Disclairmer: ninguno de los personajes, ni la serie a la cual pertenece, son de mi propiedad. Hago esto por puro gusto, de una fan a otros, sin esperar nada a cambio más que autosatisfacción.

Este Fic participa al reto especial "Sam Winchester" del foro "Supernatural: Blood Brothers"

Nini: Bueno, primera vez que escribo de Sam, pero como dice, es un reto para mí misma y para las demás participantes. Espero que sea de su agrado este pequeño Drabble, sin ningún gramo de mi humor absurdo que probablemente solo yo entiendo en él. Así que, si ha sido un reto. Sin más que decir, más que gracias por pasarse a leer, el fic.

Capítulo único

Winchester

Miro con la cabeza metida entre sus brazos a su acompañante. Mierda.

Sabía que las cosas no habían salido bien, sabia, por la mirada que Castiel le dedicaba, que no había ninguna señal de Dean, que no habían pistas que seguir por más pequeñas que sean, que se había aislado lejos de ellos. Lejos de él.

No podía evitar pensar que su hermano estaba en problemas, que probablemente jamás le vuelva a ver, que hasta existe un porcentaje bastante elevado que este muerto, o algo peor, para este entonces.

Pero no se podía rendir, y eso Cas lo sabía, él lo sabía mejor que nadie, porque conocía perfectamente que el ángel sentía la misma impotencia, la misma falta de esperanza que le hacía aferrarse a una pista cualquiera por más diminuta que esta sea, sin quitarle ni por un momento una relevancia que no se había ganado.

Castiel amaba a su hermano, tanto o hasta más que él.

Eso Sam lo sabía, claro que sí. Y no podía más que estar enormemente agradecido de que el ángel, por más débil que estuviese, siempre buscaba ayudarle con lo que pudiera, claramente estaba al tanto de todos los nulos avances de Sam en la búsqueda.

Pero no podía perder la esperanza, aun cuando su mente se lo pidiese, dando paso a la lógica en ocasiones. Si Dean quería encontrarlos, si quería que le encontraran, ya hubiera llamado o dejado pistas que serían incongruentes para otras personas. Pero no para él. Él siempre sabía que quería decir exactamente su hermano, aunque este casi nunca fuera inteligente, o prudente, no como Sam. Eran dos polos separados por una manera de pensar diferente y similar a la vez, eran hermanos y era de esperarse. Nunca eran lo bastante parecidos para llevarse bien, pero eran lo suficientemente similares para aprender a quererse.

Y es que Sam quería a Dean, lo quería mucho, como el padre que nunca estuvo en casa lo suficiente, como la persona en quien podía confiar si pasaba algo malo; como confidente; como amigo. Porque no podía pensar en tener a otra persona que no fuera Dean como familia. Porque él jamás cambiaria todas esas noches, al lado de él y Castiel, en el impala con la música a todo volumen y la carretera de noche, las múltiples cacerías todas distintas, siempre dependiendo y confiando completamente en ellos de una manera mutua: por una vida normal con hijos, una esposa y amigos, con parrilladas cada fin de semana y beber cerveza en partidos con sus amigos.

No se veía a estas alturas como una persona normal.

Pero eso no importaba ahora, porque Dean está perdido, no tienen ninguna pista y está a punto de tirar la toalla y dar por muerto en acción a su hermano. Pero la fe que nunca abandona ese lugar de su cerebro no se lo permite.

Porque nunca pierde la esperanza.

Sam es un Winchester.

Y los Winchester protegen a su familia. Y Dean y Cas lo eran.