Una más.

Al fin habían parado, sus respiraciones aun eran agitadas y la capa de sudor aun cabria su piel, la adrenalina y la tentación los había llevado a repetirlo mas veces de las que querían o creían poder resistir.

Se sujetaban el uno al otro mientras trataban de de acostumbrar sus respiraciones y el acelerado pulso de sus corazones.

— ¿Lo repetimos? — Preguntó él rubio con una sonrisa zorruna, característica de él, esperando la respuesta de su acompañante.

— Pero… estoy… muy… cansada — Respondió la de ocelos perlas tratando de recobrar el aliento.

— Vamos Hina, solo una más — Rogó nuevamente él de ojos azules.

— E-esta bien… s-solo una y ya — Exclamó en respuesta la de cabellos negros antes de retomar nuevamente lo que habían dejado.

— ¡Corre! — Gritó él niño después de haber tocado el timbre por veinteava vez en la misma casa y empezar a correr junto con la niña escapando de una muy molesta señora.