Buenas, me llamo Marc y este es mi primer fanfiction. Aunque sea un novato, os prometo que está serie será bastante larga pero que vale la pena. Subiré un capitulo cada 15 dias. Pues con esta presentación, os dejo con una historia de unos jovenes detectives en su lucha por convertirse en los piratas más intrépidos del universo.

Capitulo 1: The new romance dawn.

Unos días antes…

-Señoras y señores, dentro de poco llegaremos llegaremos a Tokio, prepárense para recoger sus equipajes y desembarcar…

La voz que sonaba era de la megafonía del barco. Era un barco pesquero de poca importancia, pero lo suficientemente grande como para llevar a algunos inmigrantes de otros países a la gran capital japonesa sin pasar por los controles.

-Ahhh, Tokio… - decía una persona que iba con una capa con capucha que le tapaba parte de su cara, pero no su sonrisa de satisfacción.-Hacía tiempo que no volvía. Ahora que hemos vuelto tendré que comprarme los nuevos mangas, ovas de mis animes preferidos, figuras de colección, recetas de ramen… Ah, y por cierto, no te creas que te compraré tanta comida, que tengo que ahorrar, vale?

A quien se referia era a su compañero, también encapuchado. Aunque no se le podía ver bien se podía apreciar que era muy bajo, ya que media similarmente hasta la cintura de su amigo. No paraba de mirar hacia el puerto y las gaviotas que pasaban al lado del barco. Estaba un poco pensativo en aquel momento.

-Vaya…-decía el encapuchado alto,sorprendido- para que no pienses en la carne debe ser muy importante para ti.

-Después de tres años, por fin la volveremos a ver…-decía el bajito, con aire de optimismo y alegría.

-Bueno, aún no sabemos la reacción que tendrá, así que no te emociones tanto, mocoso.

Mientras, el bajito volvía a despistarse en sus motivos, para no recordar lo que le acababa de decir su amigo.

-Te estoy esperando,… Shiho!

Mientras, en la ciudad de Beika, en una gran casa blanca (y no me refiero, claro está, a la americana), situada en el distrito 2 del bloque 22, habían en su interior dos muchachos con el propietario de ese apartamento.

-Haibara, ya has encontrado alguna pista del APTX 4869?- le preguntaba un chico d años con chaqueta azul, pantalones cortos, pajarita i con unas gafas inconfundibles para los que lo conocían. Su nombre era Conan Edogawa.

-No, aún no, ya sabes que tenemos demasiada poca información sobre él y nos sería casi imposible encontrar la cura. Así que olvídate de tus citas con tu chica, Kudo-kun.

Quien le respondia tan antipáticamente era una chica de cabello corto y castaño, de ojos azules y con una bata blanca de medicina, que estaba leyendo una revista de moda para no escuchar al chico. Su nombre, como no, ya lo debéis saber: Ai Haibara.

-Pues si nos es tan difícil que recuperemos nuestros cuerpos originales, tendrías que investigar aún más.-decía Conan refunfuñado.

-Vamos, vamos- decía Hiroshi Agasa el hombre de las gafas orondo, que además llevaba otra bata de científico- Ai-kun trabaja muy duro todas las noches para encontrar el antídoto.

Mientras, sonaba el timbre de la puerta.

-Eso es cierto, gracias profesor. Y como casi no he dormido nada esta noche- contestaba Ai mientras iba a abrir la puerta- ahora quiero un poco de silencio y paz.

Pero cuando abrió la puerta…

-¡FELICIDADES, HAIBARA!- gritaban tres chicos con unos cuantos globos.

Y si pensabais que Ai iba a estar muy contenta i a sacar unas lagrimas o risas de felicidad… pues no. Estaba sorprendida, sí, pero con cara seria y apática, sin entender nada de lo que pasaba. Los tres niños estuvieron esperando 10 segundos quietos esperando su respuesta.

-Chicos,…¿Qué hacéis?- preguntaba Ai después de una larga espera- Si hoy no celebramos nada. No es mi cumpleaños.

-¿Se te ha olvidado un día como hoy?-preguntaba el chico regordete, llamado Genta Kojima.

-A ver si lo recuerdas…- le decía el chico largilucho con pecas llamado Mitsuhiko Tsubaraya.

-El que?-preguntava la ya refunfuñada Haibara.

