Disclamainer: Ninguno de los personajes/escenarios mencionados a continuación me pertenencen. Yo solo los tomo prestados para pasar el rato y no obtengo ningún beneficio económico-fiscal de historias como la que viene a continuación.

N/A: Este fic va dedicado a todos aquellos lectores a los que he desilusionado con la falta de final de CRRL. Se que no es lo mismo pero bueno, ahí va. También quería dedicárselo a mi amiga Cynthia, que me está ayudando muchísimo con mi blog y demás. Va para todos vosotros!

Remus pasó por la Sala Común de Gryffindor como una exalación y, a juzgar por los pocos que alcanzaron a ver el gesto de su rostro, hubiera sido capaz de incendiar la sala al completo. Subió los escalones de tres en tres y cerró la puerta de su dormitorio estrepitosamente.

Todas las cabezas de Gryffindor apuntaban para aquel entonces hacia la puerta recientemente cerrada. La mayoría boquiabiertos. Otros simplemente sorprendidos. Y luego está James, que viene siendo un pasota del diez, pero que se había dado cuenta de todo.

Así que, cuando consideró que ya se había calmado un poco el cotarro, se levantó y, con las manos metidas en los bolsillos y sus andares desganados, casi dejándose caer de un lado a otro, subió tranquilamente las escaleras que conducían a su dormitorio compartido.

Cuando abrió la puerta, se encontró con un Remus rojo de rabia tirando cosas por la ventana de la habitación. Pareció seguir sin afectarle. Como si no estuviera presenciando una escena materialmente peligrosa, sacó su varita sin un ápice de prisa y cerró la ventana para que nada volviera a salir, con tal mala suerte que el castaño acababa de lanzar el ejemplar de cierto moreno de Criaturas fantásticas y donde encontrarlas, por Newt Scamander, de apenas setecintas dos páginas. Evidentemente, el vidrio cedió.

Pero claro, Potter seguía impasible viendo como el licántropo seguía arrojando cosas por la ventana. Finalmente, parece ser que su paciencia se vio ligeramente afectada.

-Remus joder, quieres parar este absurdo ataque de celos. Pareces una Hufflepuff de primero.

Podría parecer que se había enfadado, pero que va. Su semblante seguía siendo indiferente, y su postura seguía siendo incríblemente relajada.

Tan solo cambió de posición cuando el otro chico se volvió hacia él, con sus ojos miel echando chispas.

-¿Y por qué iba a estar celoso?¿Acaso tengo pareja para estar celoso?¡No lo creo!

Y siguió arrojando objetos por la ventana. Hasta que se quedó sin cosas que tirar, y se precipitó sobre la cama de Sirius Black. Rasgó todas las sabanas y despeluchó todas las almohadas, sin dejar títere con cabeza. Entonces se metió en el cuarto de baño y empezó a sonar el ruido del agua caer.

Y el moreno, pareciendo no haber estado presente en esa escena. Y tan tranquilamente, se dio media vuelta y salió por la puerta.

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Una nueva sensualidad, nacida del rencor y de los celos, nació en Remus. Su primera víctima fue George Han. El susodicho poseía un cuerpo fibrado, adornado por un cabello castaño pálido y unos ojos verdes, de una tonalidad cercana al verde aceituna pero mucho más bonita que esta.

Remus estaba bajando las escaleras para ir al Gran Comedor cuando se lo cruzó. Aún recordaba que había intentado algo con él, pero la legendaria timidez del licántropo hizo que no llegaran a nada.

Pero esa timidez había muerto, por lo que, separándose del grupo con el que iba hacia el Gran Comedor (Sirius, James y Peter), se aproximó hacia George. Apenas intercambiaron unas palabras y empezaron a besarse, intensamente y con mucha saliva.

Ahora, el grupo que bajaba hacia el comedor era diferente que el de unos minutos atrás. Estaba compuesto por un moreno furioso, otro increíblemente pasota y un rubio oscuro digamos... con una actividad cerebral bastante deficiente.

¿Adivinan cuál es cual?

N/A 2: Me ha gustado mucho escribir este fic! Lo había planeado como un one-shot, pero para tener más profundidad en los hechos he decidido hacer un fanfic de dos capítulos. Tampoco es que sea una cosa incríblemente larga, pero es mejor que uno, ¿no?