Muy buenos dias/tardes/noches. Yo se que quien me reconozca me esta haciendo magia vodoo por no terminar mis otros fic's de hetalia y lo sientoooooo pero esta es una idea que me viene a la mente hace días y realmente me picaban las manos a la hora de escribirla.
Pues bien en esta oportunidad vengo con una nueva historias, esta vez con ¡Mis amados nórdicos¡ Este fic lo saque de una imagen me encontré vagando por pixiv y zerochan y la idea me la dieron un montón de canciones que me dan imaginación para este tipo de cosas.
En honor a esas canciones quiero dejarles una canción en cada capitulo que escriba. Cortesía de mi teléfono.
Disclaimer: Hetalia no me pertenece sino a Hidekaz himaruya, yo solo contribuyo al fandom.
Advertencia: Quiero dejarles claro que esto es Yaoi, por ahí poco de hetero pero del bueno, y que mis parejas serán las típicas "Dennor, SuFin y HongIce mas delante" habrá insinuaciones de otras parejas a futuro (Usuk, Rochu, Spamano, Gerita, Bulrum ect~) Y para que nadie me quiera matar insinuaciones de vez en cuando a otras parejas "no parte del fic" para darle salsa a esta historia.
Aclaraciones :Esta historia tratara de la vida de las bandas terroristas que quieren derrocar al gobernador de un "X" pais, en especifico la banda "Kasaamista". Pero también hay mas bandas, mafias, investigadores y asesinos independientes que tienen alguna relación con esta banda.
Y espero que en verdad les guste, pues ya tengo miles de ideas para este fic.
Sin mas que decir, buena lectura~
Editado: 15/12/2016
"Todos quieren cambiar el mundo,
Todos quieren cambiar el mundo
Pero ninguno,
Ninguno quiere morir"
-Na Na Na - My Chemical Romance
Kasaamista.
Capítulo 1: La muñeca inflable.
Emil siempre quiso tener una vida normal, cosa que en su situación, era prácticamente imposible. Pensaba en que sería de su vida si hubiera sido normal. Tal vez habría tenido buenas calificaciones, quizá también tendría una novia bonita y algunos buenos amigos, con quienes pasar el rato y divertirse; posiblemente hubiera tenido peleas con su hermano mayor por cosas como robarse los discos de música, uno que otro videojuego, o los típicos celos de hermano, pero que al final del día siempre lo resolverían. Cosas triviales.
¡Oh! ¿Pero saben?
Eso es imposible.
Analizo nuevamente su situación, miro al frente donde se encontraban muchas pantallas encendidas, observándolas con aburrimiento. Entrecierra los ojos y arruga la nariz con molestia, la oscuridad de la sala y la brillante luz blanca de los monitores lo dejaría ciego, igualmente el olor a alcantarilla del lugar no le ayudaba en nada. Luego de unos minutos entre quejas mentales, algo en su oído le hizo volver a la realidad.
— Islandia, te habla Finlandia ¿Me copias Islandia? —resonó la voz de un comunicador situado en su oído.
— Islandia aquí —respondió al intercomunicador, sin sorprenderse demasiado.
— Muy bien, procedamos, dinos exactamente dónde se encuentra "El objeto A" —Emil miro las pantallas frente a él en una mueca neutra, moviendo sus ojos en todas las direcciones, para finalemnete, encontrar lo que buscaba.
— Es la última sala cerca de una pintura con la cara del dictador, la puerta parece muy resistente, si pudiera adivinar diría que es de acero reforzado —le informo a "Finlandia", escuchando un pequeño "wow" desde la otra línea.
— De acuerdo, más tarde te pediré más indicaciones, avísanos a cualquier cambio, Finlandia fuera —y con una risilla a modo de despedida, le corto.
Emil suspiro como por décima vez esa noche, observando las pantallas con aburrimiento. Recargo su mejilla en una de sus manos, mientras divisaba en la "Cámara 1", a dos individuos entrando al lugar por una de las vías de ventilación. Ambos sujetos vestidos de negro, a excepción de que, el que parecía ser más bajo, traía una extraña cabeza de conejo rosado.
— Tino, sé que te gustan las cosas tiernas, pero existen límites —se dijo a sí mismo el de cabello rubio platinado. Ambas figuras avanzaron por los pasillos perdiéndose entre las cámaras, mas al mismo tiempo, vio pasar a otra figura por una de las cámaras de la entrada, esta estaba golpeado brutalmente a unos sujetos...con un destapada caños — Mathias en qué demonios estabas pen-... ¡OUCH! ¡Eso le debió doler! —cerro los ojos con fuerza, al ver como el mencionado Mathias, aporreaba guardias desprevenidos con un destapa caños como si de un hacha se tratase.
