Muchos de ustedes no me conocen. Soy recién llegada a la comunidad. Desde hace tiempo leo las historias pero hasta hace poco se me ocurrió comenzar a escribir algunas y (con ayuda de un amigo, Shiro Wolfram, a quien va dedicado este capítulo como agradecimiento).

Este fic se basa en la historia de un juego de computadora del mismo nombre. Al principio lo jugaba y me gustaba el juego pero hasta allí, Hasta hace poco no rondaba la idea por mi cabeza. Pero mientras jugaba el juego, al ver que los personajes principales tenían ciertas similitudes con los Teen Titans fue allí cuando se me ocurrió la idea de hacer un fic de ellos siguiendo la historia del juego.

Si alguien la lee y le gusta, aunque solo sean cinco las personas que siguen mi historia, con saber que a alguien le gusto escribir el fic habrá valido la pena.

ACLARACIÓN:

Aquí los Titanes no van a portar el nombre de Titanes.En el juego original los "titanes" eran los de la mitología griega, los padres de los dioses.


La serie"Teen Titans" y el juego de computadora "Age of Mithology" no me pertenecen. Al decir esto no violo ninguna ley de derechos de autor. Este fic esta escrito por diversión y sin fines de lucro.


PRÓLOGO:

Hubo un tiempo en que los dioses impusieron su voluntad en el mundo. Y antes de ellos los titanes, un grupo de seres que gobernaron con tiranía, conspirando entre sí para quitarse el poder.

Al principio fue Urano, quien le quitó el poder a la benevolente y piadosa Gea, madre naturaleza, convirtiendo al terreno de Grecia de un Edén a un infierno. Urano regía con puño de hierro. Pero el gusto no le duró mucho: años después, su hijo Cronos alentando a muchos titanes y humanos poderosos como los magos y los reyes, con un ejército de bestias poderosas, lucharon a su lado bajo la promesa de una vida mejor. Y tras una fiera batalla derrocó a Urano y lo desterró. Pero entonces, el supuesto Mesías reveló su verdadero rostro y no solo mantuvo la misma tiranía de Urano, sino que comenzó una casería para invadir los demás terrenos fuera de Grecia y capturar y matar a cada dios hasta derrocar a los otros dos panteones de dioses, nórdicos y egipcios. Y por miedo a que alguno de los hijos repitiera la larga tradición familiar de derrocar a su padre el encerró y devoró a sus hijos, a todos menos uno: Zeus, el hijo menor de Cronos, cuya existencia permaneció en la sombra por su madre Rea para evitar que el corriera la misma suerte que sus hermanos. Ayudado de una nueva generación de dioses y apoyado por los nórdicos logró derrocar a su padre, e instauró un nuevo orden, donde cada dios pudo velar por su pueblo. En lugares como la Grecia y la Atlántida, países hermanos adelantados a su tiempo, donde las antiguas ideas de la moral eran remplazadas por las ideas del cambio, de la razón y el pensamiento. O Egipto, aquella tierra africana donde la magia se combina con la realidad, donde los dioses son los verdaderos amos y señores, donde todo adquiere un sentimiento de mitología. O Midgard, en las tierras nórdicas donde los salvajes y las tribus compiten y la única ley verdadera es la ley de la supervivencia del más fuerte.

Por un largo periodo de tiempo pareció que la paz llegaba a las tierras que los dioses posteriores a los titanes dominaban.

Sin embargo, un titán decidió que era hora de ajustar cuentas pendientes...

Egipto...

La ciudad estaba en llamas. Las personas corrían despavoridas mientras los soldados resistían los ataques del ejército rival. Un faraón luchaba por mantener su poder y la moral de su ejército mientras una princesa traidora alentaba a sus soldados a destruir todo lo que se abría a su paso.

El ejército de la princesa desertora se dividió en dos bandos, uno para distraer al ejército y otro mayormente de máquinas demoledoras de asedio como catapultas. Tenían un objetivo: destruir el templo mayor de Osiris, el último obstáculo para derrotarlo a él y asegurar el poder tanto al dios Seth, el dios traidor, como a la princesa que le juró lealtad al demonio a cambio de poder, Komand, o Blackfire. Pero a pesar de los ataques sin tregua de las máquinas, el templo no sufría ni un rasguño, al contrario: las piedras gigantes se despedazaban al hacer impacto al igual que todos los proyectiles. Incluso parecía que se hacían pedazos antes de tocar a la torre. Y el fuego tampoco hizo mella, el templo en contraste con el resto de la gran ciudad estaba de pie tan imponente y magnifico como antes.

— ¡Resistan!

Y, en medio de todo eso, una jovencita pelirroja cuyas ropas estaban rasgadas y su cuerpo golpeado y maltrecho, corría desesperada en medio de la multitud tratando de llegar hacia el ejército del faraón, pues su vida dependía de ello.

— ¿Como que escapó?

—Lamento mucho decirlo, pero si, escapó.

— ¡Encuentren a Koriand'r rápido! Ella es lo único con lo que podemos chantajear a mi querido "padre"… ¡Además, sabe demasiado!

