Este fanfic ha sido escrito por mi amigo Jose Carlos. Por favor dejad los comentarios aquí .com/jose_pew
Gantz Zaragoza- Prólogo
"Al fin.
Todos juntos, de nuevo. Sin tías, ni problemas, como en los viejos tiempos."
Jose estaba contentísimo, había logrado juntar a todo el grupo para quedar de nuevo, como amigos. Tenía en mente muchas cosas por hacer.
Podían ir al ciber, como hace años, a echar algunas partidillas al DoD... podían ir al cine, y ver alguna de las pelis que estrenaban ese día... O incluso pegarse el día andando hablando de tonterías... Sin ninguna distracción... Al fin...
De repente sonó una breve musiquilla en los pantalones de Alo.
- Mensaje de Carlota.- anunció mientras cogía el móvil.- Fuah, que dónde estoy, que me están esperando... tios ¿qué hago?
- Bah.- Exclamó Javi mientras hacía un aspaviento con la mano y miraba hacia otra parte.- Si Alo se va, yo me piro con Carol.
Rubén guardaba silencio mientras Rodrigo se acercaba a Javi.
- ¿Y qué propones?.- Le dijo casi en un susurro.- ¿Nos vamos con éstas?
- ¡Diooooooooooos!- Jose se llevó las manos a la cabeza y se volvió a Rubén.- Tio, ¿los estás viendo? Joder. ¿Qué hacemos?
Rubén miró a los demás un segundo y se volvió hacia Jose.
- Haced lo que queráis, si no vamos a hacer nada me voy a casa.
- No tios, que le digo a Carlota que no puedo ir, que no pasa nada.- Dijo Alo sujetando el movil con cara de preocupación.
- ¡Pero si no vamos a hacer nada! Yo hoy tengo ganas de estar con ella tios...- Exclamó Javi mirando al vacío.
Jose sabía que no debía hablar, pero tras pasarse las manos por la cara dijo suavemente:
- Javi...
- ¿Qué pasa?
- ¿No estuviste con ella ayer?.- Jose casi no se podía contener, su voz contenía un alto grado de acidez que todos los presentes notaron a la legua.
- Bah, déjalo.- Se interpuso Rubén.- Si se quieren ir que se vayan, ya nos lo han hecho otras veces.
Javi pareció no querer escucharle.
- Si, estuve con ella ayer, y hoy y los días que hagan falta también estaré con ella.- Comenzaba a alzar la voz progresivamente.- Ya hemos hablado de esto muchas veces... ¡No eres quién para interferir en lo que pase entre nosotros!
- ¡Se suponía que habíamos quedado como amigos!- Las orejas de Jose se habían puesto rojas.- ¡Míranos! Míranos, ¡coño!.- Dijo mientras alzaba los brazos.- Estamos todos de nuevo. ¿Sabes lo que me ha costado conseguir que todos podamos quedar sin novias, ni asociaciones ni grupos? ¿Lo sabes imbécil?
Se había ido acercando a Javi mientras hablaba, y ahora estaban pecho con pecho, sosteniéndose la mirada. Ambas miradas cargadas de furia y de desprecio. Algunos transeuntes de la Plaza Aragón se habían parado a mirar.
- Mira tio, entiéndelo.- las palabras de Javi sonaron frías y duras como el hielo.- Ella es mi novia y tú mi amigo, no intentes compararte con ella. Me voy quieras o no.
Acto seguido se dió la vuelta y comenzó a andar hacia la parada del autobús.
Rodrigo dudó, y mirando a Jose, que temblaba ya de furia, intentó disculparse.
- Lo siento Jose tio, compréndelo, son nuestras novias. Las queremos... Ya quedaremos mañana, o la semana que viene. ¿Vale?
Y sin esperar respuesta se despidió del grupo con un "Adiós" antes de seguir a Javi.
- Tios...- Empezó a decir Alo, pero Jose ya no estaba allí.
Mientras corría hacia la parada, lo único que pasaba por su mente era la imágen de un espejo roto. El símbolo que le había atormentado durante meses y que definía a la perfección la situación del grupo.
"No os vais a ir así de rositas. No otra vez. Estoy cansado de que siempre pase lo mismo. Los odio. No me la van a volver a jugar. No van a salirse con la suya. ¡No!"
Alo y Rubén se miraron. Ninguno podía creer qué estaba pasando. Sabían que a Jose se le solía ir la bola, y se volvía violento cuando algo no salía como él esperaba. Pero el sprint que llevaba ahora no preveía nada bueno. Empezaron a correr tras él para intentar detenerle.
Aunque fue inutil. El placaje tiró al sorprendido Javi sobre la acera, y forcejeando ambos se levantaron. Javi fue a cojer del cuello a Jose, pero éste ya se había adelantado, y con un firme puñetazo en la cara lo apartó de su lado.
"Me... Me ha pegado..."
Javi no se lo creía. Su cara de asombro mientras miraba al suelo se convirtió en furia. Sin erguirse, embistió a su amigo por el abdomen, tirándolo al suelo.
Comenzaron a forcejear y a rodar por el suelo. Los puñetazos no tuvieron compasión con ninguno de los dos mientras rodaban hacia la calzada.
Ya en el carril, un coche tuvo que esquivarlos pitando para no atropellarles. El pitido despertó a los demás, que corrieron a la calzada también para intentar separarlos.
Ninguno de ellos vió el autobús ni al viejo adormecido que lo conducía. En menos de 3 segundos toda la riña había concluido. Los miembros de los 5 jóvenes volaron por los aires justo antes de desaparecer.