-Es que, hoy…-le costaba decir a la chica de ojos azules y cabello marrón corto, la encantadora Ayumi Yoshida- ¡Hace un año que nos conocimos, Ai-chan!

-¿Y eso se debe celebrar? Chicos, que estoy agotada.

-Claro que sí, porque eres nuestra amiga- decía Ayumi.

-Dejadla, no es más que una persona solitaria y que odia divertirse- decía Conan atacándola verbalmente- nadie puede descifrar lo que siente en realidad.

-Ah sí, pues intenta resolverlo, Meitantei-san-replicava Haibara enfadada.

-Parad ya de pelearos-repetía Agasa otra vez-, parecéis el perro y el gato.

-Cual de los dos es el perro y el gato?- preguntaba incrédulamente Genta

-Es una expresión para decir que se llevan mal Genta, no que son unos animales- decía Mitsuhiko a su compañero que no entendia el significado.

-Aun así, Conan seria el perro y Ai la gatita dulce-contestaba Ayumi a la pregunta de su amigo.

Entonces, Ai mostró una risa de magnificiencia.

-Pues si soy tan aburrida, voy a mostrarle a ese niñato que me puedo divertir tanto como cualquiera. Venga, vamos a celebrarlo donde queráis.

-Yupi!-exclamaba Ayumi- podemos ir a ver la nueva actuación de Yaiba el enmascarado en el centro comercial. Asi que arréglate un poco, Ai-chan.

-Vale,vale -decia la pobre chica abrumada por los chicos.

-Bien, hoy será un gran dia!- exclamaban los tres pequeños.

-Hoy será un día superaburrido- exclamaba con resignación Conan.

Pero se equivocaría con lo que sucedería más adelante.

Entonces tuvo que llamar a la agencia de Kogoro Mouri para advertir de sus planes a la familia que le estaba cuidando en la ausencia de sus falsos padres.

-Y eso es todo, Ran-neechan- le acababa de contar a la dulce chica adolescente.

-Vale, diviértete tanto como quieras, pero ten cuidado- le procuraba Ran

-Sí!- exclamaba Conan, con un tono infantil que nadie creería quien es en realidad.

Cuando colgó, la chica fue a hablar con su padre.

-Oto-san, Conan-kun se irá a…

-Calla un momento, Ran – le paraba en seco Kogoro, el considerado mejor detective privado de todo Japón, que podía resolver cualquier crimen con una pose durmiente, la gran celebridad que cualquier chica desearía,… (Bueno, ahí nos hemos pasado con las mentiras), y le dijó:- Ahora estoy hablando con Keibu-dono, así que no molestes.

-Que pasa? Algún crimen o asesinato?- preguntaba curiosa Ran.

-No, nada de eso, ahora lárgate y déjame conversar.

-Bueno, vale. Solo que sepas que Conan se ha ido a celebrar una fiesta-le decía Ran enfadada por haberla apartado del tema.

-Y a mi que me importa lo que haga el cuatro ojos!

-Mouri-kun!- le replicava el inspector Megure-Que es algo serio!

-Ah, sí, perdona…-se disculpaba Kogoro

-Te quería comentar que, durante la última semana, hemos observado que ha habido varias fugas en diferentes centros penitenciarios de Japón, y han escapado varios presos.

-Y que tiene que ver eso conmigo?

-Pues que ninguno de los presos que han escapado tenían alguna relación de amistad o familiar entre ellos. La única coincidencia que hemos encontrado es que todos fueron capturados y encerrados gracias a tus deducciones.

-O-oye…-preguntaba Mouri asustado- no me digas que esto es un complot para asesinarme?

-No lo creo -le calmaba Megure- por lo que llevo del reconocimiento de los presos que se han fugado, muchos tenían una conducta ejemplar en prisión y sin incidentes.

-Uf,menos mal… Creía que podría morir-respiraba tranquilamente, sin dejar de preocuparse.

-Además, el FBI ya se ha puesto a investigar.

-El FBI!?-exclamaba sorprendido Mouri- Tan importante es esto?

-Bueno, es que es la forma en la que escaparon fue muy extraña.

-A que te refieres?

-No habia marcas de haber forzado cerraduras, ni paredes destrozadas, ni gente sospechosa. Ademas, cuando hemos preguntado a los prisioneros contiguos a las habitaciones de los fugados, han asegurado que vieron una luz azul y acto seguido, al darse la vuelta, habían desaparecido.

