He vuelto a hacer de las mias en este Fandom, bueno este one-shot esta basado en la ultima pagina del capitulo 198 de Skip Beat, Nakamura - sensei vuelve a dejarnos con toda la ansia habida y por haber. Por ello me dedico a destrozar sus capitulos con mi gran imaginacion e aquí esta el producto. Es bastante corto pero me agrado.
Tenía miedo, demasiado, estaba aterrada simplemente. Sus grandes ojos color miel seguían clavados en el rostro tranquilo de su sempai. Inconscientemente tembló, no podía ¡Por Dios! Eso debía ser imposible… Pero… la mirada tranquila y suave la reconfortaba. Dudosa elevo su mano a él y sus dedos intentaron alcanzarlo en una muda plegaria.
Él sonrió calmo, ese gesto no se parecía a ninguno que ella hubiese visto. Deseo retroceder pero era imposible ya estaba al filo del abismo, apenas y movió sus pies quedando su talones volando fuera de la segura tierra. Tembló aún más. ¿Y si él…? Se preguntaba constantemente Kyoko, dejo caer su mano con pesadez pero en una respuesta a su suplica Ren la cogió con delicadeza.
Una corriente atravesó desde la punta de sus dedos hasta el palpitante corazón que latía aprisa, casi creyó tener un ataque de taquicardia. Deseaba poder desaparecer, alejar esos sentimientos inocuos que alguna vez encerró pero ahora se libraban de tan viles cadenas llamadas odio, y como un manantial en pleno desierto emergían con una fuerza sorprendente.
Kyoko abrió la boca esperando que sus sentimientos se escaparan por ella, nada sucedió. Ren se acercó lentamente a ella, apreso con mayor fuerza la delicada mano de la chica esperando transmitirle algo de coraje y tranquilidad pero entre más se acercaba ella parecía retroceder un poco más. Llego el punto en el que él era quien la anclaba a la tierra.
Ella cerró sus ojos y con lentitud se deshizo del agarre de su sempai, ya había tomado una decisión, no sabía si era la correcta o era una completa estupidez pero esos eran los sentimientos de su corazón, al cual siempre había sido fiel.
Tsuruga la vio caer con aprehensión, sin dudarlo la siguió en su caída, no dejo de mirarla en ningún segundo y cuando ella abrió sus ojos llorosos él le sonrió y con los brazos abiertos la alcanzo apresándola en una abrazo casi asfixiante. Ella sollozo en su oído pero el enterró su rostro en el cuello de Kyoko esperando su final. Desearía tener alas como las tuvo Kuon cuando fue el príncipe de las hadas para ella.
Con temor dejo escapar esas palabras que fueron tabú desde el rechazo de Shotaro, como si fuera una plegaria se las canto al oído a Ren, quien la apretó contra su pecho. Ambos terminaron por caer, el sonido del agua fue lo único que indico el final de su caída. Ambos por fin habían aceptado lo obvio, quizá sería doloroso y extraño pero juntos podrían seguir actuando.
