Fanfic-Forbidden ~No cierres los ojos a lo que quieres sentir~ Maya: Lo amo. Puede hacer lo que quiera conmigo, a estas alturas, sin importar lo que sea lo seguiré amando. -Lochan...-susurré acariciando su cabello, viéndolo tendido a mi lado, tan inocente, tan perfecto...-Te amo No se si me escuchó, puesto que estaba profundamente dormido, se nota que la actividad de recién lo había fatigado, y a mi también, sólo que seguía demasiado emocionada y feliz como para dormir. Mi hermano...no, el amor de mi vida, el ser más perfecto de este mundo acaba de convertirme en mujer, y no podría agradecérselo lo suficiente en todo lo que me queda de vida. Decidí que quería que tuviera un dulce despertar luego del más dulce sueño, así que bajé a la cocina y empecé a prepararle una merienda y café para cuando despertara. Lochan: No recuerdo cuándo me quedé dormido, sólo recuerdo que la hora anterior fue la mejor de mi vida. La amo, la amo tanto... No soportaría mi vida sin ella... Y hablando de ella, donde esta? Giro mi cabeza para encontrarme con una habitación abandonada, en la que sólo penetraba un pequeño rayo de sol proveniente de la ventana de Maya. -Maya...?-susurro adormecido. Mi mano busca a tientas mi celular para ver la hora, y me encuentro con un trozo de papel: Querido Lochie, he bajado a prepararte una merienda, si es que decides levantarte antes de medianoche, dormilón (hahaha) estaré en la cocina. Siempre tuya, Maya. Dios, acaso puede ser más perfecta? A veces siento que no la merezco. Corro a ponerme pantalones y bajo para encontrarla sentada frente al televisor con una taza humeante de café en las manos. -Willa ha llamado-dijo sin voltear la mirada- me temo que se cumplió lo que dije: estará en casa antes del anochecer-sonrió. -A qué te refieres? -Le dio miedo al ver que no íbamos por ella, y le ha dicho a la madre del amigo de Tiff que no podría pasar jamás una noche sin nosotros, Lochie -Así que te llamaron y vienen para acá-dije derrotado. -Pues...si-dijo levantándose y acercándose a mi. Maya: Vaya sorpresa, en realidad llegué a tener la esperanza por un momento de que por fin tendría el fin de semana para nosotros... Eso claramente no será posible jamás con el estilo de vida que llevamos. Él se ve más derrotado que yo, y definitivamente no quiero que se sienta así. Me acerqué lentamente a el y lo besé, primero lenta y dulcemente, pero luego la pasión y el desenfreno se fueron adueñando de nosotros. -Te amo, Maya Whitely-susurró contra mis labios, sus manos rodeando mi cintura. - Te amaré por siempre, Lochie-sonreí en respuesta. Y vaya que lo amaba. Tal vez no nos sería fácil encontrar momentos como este tan a menudo, pero nos las arreglaríamos para ser felices, porque el sólo hecho de tenerlo cerca y saber que era mío y yo suya era suficiente para levantarme cada mañana y tener el mejor día de mi vida todos los días. Algún día los niños crecerán y dejarán de ser niños, y ahí es cuando podremos amarnos con desenfreno, empezando una vida nueva, no como hermanos, sino como los iguales, los amantes que nos hemos sentido durante toda nuestra vida.