Se recargo en la silla giratoria en la que estaba sentado, estirándose y casi pudriéndose en ella, aburrido. Miro hacia un lado y vio a un sujeto apoyado en la pared, inconsciente, amarrado y con la nariz rota. ¡Oh! pobre guardia de seguridad. Pensó con sarcasmo. Al otro lado, sentada junto a él, tenía una muñeca inflable.
Una puta muñeca inflable.
La miro arrugando la nariz.
Recordó que al llegar ahí y bajar por las vías de ventilación, su hermano Lukas había noqueado al guardia, para que así, Emil pudiera tener la sala de control para él solo. Después de aquello Lukas volvió a las vías y Mathias, el no-se-que-somos-pero-no-somos-novios, de Lukas, le dejo una muñeca inflable para que no se sintiera "solo".
¿¡Por qué una puta muñeca inflable!?
Más importante aún.
¿¡Por qué se sentiría solo!?
Ellos no estaban tan lejos de su posición y estaba más que seguro que Lukas le tenía un ojo encima.
Volvió a pensar en la vida normal que pudo haber tenido.
Y después recordó que era parte de uno de los grupos terroristas más buscados del país y se le paso. ¿Quién quería una vida normal?
Pfffff, no, el no.
Que va, ¡Si la vida de un terrorista era muy divertida!
Naces, creces, te sublevas contra tu país, te haces terrorista y mueres posiblemente, a tiros, por las autoridades del país como la mayor parte de tus "colegas". Ya saben, lo normal.
Regresó su mirada hacia las cámaras de seguridad y vio que ahora su hermano, quien traía unos lentes de broma, rompía un par de cámaras de seguridad. La acción le sorprendió un poco, pero luego vio el chico le hacían un par de señas para que pusiera atención a su comunicador.
— Is, cuando todo esté listo debes borrar todas las grabaciones. Te daremos 3 minutos desde que escuches la señal y luego romperemos las cámaras ¿De acuerdo? —le explicó una voz monótona desde su comunicador. Emil no pudo más que abrir los ojos, espantando por semejante plan.
— Lu- ¡Noruega! —se corrigió— ¡Solo en 3 minutos, es imposible!
— Islandia, sabes que te daría más tiempo, pero el "Objeto A", es demasiado valioso para el gobierno y estoy seguro de que nos tendrán en la mira exactamente cuándo pueda sacar el objeto de la habitación —se oyó un suspiro. Tenía un buen punto— Sé que puedes hacerlo, eres muy bueno con la tecnología. —el de ojos violetas apretó los labios— Y no me hagas recordar lo que hiciste con tu amigo el chino en una biblioteca abandonada.
Emil se puso pálido.
— ¡No, no, no, no, ni se te ocurra, jamás en tu vida! ¡No lo digas y no me lo recuerdes maldito desgraciado!
¡Qué vergüenza!
Ese incidente debía quedarse entre el, su amigo del barrio bajo y su hermano.
— Entonces cuento contigo.
— Pero Nor-
Le corto.
Desgraciado.
Soltó un gruñido de resignación y volvió a recargarse en la silla con pesadez, cruzándose de brazos con el ceño fruncido.
Emil era muy bueno con la tecnología, podía descifrar códigos, robar información altamente secreta, había alterado algunas cuentas bancarias, celulares, computadoras y cámaras de seguridad, todo sin dejar ni una huella de que alguna vez una mente maestra, que no era más que un niño de dieciséis años, había pasado por allí. Esa era la principal razón por la cual Lukas le dejaba estar en esta banda de terroristas en la que estaban metidos él, su hermano y sus amigos.
O como a Tino le gustaba llamarles.
Kasaamista.
No iba especificar el porqué de ese nombre tan raro, su amigo fines jamás fue bueno con los nombres.
Kasaamista era una banda terrorista, cuyo objetivo era derribar a un gobierno que oprimía las mentes de los jóvenes. Eran conocidos por haber logrado la mayoría de las cosas que se proponían y por sobre todo, hacerlas de maneras tan extrañas que las autoridades jamás esperaban que hicieran tal cosa.
Usaban nombres en clave para identificarse, ya sea entre misiones o en encuentros con otras bandas o contactos. Era mera precaución, ninguno debía nombrarse por teléfono o correos, a menos a que usaran sus cosas personales, ya que si por casualidad alguno del gobierno descubría sus nombres estaban más que muertos.
Los miembros de Kasaamista se identificaban por traer objetos extraños a sus misiones, como la cabeza de conejo de Tino, los lentes de broma de Lukas o la muñeca inflable de Emil. Pero de alguna manera siempre se salían con la suya y de una manera muy divertida si podía agregar.
Todos tenían una función en este equipo tan extraño.
Sus ojos violetas iban de arriba hacia abajo, analizando las pantallas con agilidad.
Sonrió.