La princesa pelirroja, la que fue atrapada pocas horas antes para ser esclavizada y negociar con su vida al faraón, trataba de llegar al único lugar seguro que podía haber para ella: Solo ellos la iban a proteger, el otro ejército iba a esclavizarla. En solo tres horas aquella pobre princesa de solo dieciséis años había sido golpeada y violada. Sangraba, a veces perdía la conciencia... pero no podía rendirse, no ahora.

Mientras el asedio continuaba, y la ciudad sitiada no daba señas de querer rendirse...

Grecia.

Era un bosque tan tupido, tan... inhabitado, sobre todo en la zona de la cascada. Aparte de un hombre y un adolescente de quince años no había nadie allí, solo animales, árboles, rocas y plantas.

—No te preocupes Gar, yo sé lo que se siente.

El niño estaba llorando. Un grupo de cazadores lo confundió con una bestia y trataron de cazarlo. Pero cuando Pan salió a defenderlo estos huyeron. Y Pan llegó justo a tiempo, porque Garfield estaba a punto de ser atrapado.

Pobre dios Pan. Nació tan feo y tan deforme, que le fue negado su derecho como dios a permanecer en el Olimpo. Y, como si no fuera suficiente castigo, en su caída a la tierra se lastimo un pie y termino cojo de por vida, dándole otro toque a su aspecto extraño, por no decir demoníaco. Tenía toda la cara cubierta de cabello, orejas puntiagudas, dos pequeños cuernos detrás de las orejas, y una formidable cola de demonio. En eso de las orejas él y Garfield eran muy parecidos, podrían haber sido padre e hijo, pero Pan nunca se casó y mucho menos tuvo hijos. De hecho la madre de Logan era otra persona: Siringa, una ninfa parecida a Garfield: el era verde como ella (algo considerado encantador entre las Ninfas y las criaturas del bosque) sus orejas puntiagudas (otro rasgo característico de ellas) y un pequeño colmillo sobresaliendo de su boca. Pero para su desgracia un día hubo un incendio en el bosque en el cual falleció ella y algunas de sus hermanas cuando él tenía apenas cinco años de edad.

Aunque para su fortuna el fue encontrado por Pan quien al verlo, en cierto sentido parecido a él, se enterneció y decidió adoptarlo y criarlo como si fuera suyo. Pan era sin duda uno de los dioses más bondadosos que alguna vez existieron, y a pesar de tener apariencia de un ser vil y feroz era todo lo contrario: un buen amigo al que le gustaba jugar con los niños como Garfield y gastarle bromas pesadas a los aldeanos de las aldeas y pueblos cercanos al bosque, los cuales por miedo a Pan no se atrevían a adentrarse demasiado al bosque.

Pero a pesar de no ser violentos ambos estaban condenados a permanecer allí, porque por su aspecto la gente les tenía miedo. Y a pesar de ser un pícaro incorregible Pan sabía por experiencia propia que un día el miedo puede convertirse en odio y racismo, mezcla que puede llevar a sus víctimas hacia la muerte tanto de la carne como la del espíritu... la segunda y más dolorosa muerte.

Ahora, pasando a otro axioma, a otro tema relacionado con el ser, díganme ustedes que pueden meditar en ello al contrario de otros muchos que solo se dejan llevar por las apariencias… ¿qué define lo que es humano y lo que no es? ¿Será acaso la apariencia física o la emocional? ¿Una máquina puede ser humana? ¿Un inmortal también puede serlo, a pesar de burlar a la muerte, la única compañía perpetua de los hombres? ¿Qué hace que una persona cruce la línea entre lo considerado humano y lo considerado monstruoso?

Esas preguntas son las que definen la vida de él.

Un hombre mitad máquina mitad persona observaba la bahía en un risco de la isla que lo vio nacer, pero nunca lo vería morir. Este hombre (si es que esa es la palabra correcta para definirlo) tenía ya demasiados años de existencia sobre este mundo: aunque al verlo a primera vista uno pensaría que apenas tenía veinte años en realidad ya tenía poco más de cien. Una maldición con la que carga a cuestas, al igual que su soledad.

Quizá no es humano en el cuerpo: mediante la magia, después de un trágico accidente, fue reconstruido. Y si tampoco se es humano por tener el dudoso privilegio de la inmortalidad, entonces ahora sí el ya no tenía derecho a ser considerado verdaderamente humano. Pero sus sentimientos... esos eran quizá más humanos que los de todas las personas que alguna vez hayan vivido.

De pronto llegó otra persona. Por apariencia debe ser un centauro: es mitad caballo, mitad hombre. Tiene una larga cabellera gris, pero esta impecablemente arreglado, era muy sabio y si no fuera por tener del torso para abajo apariencia de caballo se pensaría que era todo un fino señor.

—Victor, tenemos que regresar a casa.