-Que desaparecieron? Es que están locos?

-En cualquier caso, es por eso que los hemos llamado, ya que los que lo han hecho no son gente normal. Deben de haber sido unos verdaderos profesionales bien adiestrados y con alguna técnica que no podemos confirmar. Así que estate alerta, porque pueden ser unos sujetos muy peligrosos.

Mientras, en las calles comerciales de Tokio, los dos encapuchados caminaban entre la multitud de gente, mientras sus tripas rugían esperando a algo de comer.

-Uahhhhh, que hambre…- se quejaba el bajito, sintiéndose cada vez más debilitado-No hemos comido por días. ¿Cuándo comeremos algo de carne?

-Te recuerdo que fuimos de polizones en un barco pesquero, salimos a toda prisa para que no nos encontrase la policía, recorrimos grandes distáncias y ya nos pulimos todo el dinero que llevábamos encima hace días - le explicaba su compañero, que también pasava por el mismo problema de tastar algo

-Es que mira que gastártelo en todo eso…-le comentaba el bajito al verle las bolsas llenas de artículos manga-anime.

-Pero si me gasté más dinero en comprarte la comida!-le regañaba el alto.

-Además, para ti el dinero no es ningún problema.

-Eso ya lo se, pero no podemos tener comodidades en todo momento. Tú tranquilo, que cuando la encontremos, nos hincharemos de comida

Entonces sacó una libreta y comenzó a hacer sus cálculos matemáticos:

-Calculando que hay más de 30 millones de habitantes en Tokio, pero está dividida en las ciudades de Beika i Haido, nos reduce el número aproximadamente a 20 millones de personas. Luego, si excluimos a los habitajes muy alejados del centro, nos deja unos quince millones. Además, con tanta gente, podemos saber si alguien la conoce o no preguntando. En resumidas cuentas, tendremos que buscar durante cinco o seis días sin parar. Así que prepárate, que nos costará mucho encontrarla.

-Ah mira, allí está.

-Que rapidez!-exclamaba el alto, cayéndose de culo por la simplicidad que la había encontrado su compañero, que no le había prestado ningún caso a sus increíbles teorías que al final no servían de nada.

Pero era verdad. Allí estaba, con una camisa violeta i otra interior negra, acompañada de sus amigos, al otro lado de la acera. Se podía percibir la buena atmosfera que emanaban, divirtiéndose mientras hablaban.

-Vamos!- decía el bajo excitado por haber encontrado el objetivo tan pronto.

-Quieto, pura sangre!- le decía el alto cogiéndolo de la capa-No podemos sorprenderla de esta manera, así que lo que haremos es observar y esperar el momento adecuado.

-Pero si está ahí! Además, ya quiero comer!

-Y yo también, pero aguántate!

Mientras discutían, en la otra acera, los chicos se estaban preparando para llegar al centro. Todos estaban muy emocionados y felices por llegar. Todos, menos una persona.

-Por qué pones esa cara?- le preguntaba Conan a Ai- Recuerda que estamos haciendo todo esto por ti.

-Bueno-le respondía Ai- es que en este último año, han sucedido muchas cosas, pero nada cambiará.

-A que te refieres?-preguntaba desconcertado.

-A que hemos estado haciendo bastantes progresos con la fórmula, e identificando a los miembros de la organicación. Pero, aún así, no creo que encontremos la fórmula definitiva. Además, aunque te hayas enfrentado muchas veces con ellos y les desenmascararas, no sabes cuales son sus ideas principales ni sus proyectos. Y cada vez, me preocupo de que no nos descubran o sinó, todas las personas que hemos estado en contacto morirán. Esto es como una bomba de relojería, que nunca sabes cuándo va a terminar y un paso en falso lo destruirá todo. Probablemente sea esta una de las últimas celebraciones en las que yo participé antes de que muera u os pierda. Así que no sé como sentirme.

-No hace falta que exageres- le calmaba Conan-Todos estamos seguros y muy pronto encontraremos la solución a todas las preguntas…

-Ojala…

-Qué?- preguntaba Conan

-Ojala terminase ya todo de una vez- le respondía Haibara llegando a un paso de cebra, el cual el semáforo estaba a punto de hacerse rojo.