Realmente, ¿Quién necesitaba una vida normal? En este país tan destruido y corrompido, prefería mil veces un poco de adrenalina en su sistema a un aburrido uniforme escolar gris, en un lugar donde sabia, jamás le prestarían atención. No como lo hacían en el bajo mundo.
Después de todo, él era el hacker del equipo.
En una de las pantallas, se veía a un chico de cabellos rebeldes y rubios, riendo como si no hubiera un mañana, con un destapa caños en la mano. Este, estaba sentando arriba de varios guardias de seguridad, con los cuales había trapeado el suelo hacia unos minutos.
— ¡Son todos tan aburridos! —soltó, mientras mascaba un poco de goma de mascar de color azul— ¿¡Hey como van por allá!? —grito hacia donde se hallaban sus demás compañeros.
Mathias era la fuerza la bruta.
En otra de las pantallas se veían dos sujetos mas, uno era el que traía la cabeza de conejo en sus manos, que ahora la colocaba frente a la puerta que Emil creía, era de acero. Mientras, el segundo de ellos, hablaba a través de su teléfono con una sonrisa.
— ¿Quieres que mande el vehículo ahora, aru? —hablo una voz con un marcado acento chino, desde el teléfono del rubio.
— Um…dame un segundo —Tino se giró, tapando el celular con su mano— ¿Ya está lista?
El más alto y de mirada seria, se puso una pecera en la cabeza, levantando un aparato cuadrado con un botón rojo en el centro, presionándolo en señal de respuesta.
Se escuchó un horrible estruendo, que hasta Emil lo sintió desde la cabina de seguridad, sobresaltándose en el acto.
La puerta había desaparecido completamente, tanto que no había quedado más que una pequeña marca negra en el suelo y algo de humo donde explotó la bomba.
El rubio de ojos violetas se sacó un par de tapones de los oídos.
— ¡Bien hecho Su~!— el sueco le respondió con un simple movimiento de cabeza, mas por dentro, estaba bastante feliz del resultado. El más bajo atendió el teléfono nuevamente— Como te decía China, ya puedes mandarlo ahora~ —corto mientras miraba el buen trabajo hecho por su compañero.
Berwald era los artilugios y Tino era los contactos.
Emil quito su vista del teclado y volvió a mirar las cámaras, pues algunas cámaras más habían sido estropeadas. Pronto, vio como una figura delgada se acercaba a la posición de Tino y Berwald.
— Muy bien Noru, todo despejado —el mencionado miro a una de las cámaras y le hizo una señal de aprobación.
El rubio, que utilizaba esos lentes de broma con una nariz y un bigote falso, camino hasta la caja y observo "El objeto A" que se mantenía sobre el pedestal, intacto.
— Dinamarca, ve con Is en este minuto —demando el rubio mirando por el rabillo del ojo al mencionado.
A Mathias no le gustaba seguir órdenes que no fueran las suyas, pero sabía que todo lo que decía Noruega era por mera precaución. Lo conocía y sabía que ese chico de fríos ojos azules siempre tenía todo calculado. Por lo que no le quedó más que encogerse de hombros e ir con el hermano de su "mejor amigo".
Este era Lukas, el cerebro de la operación. El líder. Su hermano.
El islandés pensó que si no fuera por los planes y la inteligencia de su hermano mayor, este equipo se pudo haber ido a la ruina hacía mucho tiempo atrás. Solo había que pensarlo un poco, Mathias era muy impulsivo, Berwald muy introvertido, a Tino le gustaba batir la lengua y él era solo un mocoso.
Obviamente, jamás le diría que era una gran líder. Estaba fuera de sus límites el elogiar y subirle el ego a su molesto hermano mayor.
Mientras el noruego sacaba el objeto de la caja con cuidado, Emil ya estaba borrando cada video que captaron las cámaras esa noche, e incluso, quito la tarjeta de memoria de las cámaras y la guardo en su pantalón, para que las caramas ya rotas no fueran utilizadas en su contra.
Justo cuando logro su cometido, las cámaras de seguridad se apagaron de golpe.
El joven islandés se sobre-salto. No supo porque, pero su vista automáticamente, se desvió hacia donde debería estar ese hombre amarrado y golpeado. Pero no estaba.
Se paró rápidamente de la silla, temblando, inmerso en la oscuridad.
No sabía qué hacer, Emil no estaba hecho para pelear, si había tomado algunas clases de defensa personal con Mathias, pero en la oscuridad no creía que le sirvieran demasiado. Él era más como un "curandero en un juego de rol", tiene bajo HP, pero es importante para el grupo y debe ser cuidado a toda costa.
Pronto se escuchó un ruido.
Un jadeo.
Y seguido, un golpe seco.
La puerta de la sala fue rápidamente abierta, dejando al recién llegado confundido.
Mathias apunto con la linterna de su celular y vio lo que nunca pensó.
