Disclaimer:
Todo personaje, lugar, poción, animal o hechizo que reconozcan no es mío.
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Vidas de Weasleys
I- Ron: Niño Maduro
-¡¡Hugo Weasley!!
Un estruendoso ruido se hizo escuchar en la casa de una joven familia, una mujer castaña entraba gritando a todo pulmón.
-¡¡Espero estés donde te dejé, mejor dicho, donde te dije que te quedaras!!
Continuaba su camino por las escaleras, mientras gritaba
-¡¡Ni siquiera pienses lo que te va a suceder si no te encuentro en tu habitación!!
Su hijo menor estaba castigado
-¡¡Y te digo que ni lo pienses, porque no te pasará lo que estas pensando!!
El camino hacia el cuarto de su hijo se hacía cada vez mas corto
-¡¡Te dije que no lo hicieras!! ¡¡Pero!! Me hiciste caso? ¡¡NO!! Te pareces tanto a tu padre…- agregó en un susurro- ¡¡Se lo diré a tu padre!!Y YA…!!- entró al cuarto de su hijo y allí, como había supuesto, no estaba el niño. Merlín sabía que había hecho de todo para aguantarlo, pero como bien había dicho: se parecía demasiado a su padre. No empezó a gritar, se había percato de cierta circunstancia. No había nadie en su casa, ni la pequeña y obediente Rose, ni el también pequeño y travieso Hugo. Ni siquiera, su esposo.
El cuarto de su hijo estaba completamente desordenado, y no es que su bebé sea el niño mas ordenado que ella hubiera visto, pero lo había hecho ordenar ayer, AYER, y no pensó que él fuera tan tonto como para desordenarlo tan rápido, pues sabía que su madre lo haría ordenar otra vez, y eso, no era del gusto de Hugo Weasley. Lo meditó un poco era un niño de 7 años, no podría salir solo de la casa. Aparte, había que contar el hecho de que Rosie no lo dejaría salir. Y su marido ya debería haber llegado hace mucho. Corrió hasta el teléfono muggle que había en su habitación y rogó que Ron haya recordado llevar su teléfono celular (agradeció a Merlín haber hecho tan inteligentes a los muggles). Marcó rápidamente y escuchó el común sonido en su oído, esperó un minuto, dos, tres. Iba a colgar cuando…
- Si?- escuchó la divertida voz de su esposo y mucho ruido en el otro lado del auricular, junto con voces de niños…
- ¡¡Ron!! ¿Dónde estas? ¡¡MIS hijos están desaparecidos!! ¡¡Te dije que llegaras temprano!! ¡¡Y tu…!! ¡¡Aún no estas AQUÍ!! ¡¡Si algo le pasa a mis hijos, Ronald…!!
- Calma Hermione, estoy en el Callejón Diagon, nuestros hijos están conmigo y si llegué temprano…-
- Ah… Pues… BIEN!- estaba bloqueada su esposo había sido acusado por ella antes de haber cometido el delito
- Iremos en un rato…- y sin despedirse cortó la comunicación
- ¿Qué se cree?- le preguntó al teléfono
Dos horas y 45 minutos exactamente, Hermione Weasley había estado sentada en el sillón de su sala, con la mirada más aterradora que jamás había tenido. Se las iba a ver con Ron, se suponía que Hugo estaba castigado, por cierto problemilla que había causado en el jardín de una vecina, Ron debería estar cuidándolos y no llevándolos a pasear, y sin siquiera avisarle (¿Qué le costaba llamar?), y Rosie, no, Rosie no había hecho nada malo, ella era la víctima de su padre y hermano.
Escuchó el ruido de llaves al otro lado de la puerta, se sentó mejor y cambió el semblante. La puerta se abrió y tres cabezas pelirrojas se adentraron en la casa.
