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Capítulo 1: Estrellas descoloridas

Arco argumental 1: Una nueva historia

¿Cuántas estrellas hay? Nadie sabe, es imposible saber cuántas estrellas hay exactamente, pues son tantas, que simplemente es imposible contarlas. La vida en el Cosmos es intensa, hay tantas constelaciones, que podría pasarme horas hablando sin descanso de ello, pero para mi desgracia, hay una historia que contar, una historia que presenta una línea distópica en el tiempo, una forma diferente de ver cómo hubiera sido nuestra historia...

Terminando la narrativa, muchos haces carmesíes de pura energía sonora comenzaron a aparecer y destruir las estrellas, mas estas no eran su objetivo, sino una estrella fugaz azul que intentaba huir: el FRANXX Delphinium, bajo un aspecto más majestuoso, pero con su blindaje destrozado. Delphinium intentaba huir de otro FRANXX, uno completamente oscuro y desconocido, que enseguida se dividió en dos, y usando un rifle de pulsos magnéticos negativos, dispararon un nuevo aluvión de balas energéticas, pero al fracasar todos los tiros, cambiaron de táctica y comenzaron a atacar físicamente. Delphinium esquivó magistralmente todos los ataques, pero eventualmente se descuidó y fue atrapada por la espalda.

- ¡Suéltame! – Protestó Delphinium mientras pataleaba para soltarse.

- ¡Hazlo! – Ordenó el enigmático FRANXX a su sombra.

- ¡Esto es el fin! ¡Resquebrajador de los Dioses! – Bramó la sombra imbuyendo su brazo izquierdo de pura energía, para seguidamente atacar a Delphinium, cuya cabeza fue completamente destruida por la magnitud del ataque...

Un "¡NOOO!" lleno de terror se escucha de pronto, y las estrellas son sustituidas por una habitación oculta por la noche.

- Aaaah... Aaaah... – Jadeó la dueña de esa habitación, cuyo cuerpo estaba sudando a mares del miedo experimentado – Solo ha sido una horrible pesadilla, pero era TAN real... – Dijo casi en susurros – Apenas son las tres y cuatro de la madrugada, y me he desvelado...

Dicho de esa forma, se puso un albornoz blanco y unas zapatillas para irse hasta el comedor, donde notó que la lluvia y los vientos fuertes no cesaban, pero ella los ignoró para acomodarse en una silla.

- Cañas de pescar preparadas, botellas de agua para subsistir toda la semana listas, encargar a Zorome y Futoshi la tarea de verificar que las fuentes no se pudran... – Pensó repasando de manera sistemática la lista de tareas para mañana, y a medida que lo hacía, se fue calmando hasta recuperar la compostura – Tan solo ha sido una espantosa pesadilla, nada nuevo, pero es mejor que vuelva a la cama para descansar, no sea que alguien despierte, no me encuentre ahí y monte en pánico...

Y se hubiera ido, de no ser por algo que llamó poderosamente su atención.

- ...aunque quizá debería recoger ese cactus con patas y manos que está deambulando por las escaleras – Añadió de manera ladina al ver el susodicho cactus.

- Solo estaba de camino al desierto – Contestó el cactus como pudo, pues se llevó un buen susto.

- Zero Two... – Inquirió con un tono algo serio – Sé qué tramas. Quítate ya el disfraz.

- Mandona – Dijo Zero Two con cierto fastidio al quitarse el disfraz de cactus.

- *Suspiro* Deja de intentar vaciar la nevera, que aburre pillarte en el mismo plan – Argumentó la mandona con un poquito de frialdad, aunque había un toque ladino – Vuelve a la cama.

- Vaaale... Aunque tengo ganas de comer FRESAS – Respondió Zero Two poniéndose el disfraz para marcharse.

- No deambules disfrazada de Cactilio – Añadió la mandona agotada mentalmente – Luego tu cama es una trampa mortal por las espinas REALES que deja tu disfraz – Explicó, y aunque no hubo contestación, intuyó que Zero Two la hizo caso – Desde que estamos aislados, hemos conseguir llegar a unos términos más o menos buenos, pero desde que llegó ese tipo, nada parece lo de antes – Murmuró recordando algo – Si bien le tolero porque Papá y los demás aseguran que es un piloto sin parangón, y estamos todos encantados, en verdad yo sospecho de él, sabiendo que viene de los Nines, e intuyo que Zero Two también está tensa, de ahí sus incursiones nocturnas.

Sin perder el compás de su conversación consigo misma, comenzó su camino para regresar a la cama.

- Realmente puedo entenderla, o eso creo – Añadió casi en silencio – Su FRANXX ya es de por sí EXTRAÑO; poder pilotarlo sin necesidad de un Pistilo, alcanzar el Modo Estampida y Dama de Hierro voluntariamente e incluso aumentar su poder... Realmente fuera de serie – Resumió – Es un piloto ANORMAL y NUNCA será un Parásito oficial del Escuadrón 13, porque si resulta ser tan desagradable como los Nines, haré bien en guardar las distancias emocionalmente con él... Hasta que la verdad sea esclarecida.

Continuará...


¡Bienvenidas/os a mi primera incursión al fandom de DitF! Tal y como está especificado en mi perfil, subiré la historia de manera semanal cada Sábado, y sé que es Viernes, porque me moría de ganas por publicar el primer capítulo al menos, por lo que hasta la próxima semana no sabremos de qué hablan.

Pasando al episodio en sí... Quien sospeche que es Ichigo quien entra en escena, ha acertado; ella narra el comienzo y todo el capítulo se concentra en su reacción a la pesadilla, para la cual me he inspirado en el inicio de Saint Seiya: La Leyenda del Santuario. Sobre el Cactilio... Bueno, tan solo diré que habrá MUCHAS referencias (y no solo a Final Fantasy) que quizá saquen alguna risa, teniendo en cuenta que esta historia está pensada para tener tragedias a todo gas.

¿Qué preocupa a Ichigo, de qué habla, y porque Zero Two se ha disfrazado? Todo esto y más (o no) se verá el próximo Sábado. Dejar Reviews para conocer sus opiniones puede ayudarme a intentar probar otros estilos de narrativa, saber si estoy logrando entretener al público, etc...