Esta es una historia que paso hace ya muchos años y demuestra que no importa quien o que seas, el amor puede llegar a ti.

Narrador pov:

En una noche fría un vampiro se paseaba cerca de una aldea destruida. Para cualquier vampiro ver toda esa sangre y cuerpos destruidos seria todo un banquete. Pero para este vampiro no, el era un pura sangre y no caería tan bajo como para beber la sangre de cuerpos destruidos.

-Muy pronto mas vampiros vendrán por esta sangre-dijo fríamente mientras veía el fuego en todos lados. De pronto escucho un llanto en una casa que se estaba quemando. Sin pensarlo fue a ver quien era el responsable de ese llanto y resulto ser una bebe.

Cogio a la bebe en sus brazos y salio a toda prisa de esa casa. Al salir lo esperaban cinco vampiros no pura sangre, los cuales al parecer querían beber la sangre de la bebe.

-Si desean sangre confórmense con la sangre de esos cuerpos sin vida, pero esta niña no la tocaran-dijo el vampiro mientras sus ojos brillan de un color rojo intenso. Al instante los no pura sangres le hicieron caso y se alejaron de ellos.

En ese momento aquel vampiro pura sangre observo algo muy singular en la pequeña y era que su cabello era de un extraño color rosa y que sus ojos eran de un hermoso color ámbar, los cuales brillaban cual estrella del cielo. También observo que la bebe traía un collar el cual decía 'Amu'.

-Amu…con que ese es tu nombre. No estaría mal cuidarte por un tiempo, ¿cierto Amu?-dijo mientras elevaba a la niña y una ráfaga de viento los envolvía.

Luego el vampiro llevo a la pequeña a su castillo. Aquel castillo estaba totalmente solo y lleno de suciedad, pero eso era normal ya que aquel sangre pura era muy solitario y solo llevaba mujeres a las cuales les bebía la sangre.

Al llegar a su habitación recostó a la bebe en la cama. La bebe se le quedo mirando con una mirada confundida, ante tal cosa aquel vampiro solo sonrío. Pero de pronto la bebe comenzó a llorar.

-¿Qué sucede Amu?-pregunto el vampiro cargándola otra vez- conmigo estarás bien-dijo mientras la abrazaba.- por alguna razón extraña la pequeña dejo de llorar y comenzó a reír.

De pronto un remolino de fuego apareció en esa habitación, el vampiro pura sangre cubrió con su capa a la bebe para poder protegerla.

-Gran vampiriza, ¿Qué es lo que quiere?-pregunto el pura sangre al ver a la reina de los vampiros en su habitación.

-Me han informado que estas cuidando a una bebe humana, veo que es cierto-dijo mirando a la bebe con odio.- Sabes muy bien que los vampiros no pueden involucrarse con los humanos a no ser que quieran beber sangre. ¿Deseas beber la sangre de esa bebe?

-No pienso beber su sangre y me quedare con ella-dijo firmemente el pura sangre.

-¿Estas desafiando las leyes de los vampiros?-dijo furiosamente la reina.

-Nunca me han interesado esas reglas, ¿Por qué debería seguirlas?-dijo el pura sangre desafiantemente.

-Ikuto pagaras por esto-dijo la Reina y desapareció justo como llego.

-Bien ya esta amaneciendo-dijo Ikuto poniendo a la bebe en la cama- Ya es hora de dormir.

En el inframundo:

-Mi reina, ¿Cómo le ha ido con Ikuto-sama?-pregunto una sirvienta.

-Ese malcriado me ha desafiado-dijo la reina sentándose elegantemente en su trono- Dijo que no dejaría a esa bebe humana.

-Mi reina ¿que planea hacer?-pregunto la sirvienta con algo de miedo.

-Por ahora nada, esperare que las cosas se pongan interesantes entre esos dos-dijo tranquilamente.

5 años después:

-Amu apúrate ya es tarde-dijo Ikuto esperando a la pequeña afuera del castillo.

-¡Ikuto-sama no se vaya sin mi!-dijo la pequeña corriendo hasta que choco con las piernas de Ikuto.- Perdón Ikuto-sama.

-Cielos… ya vámonos Amu-dijo cargando a la pequeña para entrarla en el carruaje.

-Ikuto-sama esta seguro que el sol no le hace daño-pregunto la pequeña preocupada.

-Ya te dije que estoy bien, no te preocupes-dijo Ikuto sin quitar la mirada del paisaje que se veía por la ventana del carruaje. De pronto el carruaje se detuvo y eso era señal de que ya habían llegado a su destino.

-Vamos Amu-dijo Ikuto agarrando a la pequeña de la mano. Entraron a las puertas de lo que era una peluquería y una dama muy hermosa los atendió.

-Buenos Días, en que puedo servirles- pregunto la dama la cual estaba muy deslumbrada por la hermosura de Ikuto.

-La señorita necesita un corte de cabello-dijo señalando a Amu.

-Claro, pasen por aquí-dijo guiándolos.

- Amu yo tengo que resolver unos asuntos, ¿puedes quedarte con la señora? Ella te cortara el cabello-dijo Ikuto agachándose para poder quedar a la altura de Amu.

Amu asintió leve mente he inmediatamente Ikuto salio, mientras Amu veía con tristeza como el se alejaba.

-Bien pequeña vamos a ver que hacemos contigo-dijo la señora, pero Amu no le hacia mucho caso.

Ikuto POV:

Después de dejar a Amu tuve que ir a buscar a alguien que me diera un poco de sangre. No podía seguir de ese modo. Llegue a un bar y fui directamente con una de las chicas a las que les bebía la sangre.

-Ikuto sama hace mucho que no lo veía-dijo sensualmente y luego me beso.

-Asami necesito sangre-dije y mi instinto vampiro salio. No lo pensé dos veces y puse mis colmillos en su cuello.

-Ikuto-sama esta mas violento que de costumbre-dijo Asami mientras caíamos en la cama -Ikuto-sama hágame suya –dijo Asami gimiendo a cada instante.

-Asami…-dijo yo sintiendo el descontrol.

-Una vez me dijo que la sangre de las mujeres saben mejor cuando llegan al climax. Vamos hágame suya-dijo Asami de manera muy seductora.

No pude aguantar más y comencé con mi acción pero creo que me olvidaba de algo.

Amu POV:

Luego de que Ikuto-sama se fue me sentí aterrada. Nunca había estado con tanta gente.

-Ikuto-sama no tarde tanto-solo eso pensaba, pero por más que pensaba y deseaba jamás vino.

-Ya es muy tarde, ¿Qué hacemos con la niña?-escuchaba susurros de las señoras que atendían en la peluquería.

-El señor no ha venido por ella, ¿la abra abandonado?-dijo una y sentí mucho miedo y si era verdad que Ikuto-sama me había abandonado.

-Entonces, ¿Qué hacemos?- No aguante mas y Salí corriendo del lugar. Escuche a las mujeres gritarme diciéndome que me quede, pero no podía soportarlas mas.

No se adonde me dirijo pero quiero regresar al castillo. Ikuto-sama debe estar ahí esperándome. En ese pueblo había tantas personas me asuste demasiado, especialmente con un hombre horrible sin dientes. No quería volver a ese pueblo, las personas era muy aterradoras.

-¡Ikuto-sama! ¿Dónde esta?-grite asustada.