- ¡Mami!- la pequeña Rosie fue corriendo a los brazos de su madre, quién la abrazó y besó en la mejilla cariñosamente. En cambio, su hijo menor y su esposo estaban parados detrás de un mueble
- Y ustedes… ¿no piensan saludar?- preguntó, mirándolos extrañamente
- Hola mamá- saludó tímidamente Hugo, sin moverse de su lugar
- Hola Hermione – dijo secamente Ron
Hermione empezó a acariciar el pelirrojo cabello de su hija…
- Creo, haberte dicho, Hugo… Que no podías salir de tu habitación…
- Yo… mamá…- el pequeño estaba nervioso y Hermione lo había notado
- Porque estas castigado…- continuó hablando y acariciando a su hija, quién se cansó de estar allí y salió corriendo hacia la cocina - Lo sabías, Ron? Que Hugo está castigado? - preguntó mirando a su esposo
- Lo sabía, Hermione – contestó sin inmutarse
- ¡¡Lo sabías!!- se escandalizó la joven – Y … aún así lo llevaste a pasear, eh? Que bonito…- dijo aplaudiendo como maniática – Sabías, también, por qué lo castigué?- había dejado de aplaudir y hablaba extrañamente
- Lo sé -
- ¡¡Rompió las estatuas del jardín de la Sra. Parker!!- gritó - ¡¡Le dije que no lo hiciera!! – se levantó - ¡¡Pero no me hizo caso!!- apuntó con su dedo índice a su hijo, levantó la vista para ver al pelirrojo mayor y escuchar su respuesta
- Él no lo hizo…-
-¿Qué? –
- Él no lo hizo, Hermione – habló decidido, sorprendiéndose a sí mismo y a su hijo que lo miraba como si estuviera loco
- ¿Y cómo lo sabes?- preguntó
- Él me lo dijo – respondió simplemente, su hijo seguía mirándolo
- Tú… le creíste? -
- Sí, es mi hijo y le creo, ante todos – estaba seguro de lo que decía pero no sabía que pasaría después de eso
- Ron, ¡él lo hizo la Sra. Parker, me lo dijo! ¡Lo vio hacerlo!-
- ¡La Sra. Parker vio lo que quiso ver!- contestó
- ¿Qué quieres decir?
- ¡Que la Sra. Parker vio que Hugo estaba levantando la estatua! ¡No que la estaba rompiendo! ¡Él estaba tratando de repararlo!
-¡Pero… ella vio…-
-¡Ella vio que la estaba levantando, pero no porque él quería componer lo que había hecho, sino trataba de ayudar, Hermione!
- Yo… Hugo no me dijo nada…- respondió con sus ojos mirando al piso
- Te lo dije, mamá – habló Hugo, quién había estado de espectador viendo cómo su futuro se debatía entre ser el acusado o el inocente del delito – Pero… tu no me escuchaste… tu escuchabas a la Sra. esa… - la castaña se avergonzó de sí misma
- Hugo, hijo, perdóname… Yo…- dijo acercándose al niño
- Está bien, mamá, no hay problema – Rosie había regresado con un tarro de galletas de vidrio abrazado a su estómago, y veía sorprendida la escena, Hugo caminó hasta su hermana y empezó a tratar de abrir el tarro
- Ron… - empezó la castaña
El joven la miró lentamente y se apresuró en ir a ayudar a sus hijos con el trabajo de abrir el tarro de galletas, que aún sostenía Rose
- Ron… - repitió- Yo… disculpa…- corrió a abrazar a su marido por la cintura y recostar su cabeza en la espalda de él con delicadeza
Él se volteó y la miró directamente a los ojos, Rose y Hugo habían empezado a comer las galletas del tarro, que había sido abierto por su padre
- Ya está, Hermione, olvídalo…- dijo sin darle mucha importancia
- No puedo olvidarlo, cómo he podido ser tan tonta, no puedo creerlo, todo este alboroto por culpa de una vieja que no sale a la hora adecuada para ver cómo pasan las cosas…- Ron rió ante este comentario- Claro que admiro que ya sepas cómo cuidar a los niños, pero… de igual manera pienso que estuvo muy mal que sacaras a Hugo de casa…- Ron movió la cabeza confundido por el gesto reprobatorio de su mujer- porque se suponía que lo había castigado… entonces pensará que yo no tengo autoridad y… -
- Herm… - intentó interrumpirla – Herm…- la chica continuaba su monólogo- ¡¡HERMIONE!!-
Rose soltó el tarro asustada por el grito de su padre, y se agachó para empezar a recoger los restos, Ron dio un vistazo a la castaña y se volteó para ayudar a su hija, Hugo seguía concentrado comiendo su galleta y Hermione se había quedado con la palabra en la boca, la pequeña pelirroja rozó su flacucho dedo con un vidrio y…
- Ahhhhh! ¡¡MI DEDITOOOOOOOOO!!- gritó escandalosamente y bajó la mirada para ver en qué estado se encontraba su, ahora, herido dedo- AHHHHHHHH! ¡¡SANGREEEEEE!!
