STAR WARS pertenece a George Lucas y tristemente tambien a Disney. Todos los personajes pertenecen a estos señores.


32 años han pasado desde la batalla de Endor y la consecuente derrota del Imperio Galactico. Leia Organa se convirtió en la primera Canciller de la Nueva República, se casó con Han Solo, nombrado Comandante de la Flota Rebelde y Luke Skywalker funda una nueva Orden Jedi, la primera y principal sede en Yavin 4 llamada Praxeum Jedi para jóvenes padawanes y otra en Coruscant como homenaje a la última Orden Jedi. 10 años de paz tuvo la Nueva Republica hasta que un grupo de insurgentes mandalorianos se alzaron en armas, azuzados por una misteriosa Sith y desde aquel entonces la Nueva Republica fue perdiendo sistemas estelares que se unian a favor de los mandalorianos y otros que aun permanecen fiel a la Nueva Republica. Un atentado en el Senado empezó una guerra entre ambos bandos.

La historia comienza cuando los hermanos Jaina y Anakin Solo estan de misión en Shili, dónde un grupo de mandalorianos han llegado.


Shili es un planeta algo alejado de Coruscant. Los togrutas siempre han apoyado a los Neorepublicanos, los mandalorianos invadieron al planeta y el Consejo Jedi liderado por Luke Skywalker mandó a sus sobrinos Jaina y Anakin Solo, caballeros jedis y en caso de Jaina, una excelente piloto. Ellos llegaron a la parte de vegetación, en un pueblo clave de Shili, donde los mandalorianos los tenian en el suelo, con los brazos en la cabeza. Anakin y Jaina agazapados en la maleza, salieron derrotando en un suspiro a los guardias, debido al tumulto los mandalorianos empezaron a disparar. Jaina con la Fuerza apartó a los togrutas y Anakin repelía los láseres de los blasters.
—¡A tu derecha, Anakin!- gritó Jaina mientras cubria a un par de asustados togrutas y Anakin giró sobre sus pies y con extender la mano, los dos mandalorianos cayeron hacia atrás, uno se levantó y se perdió en el bosque.
—Déjalo-dijo Anakin al ver que Jaina iba a salir a perseguir al mandaloriano y los togrutas se acercaron a los dos jedis.
—Estamos muy agradecidos. Diganle a su Canciller Supremo, Kert Huges, que siempre contarán con el apoyo de mi pueblo-dijo el togruta líder.
—Estamos para servirles-dijo Jaina y vió a un togruta pequeño llorando agazapado y se acercó a él.
—Hola, me llamo Jaina-dijo la Jedi colocándose en cuclillas.
—Soy For. No encuentro a mi padre.

Jaina lo abrazó y Anakin se acercó.
—Hermanita, los togrutas nos han dado regalos como agradecimiento. Llevaré esto a la nave, es pesado. ¿Puedes llevar las bolsas?.
—Claro.
—No tenemos mucho tiempo, Jaina. Debemos regresar a Coruscant a entregar el informe y volar a Kashyyk.

Anakin levantó el pesado regalo y se lo llevó a la espalda y caminó en dirección a la nave, bajo el aplauso de los togrutas. Jaina se volvió al pequeño togruta.
—Estoy segura que tu padre esta bien.

Tras decir esto, un togruta corrió hacia Jaina, con heridas y moretones y con la ropa ajada, el pequeño togruta se abalanzó sobre su padre. Jaina se despidió de los togrutas, levantó las dos bolsas que le había dejado Anakin y se encaminó hacia la nave, que se encontraba pasando la vegetación de árboles, muy tupido. Luego de varios minutos, llegó a una explanada, ahí estaba la enorme nave, en la rampa bajaba Anakin Solo, sonriendo a su hermana.
—¡Todo bien, Jaina!-gritó el caballero Jedi.

Jaina Solo colocó las bolsas en el suelo para descansar los brazos e iba contestarle cuando sucedió una fuerte explosión. Fuego, cenizas y polvo cubrieron el lugar, Jaina Solo voló por los aires no sin antes de ver a su hermano ser devorado por las llamas.

La Jedi cayó al suelo, boca arriba y se enderezó lentamente; mareada y perdida aun sin procesar lo que acaba de suceder y sus ojos se fijaron en la nave siniestrada, aun en llamas y antes de levantarse por completo, alguien la tiró al suelo y escuchó risas y burlas.
—Un metro más y esta Jedi estaría muerta- dijo un mandaloriano.

Un grupo de 7 mandalorianos se colocaron alrededor de Jaina, viéndose atrapada entre ellos.
—Duk debió esperar que esta Jedi hubiese subido a la nave-dijo otro mandaloriano.
—¿No estaban muertos?-dijo Jaina mirando a los mandalorianos, totalmente irritada y algo mareada.
—Acá hay más de lo que te imaginas, niña. Atacaste a un puñado de nosotros. Nuestra Señora no es tonta para mandar a todo el mundo aquí-dijo el mandaloriano con una máscara roja. Jaina movió su mano hacia su sable de luz pero el mandaloriano de mascara roja fue listo y le dio con la culata de su fusil y Jaina cayó al césped cubierto de hollín, sin conciencia.