— ¡Muere, muere, muere, muere! ¡Muere, mierda, muere!
Ver a Emil aporreando a un guardia de seguridad, quien pedía piedad, con una muñeca inflable.
Mathias se echó a reír en la puerta. El de ojos violetas se dio cuenta de su presencia y con la respiración agitada dejo la muñeca en el suelo.
Los demás también fueron hasta donde ellos, pues la risa de Mathias se escuchaba por todo el lugar. Lukas y Berwald le regañaron por ser muy ruidoso, Tino miro a Emil inspeccionando que estuviera bien, más que nada había sido el susto.
El guardia de seguridad, mientras tanto, les miraba con los ojos como platos. Los demás se dieron cuenta de su presencia y este, los apunto nervioso.
— U-u-u-ustedes s-s-son…
— ¡Oh! Hola extraño desconocido, al parecer le has causado un gran susto a nuestro pequeño amigo —Tino le sonreía de manera tranquilizante, casi amistoso.
— ¡USTEDES SON LOS KASAAMISTA! —grito, apuntándolos con un dedo acusador, pero el brillo de un arma contra su cien le dejó mudo, antes de que pudiera gritar algo más.
Berwald le estaba apuntando con un revolver.
— Veras~ Ya viste nuestras identidades y lamentablemente…no podemos dejarte vivir —comenzó Finlandia, el hombre se puso aún más nervioso que antes — Pero nosotros no somos tannnn crueles…
El hombre suspiro de alivio.
— ¡Solo te vamos a torturar hasta que lo olvides! —grito Tino en tono cantarín, mientras Mathias y Berwald conducían al hombre a la silla donde Emil se sentaba antes. El guardia seguía insistiendo, exigiendo que le soltaran o llamaría a los refuerzos— ¡Joo! deberías estar agradecido de que no somos La cosa Nostra. Romano no tendría un ápice de piedad contigo si haces llorar a su hermanito~
El hombre le miro con los ojos como platos.
— Yo creo que el BFT lo humillarían y lo pondrían en las pantallas gigantes de la ciudad —comentó Berwald, con su marcado acento sueco, sujetando al guardia a la silla— En vivo.
Comenzó a temblar de miedo.
— ¿¡De que hablas!? Los de la Mafia Rusa, lo descuartizarían ¡Y se lo llevarían a sus familiares en forma de pastel de carne! Esos sujetos son sádicos —replico Dinamarca, con naturalidad.
¿¡Mafia Rusa!? ¿¡Harían que su familia se lo comiera!?
— El Barrio chino lo haría volar en mil pedazos —pensó Emil en voz alta, con una mano en la barbilla— Y luego podrían sus restos en un nuevo platillo del menú…
Ok, ahora quería llorar.
— Ya es suficiente —Lukas se acercó al guardia quien lo miro con las pupilas contraídas. Los ojos del nórdico eran como unas frías cuchillas— Tienes suerte de que no sea el jefe de alguna otra zona, no gusto de mancharme las manos.
— U-u-usted es muy a-a-a-
El hombre cortó sus palabras al ver la siniestra sonrisa que le dedicaban todos los miembros del grupo, a excepción del líder.
— Debes saber que si hubiera sido un asesino independiente como Inglaterra, y que si no tuviera un grupo como las otras bandas y mafias…no estarías vivo ahora.
.
.
.
"En últimas noticias, el gran museo del gobernante Czar, fue robado por la noche, llevándose una de las piezas más importantes del museo. La pieza robada era nada más ni nada menos que una cámara instantánea.
Mientras que un hombre de cuarenta y cinco 45 años, guardia de seguridad del museo, fue encontrado en pésimas condiciones esta mañana. Estaba semi-desnudo, con una pecera en la cabeza, un destapa caños en la boca y con mucho rayones hecho con marcadores permanentes de diversos colores.
Cuando le preguntamos qué había pasado, él dijo no recordar nada de lo que ocurrió en la noche del robo.
La policía aún sigue investigando el caso, pero parece que quienes lo han hecho no han dejado huellas. Se sospecha que por algunas evidencias, la banda terrorista, Kasaamista, podría estar implicada.
Lo más sorprendente en este caso, es que el sujeto en cuestión, fue atado a una silla con una muñeca inflable."
Ok, admito que no voy a superar el ver a Emil con una muñeca inflable XD
¿Para que querrían una cámara instantánea?~~~
Esta historia la irán descubriendo de apoco, por lo que si hay cosas que no entienden ahora, serán explicadas mas adelante~
Bueno espero que les gustara, si hay algún personaje que desean ver, pueden decirme, no importa si son los miembros del "Kasaamista" o no (Por que ellos aparecen por obligación) Tengo algo para todos asi que todo lo tengo bajo control!
Acepto todos los tomates, las hachas, los malos comentarios, las criticas constructivas etc.
¡Gracias por leer!