- AHHHHHHHH!- Ron había lanzado tal grito que su hija por un minuto olvidó que se estaba, según ella, desangrando- ROSIEEEE!!- se apresuró en coger delicadamente y como si fuera la peor peste del mundo, el dedo de su hija-
- RON! Deja de asustar a la niña- Hermione había entrado al rescate
- Cierto, no te asustes Rose… solo es un poquito de sangre, nada más- pero cuando levantó la pequeña mano de la pelirroja, casi se desmaya
- Ven, Rosie- la guió Hermione hasta la cocina dónde empezó a limpiar el pequeño dedo de la niña, quién parecía divertida por el comportamiento de su padre.
Las vidas de Hermione y Ron habían cambiado demasiado desde que su ángel y su demonio, o sea Rose y Hugo, habían llegado a revolucionar su ya fuera de lo común relación. La pequeña Rosie con 8 años era una "Hermione pelirroja" según todo el que la conociera. En cambio, Hugo era el polo opuesto de Rose. Hugo era el lado travieso de la vida de Rose. Con sus 6 años Hugo había hecho todo lo que Hermione no había hecho en 30 años, desde cambiar de color al perro de su vecina, accidentalmente por supuesto, hasta tirar un estante lleno de libros el quíntuplo que él. Hermione había demorado 4 meses en volver a acomodarlo como había estado antes. Ron amaba a sus hijos, eran todo para él. Podía estar de malhumor, pero sabía que ellos podían sacarle una sonrisa sin mover ni un dedo. Rose era su hijita pequeña y se había prometido no dejarla crecer más de lo debido. Hugo era, muchas veces, su compañero de travesuras. Porque Ron Weasley no era un adulto en todo el sentido de la palabra. Aún conservaba su corazón de niño.
- Ten cuidado, Hermione, no quiero que Rosie se quede sin dedo- dijo Ron entrando a la cocina seguido de Hugo
- No la dejaré sin dedo, Ron- contestó la castaña- Sólo se lo vendaré para que deje de sangrar, eres demasiado exagerado…
- Aún así, me quieres… ¿no?- preguntó divertido
- No, no te quiero- respondió, mientras vendaba el dedo de su hija
- Ahhh… Claroooo… Me amas… ¿Lo ves, Hugo?- se dirigió al pequeño que lo miraba con sus ojos azules- Soy irresistible…
La joven bufó
- Has arruinado una escena que PUDO ser romántica, aún eres un niño- concluyó
- Lo sé, aún lo soy. Y, ¡Me gusta!- rió - No quiero ser de esos padres que prohíben una cosa y otra a sus hijos, que a sus hijas no les permiten estar con uno y otro chico, no les dan confianza y luego…- recayó en sus palabras: "chico", "hija", ¡Rosie!- Bueeno- balbuceó- Rosie tendrá novio cuando YO lo decida…-
- ¿Y la confianza?- preguntó sarcástica
- En algunos casos, MUY especiales, como éste, se puede dejar de lado, un poco…
- Que bueno, que Rose aún no entiende lo que dices, porque…
- Porque sino estaría de acuerdo conmigo…
- ¡JÁ! No lo creo- exclamó negando con la cabeza
- Dejemos de hablar de eso, ella es pequeña aún, no conoce a los chicos, así que no le gustan-
- Sí los conozco- reconoció la pelirroja, Ron la miró sorprendido- Son como Hugo, ¿no?- preguntó
- Sí, Rose. Son parecidos a tu hermano- aclaró Hermione
- Entonces, papá tiene razón… ¡No me gustan!- dijo mirando con algo de desdén a su hermano, quién miraba la escena sin entender qué decían.
Ron abrazó a su hija y la cargó en sus brazos
- ¿Te das cuenta? ¡Tenía razón! A mi pequeña y linda Rosie no le gustan los tontos chicos, sin ofender al presente, por supuesto- agregó dirigiéndose a su único hijo varón-
- Es porque aún no es lo suficientemente grande para saber lo que significa lo que has dicho. Acaso, Ginny tuvo novio a los 8 años? No que yo sepa, así que…-
- No me mates la ilusión, ¡Hermione!- recriminó Ron
- Yo sólo digo…
- ¡BIEN! Ya entendí, pero, por lo menos, por ahora aún es mi linda princesa…- caminó hasta la sala y Hermione lo siguió al lado de Hugo. Su familia era pequeña, muy diferente a su casa, que era al extremo grande. Ron seguía siendo un niño, de eso estaba segura, pero como él había dicho: así, lo amaba. Era un niño que había madurado con todo lo que sufrió y perdió durante su vida.
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lfdesireépv. )
Espero que les guste. ¡Dejen reviews! ¿Si? Para ver si continuo o no.