Entonces, en la otra acera, los dos encapuchados aún seguían discutiendo, y el bajito aún era firme en su convicción.

-Da igual lo que me digas, voy a ir!- le decía el bajito, estando a punto de ir hacia el grupo.

-No, espe…

Pero de repente se quedaron quietos i mudos, ya que sentían algo. I no fueron los únicos en notarlo: Haibara también. Ella comenzó a estar quieta y asustada.

-Que es esta sensación?- se preguntaba a ella misma, atemorizada de que pudieran ser "ellos".

Pero podían ser. Era esa sensación de opresión, de inquietud, que podía notar solo ella y podía sentir la maldad que le hacía provocar ese tembleque.

-Tu también lo has notado?- le preguntaba alarmado el bajito

-Sí- le respondía el otro preocupado- Dejamé localizarlo.

Entonces cerró los ojos para localizarlo. Solo tardó cinco segundos.

-Ahí!-respondió- En la azotea del edificio blanco!

Era verdad. El edificio estaba lejos, pero se podía ver con mucho esmero la silueta negra i la luz que se reflejaba sobre el rifle.

-Va a por ella?- preguntaba alarmado el bajito.

-No, espera -le contestaba el alto, intentado adivinar a donde se dirigía el rifle i la posición del francotirador. Entonces se dio cuenta de algo mucho peor.

-Mierda, va a por Ayumi, la otra chica!-le alarmaba el alto.

Pero ya era demasiado tarde. El francotirador ya había disparado hacia ella.

700 metros

600 metros

500 metros

400 metros

300 metros

200 metros

Pero de repente…

-Cuidado!-le gritaba haibara a Ayumi, empujándola para que no recibiera el disparo.

Y lo consiguió. No le dio a Ayumi. Pero sí a ella.

I todo le pasó muy lento para Haibara. Vió que se estaba cayendo hacía la parte del transito.

-Que raro-decía su mente, que parecía ir más rápida que el movimiento-, no siento ningún dolor. Estoy inmóvil, pero no he sufrido herida alguna.

Entonces giró un poco de lo que podía girar en su estado la cabeza i vió que un camión estaba a punto de atropellarla. Pero no sentía miedo. En realidad, lo que sintió era satisfacción.

-Así que este es mi destino al final? Morir de esta manera. Creía que me matarían antes los hombres de negro, pero nunca pensé que me mataría un simple camión. Pero me alegro. Porque no los han podido descubrir. Ellos no merecen morir, En cambió, yo sí. fabriqué un veneno que acabó con muchas personas y lo dejé en manos de una organización criminal, además de mentir a mis mejores amigos. Lo único de lo que no me arrepiento es de haberlos conocido, ya que me cambiaron un poco mi vida. Hakase, Kojima-kun, espero que cuando me vaya os pongáis a adelgazar un poco; Tsuburaya-kun, espero que dejes de estar enamorado de mi i encuentres a una buena chica a quien cuidarla mejor que yo; Yoshida-san, espero que mantengas esa sonrisa tan pura durante tu vida; y Kudo-kun… bueno, tu harás caso omiso a mis prevenciones e irás a destruir la organización para recuperar todo lo que te quitaron. Pero te deseo la mejor de las suertes.

Lo decía mientras miraba la cara de angustia de todos sus amigos, que no podían creer que se fuera a ir para siempre.

-Ahora que lo pienso,… Me encontraré con Onee-san, Okaa-san y Otou-san allí. Tan mal final no será…-dijó ella cerrando los ojos al concluir su frase.

Y pareció que el tiempo volviera a la normalidad, y el camión pasó a toda velocidad en cuestión de segundos.

Pero no hubo nada de sangre. Ni cadáver.

Entonces Haibara abrió los ojos. Y lo vió. Vió cómo el bajito de los encapuchados la tenía cogida entre sus brazos y la había salvado de ser atropellada llevándola hasta la acera.

-Ya te perdí una vez. Y nunca más quiero volver a pasar por lo mismo.

Ella le vió sin decir algo.

-Por fin-siguió-, después de tres años, nos volvemos a ver, Shiho…

Y por culpa del viento, la capucha que le cubría la cara se cayó haciá abajo y reveló su rostro.

No era humano. Era cúbica, como si fuera un robot. Y parecía como si tuviera la apariencia de un niño.

Y así, una nueva historia tuvo comienzo.