impulsivo, tomé un lapiz de mi estuche y le mandé una nota a mi querio amigo Uchiha. Se preguntarán de donde salió todo ese valor... es tan simple como el hecho que aunque no quiera, sigo siendo una Hyuuga en el fondo. Y sólo Kami sabe lo imprudente que puede llegar a ser un Hyuuga cuando está enojado.
"Si quieres que me aleje de ti, tú mueve tu flojo culo lejos de mí"
Pero cuando la comezó a leer, palidecí ¿¡En qué estaba pensado!? Me sentí una idiota. Eso fue una mala idea; una idea estúpida, mal redactada y con un penoso vocabulario.
Me miró con una sonrisa torcida antes de pararse y sentarse en la mesa individual en el otro extremo del salón. Nuevamente me sentí una idiota, probablemente estaría pensando qué cosas de mí y aún peor... ¿Cómo no vi ese puesto cuando llegué?
Suspiré cansada y me percaté de una nota que se había quedado en su lado del escritorio. Pensé que leerla sería una falta de educación por meterme en lo que no me correspondía, pero un vistazo rápido me hizo notar que iba para mí.
"Te veo después de esto"
– ¿¡N-Nani!? –grité asustada, desconcertada y sorprendida.
– Señorita Hyuuga –dijo Kakashi-sensei masajeándose las sienes–. Otra tarde de castigo.
¿Por qué me levanté esa mañana?
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(!) 1313 es un emoticón de msn en el que la carita sonriente mueve las cejas hacia arriba y abajo.
Y... ¿Le tincó? :D