Ambos se levantaron y caminaron hasta llegar a una majestuosa mansión localizada en la colina más alta de la isla. El centauro, de nombre Quirón, era considerado por ser el más sabio de todos los de la isla y tener una extraña conexión y parentesco con los dioses como el gobernante y líder de Lolcos. Pero el habría cambiado eso por ser completamente humano, poder enamorarse y librarse de sus dolorosas responsabilidades.

Y eso es solo la punta del Iceberg de todo el sufrimiento al que se hicieron acreedores.

Midgard...

El cielo estaba oscuro, las nubes ennegrecidas, y el terreno manchado de sangre. Ese día estaba librándose una batalla tan sanguinaria que más bien pudo haber sido definida como carnicería. Decenas de hombres valientes luchaban y morían, en una pelea tan absurda como lo es la guerra entre compatriotas. Pero, en las tierras frías y heladas de Midgard, rara vez importaba. Solo la peor de las crisis tendría una posibilidad de poner de acuerdo a todos los clanes enemigos.

Sin embargo, a escondidas de los hombres, abrigadas por el refugio de la noche oscura y negra, en lo alto de los cielos, un grupo de muchachas observaban la batalla. Muchachas nada comunes por cierto: eran las valkirias, guerreras cuyo deber era observar las batallas y rescatar de ellas las almas de los mas bravos guerreros para llevarlas a una tierra sagrada, el Valhala, lugar donde los guerreros resucitados pero ahora inmortales entrenaban para servir a los dioses en caso de una nueva gran crisis, como un nuevo intento de conquista mundial por parte de algún otro titán o dios perverso.

La mayoría de las valkirias eran rubias, de ojos azules, montadas en caballos blancos con armaduras doradas y escudos tan brillantes que formaban un halo de luz resplandeciente en medio de la noche, lo que los humanos llamamos "aurora boreal". Todas ellas, sin excepción, eran hijas de los dioses nórdicos. Casi todas eran muy parecidas por ser hermanas: alegres, risueñas, femeninas, coquetas, distraídas, soñadoras... unas verdaderas princesas.

Aunque debo aclarar que cuando digo casi es porque en ese grupo había una valkiria muy diferente...

Primero, su apariencia: su pelo no era rubio, era violeta, sus ojos de ese mismo color, y su piel aún mas pálida que las del resto de las valkirias, además de que su caballo era negro y en vez de una brillante armadura portaba una capa negra cuya sombra cubría la mitad de su rostro provocando todavía más miedo, es más, si no fuera por su escudo brillo, nadie sospecharía siquiera que ella era una de ellas, más bien la confundirían con una bruja, o un cuervo. Quizá lo más destacable era su actitud: seria, sombría, independiente, aterradora, distante, indiferente… Por supuesto, no era totalmente aceptada por los demás.

—Mira a Raven, la verdad es que me da miedo.

—Ni sé que pudo ver en ella Odín como para ponerla como Valkiria.

—Es nuestra prima ¿Qué esperabas?

—Sí, lo sé, ¿pero no sabes quién es su padre?

—Precisamente es por eso que me da miedo.

Y quizá, la parte más aterradora de la vida de aquel cuervo era que su padre es el dios Loki, un dios tan malvado que provocó numerosas guerras para diezmar a la población de Midgard solo por diversión, asesino a uno de los suyos, el dios Balder, e intento arrebatarle el poder a Odín, el dios gobernante. También cuando se disfrazaba de humano era un estafador y un espía, adquiría formas distintas para ocultarse tanto de los dioses como de los mortales. Nadie se salvaba de su peligroso ingenio y maldad pura. Incluso sedujo a una sacerdotisa servidora de Odín para tener a una hija, nadie menos que Raven, creyendo que ella podría servir en su lucha por el poder. Pero Odín fue más listo y ofreció a la madre protección a cambio de educarla en el Valhala. Allí le enseñó a controlar sus poderes, a dominar las artes de la magia, y a recoger las almas de los guerreros más valientes. Le dio el mismo trato que a las hijas de los otros dioses.

Sin embargo las valkirias rubias se negaron a aceptar a la valkiria oscura como una de ellas. A sus espaldas se burlaban de ella y hablaban de lo zorra que debió de ser su madre para acostarse con un dios disfrazado de mortal, de lo perverso que era su padre y de lo tétrica que era ella. Le tenían miedo e incluso la rehuían, solo soportaban quedarse en la misma habitación que ella si Raven se colocaba a un metro de distancia, lo que reforzó su actitud fría con los demás, tanto Valkirias como personas. Aparte de Odín y su madre, nunca sintió que pudiera abrirse tal como ella era con sus semejantes. No la aceptaron, nunca lo hicieron y nunca lo harían.

Pasaron algunas horas y la batalla termino con la retirada de ambos bandos. Los cadáveres y sus almas regaban todo el piso como último vestigio. La Valkiria mayor se alzó encima de todas y gritó:

— ¡Rápido, hermanas¡ Tenemos trabajo que hacer

Todas las valkirias se lanzaron a la tierra a buscar las almas más valientes. Solo Raven se quedó atrás, siempre a la distancia, siempre a la defensiva.