Obeso

(By Abriluno)


Disclaimer: Kuroko no Basuke y los personajes pertenecen a Tadatoshi Fujimaki. Tomé prestados la trama y los personajes sin ánimos de lucro, sólo soy una fans más de esta serie.

Extensión: 459 palabras.


Tarde helada como la muerte, el entusiasmo de la victoria se derramaba por las terminales nerviosas del equipo tras la euforia momentánea. Una nueva "guerra" en su bolsillo mientras se llenaban los pulmones de aire fresco. Al mirar los ojos de los vencidos parecían aún más bajos que de costumbre. Se le hacía recurrente pensar en ellos como meros roedores que deseaba aplastar con la zapatilla y... ¿por qué no?, le irritaba su algarabía cada vez que anotaban un punto, uno... cuando sabían que perderían. Somera realidad.

El lacio cabello llevó tras una de las orejas y los ojos entrecerró a modo de descanso, desánimo, malestar generalizado.

En tanto, un par de orbes chispeantes le miraron con fría y cortante expresión antes de voltear. Comenzó a caminar tras la figurilla que se desplazaba casi sin rozar el suelo. Eso le parecía a Atsushi. A pesar de ser bajo—en comparación con él mismo—no parecía desagradarle, tal vez por su conducta distante y casi desinteresada. Himuro no se estresaba con nada—aparentemente—, lo que lo mantenía en un estado de calma.

En el camino a los camerinos, una mano se plantó en su vientre, lo que hizo desviar su atención hacia aquel que se atrevía a molestarlo. Pestañeó un par de veces como si con eso bastara para que el contrario se percatara de que deseaba una explicación. Pero el pelinegro sólo dio dos palmaditas en su vientre.

— Estás obeso.

No dijo más, sólo le dio la espalda y lo dejó allí sin entender. Al más alto no le quedó más que barrer su propio vientre con los dedos de manera infantil, especulativa. Le miró y reanudó la caminata.

Se encontraron ambos en los vestidores y tras quitarse la ropa para tomar una ducha, se acercó a su compañero para pedir explicaciones.

— Estás obeso.

— ¿Por qué dices eso Muro-chin?

¿No era obvio?, no, para Murasakibara sólo era obvio que jugar básquetbol era tan simple como respirar, por lo mismo lo categorizaba como soso y falto de todo interés. El más bajo le miró el rostro y se decidió por seguir el recorrido que seguía el agua. Desde el hombro del chico, pasando por su torso y se detuvo en el vientre ajeno antes de picar en el área.

— Tan simple como que te has convertido en una fritura con patas...

— ...

Un par de círculos en el vientre del más alto y de pronto su dedo bajó un poco escondiéndose en la rala vellosidad. El grande miró expectante aún más interesado en lo que haría su compañero que en lo que estaba diciendo. Pero el otro se giró hacia el chorro de agua que caía sobre su propia cabeza y se lavó el rostro.

— Tienes que hacer dieta.


¿Es mejor que Atsushi se haga el desentendido?